La entrada del Océano Atlántico, a todo el litoral Oriente de Yucatán hasta Tamaulipas, comprendiendo también Campeche, Tabasco, Veracruz, se llama Golfo de México, desde la Independencia; pues antes se llamaba Golfo de la Nueva España, desde los siglos XVI y XVII.
La superficie del Golfo de México, es de 1, 854,000 kilómetros cuadrados y de más de 3,800 metros de profundidad; y además de colindar con México, colinda también con Florida, Alabama, Mississippi, Luisiana y Texas de EEUU, y así mismo con las provincias de Pinar del Rio y Artemisa, de Cuba.
En todo el mundo desde hace más de 200 años el Golfo de México es conocido con ese nombre; y se le ha respetado la soberanía de México sobre su mar territorial que son 12 millas náuticas o 22.2 kilómetros hacia Alta mar, que es zona libre; todo ello conforme al Derecho Internacional Público.
Pero ahora resulta que Donald Trump, quien el próximo lunes 20 de enero, tomará posesión como Presidente de EEUU, quiere quitar el nombre de Golfo de México, para ponerle Golfo de América; pretendiendo en el fondo que su país ejerza hegemonía sobre este golfo; lo que es inadmisible para los mexicanos y la gran mayoría de las hermanas naciones de Centro y Suramérica.
Trump sueña con las ideas del “Destino Manifiesto” de 1912, de que EEUU, nació para “controlar los destinos de todo América”; y quiere revivir la doctrina del Presidente James Monroe, de 1823 de “América para los americanos”; que en el fondo es norteamericanos.