La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura®.
Nada será igual en México.
Nuestro país fue protagonista del discurso inaugural de Donald Trump. Se veía venir, tocó el tema de la frontera de inmediato.
Hay una batería de asuntos que nos incumben, pero lo que viene para los próximos días quedó claro cuando dijo que se retomará el programa “Quédate en México”.
Más de cinco millones están en ese riesgo, según los cálculos de los 53 consulados y de la embajada a cargo de Esteban Moctezuma.
Pero no son solamente ellos. El amago de envío pende sobre algo así como once millones de extranjeros y el propósito del magnate es remitirlos desde hoy a través de la frontera sur.
Estamos listos para recibirlos con los brazos abiertos, dice la presidenta Claudia Sheinbaum, pero en varias ciudades del norte del país no hay suficientes estancias ni logística para atenderlos.
No se han difundido datos más allá de la promesa de protegerlos y sólo un gobernador tiene un plan: “A los mexicanos les buscaremos acomodo, pero ya hacemos un fondo para enviar a sus países a todos los extranjeros que lleguen a Coahuila”, me dijo el gobernador Manolo Jiménez Salinas.
Igualmente, la imposición de aranceles, del porcentaje que sea, profundizará la crisis económica que padecen ya algunos sectores de la economía.
Quién sabe si todos estos guiños del Gobierno mexicano sirvan para contener a Trump, que hoy se convertirá en el vecino más incómodo que tenga la 4T que, a las amenazas del estadounidense, ha respondido con mantras: “México no es colonia de nadie’’. Eso y un “detente’’, sirven para lo mismo.
En su anterior administración, Trump presionó al gobierno de López Obrador con la amenaza de aranceles a los productos mexicanos.
A cambio de no imponerlos, el gobierno del tabasqueño se comprometió a enviar un ejército, literalmente, a la frontera entre México y Guatemala para frenar las caravanas de inmigrantes que cruzaban el territorio nacional como “Juan por su casa”.
México también dispuso de varios miles de militares y guardias nacionales en la frontera norte para evitar que los migrantes cruzaran el Río Bravo.
No se pudo evitar que declarara como terroristas a los cárteles del narcotráfico, a pesar de los esfuerzos diplomáticos y las capturas de líderes criminales que, si bien no son las cabezas de esos grupos, sí tienen un peso específico en su operación.
Por años, México evitó que esta declaración ocurriera, sabiendo que, de acuerdo a las leyes de Estados Unidos, los grupos terroristas tienen un trato muy diferente el cual incluye la posibilidad de operaciones militares extraterritoriales.
¿Qué puede ofrecer el Gobierno mexicano para mitigar esa posibilidad? ¿Las cabezas de algunos políticos de medio pelo relacionados con la delincuencia organizada? ¿La captura de los Chapitos, del Mayito Flaco, del Mencho o de cualquier otro criminal de ese nivel?
¿Y qué argumentos podría esgrimir el Gobierno mexicano para evitar que los migrantes indocumentados, de cualquier nacionalidad, terminen engordando a los cárteles en las fronteras si se aplica el “Quédate en México’’ nuevamente?
Dos mil pesos de ayuda, como prometió el Gobierno mexicano que se entregarán a cada migrante deportado, no le servirán ni para un día.
¿Qué tenemos realmente para negociar con el ogro?
Esta semana se registró el primer incidente.
Un grupo de migrantes estacionados en Ciudad Juárez rompió el cerco militar impuesto por la Guardia Nacional y cruzaron hacia el puesto de control de El Paso, Texas, en donde fueron retenidos.
México no cuenta con un censo preciso sobre el número de migrantes establecidos en territorio nacional, a la espera de cruzar la frontera norte.
Y no se sabe, porque el Instituto Nacional de Migración (INM) dejó de cumplir con su tarea desde hace años; se dedicó a perseguir a unos pocos migrantes, pero, ya sea por incapacidad o por conveniencia, dejaron pasar a decenas de miles sin documentos.
Bueno, cómo estará el asunto que hasta el hoy director del INM, Francisco Garduño, a quien “se le quemaron’’ 40 migrantes, pidió “deconstruir’’, o sea destruir para reconstruir, al Instituto. ¡Caray!
Y mientras el gobierno se inventa programas clientelares para hacer como que hace en defensa de los mexicanos que serán deportados, el exgobernador de Puebla y supuesto nuevo director del INM, Sergio Salomón Céspedes, sigue sin aparecer.
Igual ya se dio cuenta del problema y decidió enfermarse por tiempo indefinido.
La dura realidad es que México permanece en la antesala de Trump.
Vea usted: Ni la presidenta Claudia Sheinbaum ni alguien de primer plano en la estructura del Gobierno mexicano fue invitado a la toma de posesión.
Aunque sí se cumplió con el protocolo de llamar al embajador Esteban Moctezuma como parte del cuerpo diplomático acreditado en Washington.
La de mayor nivel fue Altagracia Gómez Sierra en su calidad de mujer de negocios y conocida por el magnate, como también lo son Carlos Slim, Bernardo Gómez y Francisco Cervantes.
Los altos funcionarios nacionales pueden esperar y en esto están, en la antesala de Donald Trump para cuando él lo decida o sea necesario encarrilar el T-MEC para extender el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.
Eso sí, bajo nuevas bases y sin Ottawa de aliado como en 2018. Lo comercial es aparte.
Ahora, con la inminente salida de Justin Trudeau, Canadá va hacia una derecha tan radical como Donald Trump y los mexicanos –Luis Videgaray, Marcelo Ebrard– ya no tienen de aliado a Jared Kushner, yerno del presidente.
¿Impuestos a remesas?
Por ahora a estar pendientes. A ver cuánto afectan a la patria la aplicación de las órdenes ejecutivas firmadas ayer, las de hoy y las de mañana, porque hasta el nombre del Golfo de México nos será expropiado. Golfo de América, lo va a llamar Donald Trump.
Promete ser efectivo, pues de inmediato cerró las oficinas de Aduanas y Protección Fronteriza, los llamados CBP One, para frenar el ingreso legal de migrantes hacia su territorio. Hablando de esto, la administración de Biden, del 100 por ciento de solicitudes de “asilo político” solamente atendió con éxito el 5% de esas.
Reiteró su promesa de aplicar aranceles a las importaciones en tasas a determinar para financiar al tesoro estadounidense, pero no enunció siquiera otro propósito: gravar las remesas.
Un golpe adicional a México porque impactaría la principal fuente de ingresos –superior a 60 mil millones de dólares en 2024– y de sustento para los sectores más necesitados.
El daño sería múltiple, pues por un lado deportará millones –más de cinco millones de mexicanos en peligro– y por el otro encarecerá los envíos y causará desánimo en quienes sobrevivan a la repatriación.
Tres cosas: La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su gobierno espera ser atendido por el magnate a través de cualquiera de sus altos funcionarios, sea el canciller Juan Ramón de la Fuente –de preferencia él– o el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubon, quien tiene vuelo propio en la nueva administración estadounidense.
No fue posible antes, en el tramo de la elección, el lunes 5 de noviembre pasado, y la toma de posesión, 77 días en los cuales no hubo citas ni respuestas pese a las dos llamadas entre Trump y Sheinbaum y el recorrido del canciller De la Fuente por Dallas, Nueva York, Chicago y Los Ángeles.
Segundo tema: Estuvo en Palacio Nacional Bernardo Gómez Martínez, poderoso copresidente del Grupo Televisa y Televisa-Univisión, uno de los invitados personales y privilegiados de Donald Trump a su segunda toma de posesión.
Gómez Martínez fue clave en 2018, con el apoyo del yerno Jared Kushner y el excanciller peñista Luis Videgaray, para el primer acercamiento de Andrés Manuel López Obrador con el jefe de la Casa Blanca.
Tercer aspecto: Él y los empresarios Carlos Slim y Altagracia Gómez pueden ser factor para, una vez más, como dijo Claudia Sheinbaum, “establecer ya toda la comunicación, el diálogo respetuoso entre nuestros países”.
La decisión del Gobierno de México fue articular una estrategia llamada “México te abraza” que se supone es para recibir a los mexicanos que van a ser expulsados desde Estados Unidos y parece más un producto para generar una narrativa que un protocolo para realmente enfrentar una crisis derivada de una expulsión masiva.
¿Qué se sabe del embajador Esteban Moctezuma?
Lo que dice es que está prácticamente de vacaciones porque el cien por ciento de las relaciones con nuestro principal socio comercial las hacen los funcionarios federales que no encuentran la llave para entrar a la Casa Blanca, a tal grado que ya hay muestras de desesperación de parte del equipo mexicano que apenas recibe guiños.
Y, por cierto, uno de estos guiños proviene del exembajador estadounidense en México de 2019 a 2021, que hoy está nominado a ser el subsecretario de Estado, lo que lo convertiría en el tercer hombre más poderoso del gabinete de Trump: Christopher Landau.
Este buen amigo de México, según cuentan, en los pasillos del Servicio Exterior Mexicano, puede ser el único que intervenga a favor de México frente a las decisiones republicanas. Justo en medio de la polémica por el etiquetar a los cárteles del narcotráfico como grupos terroristas, la presidenta Claudia Sheinbaum envió al Congreso una solicitud para que el Senado autorice al Ejército de Estados Unidos ingresar a nuestro país.
El oficio, recibido desde el martes en la Comisión Permanente, expone el objetivo: que militares estadounidenses adiestren a las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Marina Armada de México.
De autorizarse, indica, entraría a suelo mexicano una delegación de 10 militares con armamento, municiones y equipos especiales necesarios para entrenamiento combinado conjunto. Así, sí, ¿no?
El gozo ha caído al fondo del foso: Varios alcaldes convocados y entrevistados en víspera de su encuentro con la presidenta Claudia Sheinbaum se sienten tristes.
“Esta convocatoria incluye a los 32 gobernadores, integrantes del gabinete y a los dos mil 475 presidentes municipales”, decía el texto de la invitación.
Y sí, serán excepción los no asistentes, pero no tendrán voz y menos voto. Ninguno de ellos, ni morenistas, ni panistas, ni priistas, ni perredistas, ni emecistas ni independientes expresarán sus carencias y menos podrán pedir el fortalecimiento de la célula política más débil del país, los ayuntamientos.
Porque el programa no incluyó intervenciones de los ediles por razones y riesgos políticos: lo primero para no causar celos, lo segundo para no dar margen a reclamos incómodos al poder federal.
Sin embargo, hay un problema inicial.
Cada tendencia política, centro, izquierda y derecha, tiene su propia organización, aunque respetaron el acuerdo de acudir con signo republicano al Encuentro Nacional Municipal.
Un acto promovido por la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, organizado por el subsecretario César Yáñez y manejado operativamente por el coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal, Raúl Armando Quintero.
Vea usted: Hay la Asociación Nacional de Alcaldes (Anac), presidida por la leonesa Alejandra Gutiérrez y de tendencia panista; la priista Federación Nacional de Municipios de México (Fenamm), de Ignacio Morales, reconocida por el PRI, y la Asociación de Autoridades Locales de México (Aalmac).
Esta agrupación ha elegido a Norma Ayón, pero en espera de su asunción es manejada por Gerardo Vargas Landeros, quien fuera secretario de Gobierno de Sinaloa y ahora aspira a ser gobernador de la entidad.
Como núcleo de todas ellas está la Conferencia Nacional de Municipios de México (Conamm), encabezada por el regiomontano priista Adrián de la Garza y prospecto a gobernador de Nuevo León.
¿Ganan los alcaldes, pierden los gobernadores?
Desde Carlos Salinas estaban olvidados. El expresidente convocó a una reunión de alcaldes y, a diferencia del Encuentro Nacional Municipal, ellos tuvieron su turno y pidieron más recursos.
Él les recordó la fuente primaria de ingresos municipales, el impuesto predial, donde “pueden solucionar gran parte de sus necesidades”.
Pero en el World Trade Center, ellos salieron gananciosos y perdidosos los gobernadores en un déficit de doble vía.
Por una parte, los recursos federales les llegarán etiquetados y deberán trasladarlos a la célula de la estructura constitucional del país.
A esa restricción administrativa agregarán otra: pierden gran parte del control político, porque no podrán privilegiar a sus correligionarios o favoritos y castigar a los non gratos.
¿Cuál fue la trascendencia del Encuentro Nacional Municipal?
Los alcaldes fueron convocados, aunque no se les diera ni voz ni voto, pero al fin Palacio Nacional volteó a verlos y Claudia Sheinbaum planteó mezclar recursos.
Primarán, dice el discurso presidencial, las inversiones para agua potable, tendido de redes eléctricas para dar iluminación y la seguridad ciudadana, y mejoramiento urbano.
Este avance no merma el sentimiento de los ediles porque, su argumento de no causar celos, se ignoraron sus posiciones y se escuchó a gobernadores afines, caso Samuel García, de Nuevo León.
En novedades más alegres, el gobierno de Coahuila de Manolo Jiménez busca inversiones con ahínco porque son la única vía para generar empleos que a su vez son garantía para el bienestar real de la familia.
La nueva planta de HI-LEX Controls generará de entrada 500 nuevos empleos, lo que equivale a alinear a otras tantas familias en el carril de la prosperidad.
“La mejor herramienta que le podemos dar a nuestras familias para que puedan salir adelante, es que tengan un buen trabajo, que tengan ingresos”, manifestó y recordó que tan solo en 2024 nuestra entidad recibió casi 100 mil millones de pesos de inversiones.
Al cierre de esta edición, nos enteramos del lamentable deceso de Claudio Bres Garza, exsecretario de Economía de Coahuila, quien en los últimos meses se desempeñó como encargado de la relación bilateral entre Coahuila y Texas.
Claudio Bres Garza, quien fuera tres veces alcalde de Piedras Negras, falleció la tarde de este miércoles 22 de enero. Que descanse en paz.
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