Las redes sociales están más fuertes que nunca y Facebook lidera a nivel mundial como la red más usada actualmente:
Facebook, con 3.049 millones de usuarios.
YouTube, con 2.491 millones de usuarios.
WhatsApp, con 2.000 millones de usuarios.
Instagram, con una cifra idéntica a la anterior.
TikTok, con 1.562 millones de usuarios.
Por lo tanto se entiende que un político use las redes sociales para promover su trabajo e imagen; sin embargo en la actualidad hay una delgada línea que se está cruzando entre ser político y ser periodista o viceversa, algo de lo que ya he escrito en otras ocasiones y en lo que de forma personal no estoy de acuerdo; no se debe ser juez y parte, el periodismo se sostiene en la base del contrapoder, por lo tanto no puedes cuestionar a funcionarios y políticos y defender las causas de ciudadanos agraviados por el poder gubernamental para luego sin más, postularte para un proyecto político que si se gana se termina ejerciendo en el circulo que tanto cuestionaste y por el que seguramente fuiste agredido y en el peor de los casos te conviertes en un demagogo, populista y cómplice del poder político, pero si se pierde entonces como dice el dicho: Vuelve el perro arrepentido con la cola entre las patas a cuestionar de nuevo al sistema del que pensó servirse; todavía mucho pero mucho peor, es cuando se gana y se usan las dos trincheras ¡Que cosa tan más desvergonzada! Y vaya que lo hemos visto en Acuña.
Siempre habrá nuevas formas de hacer promoción en las redes sociales, incluso estrategias de negocios; sin embargo, ser político se vuelve cada vez más complicado sobre todo cuando el país da un giro de 180 grados eligiendo a una mujer como su presidenta, una mujer emanada de MoReNa, el partido con el que muchos políticos no lograron llegar a acuerdos y hacer alianzas estratégicas por lo que en algunos casos están en riesgo de quedarse sin Juan y sin las gallinas en la próxima elección y con mayor razón si sus alianzas con el PRI no resultaron como esperaban; pero a lo que voy es a que todo ciudadano sea empresario, ama de casa, sacerdote, médico, político o periodista entre otras actividades que se realizan, tiene derecho a usar las redes sociales como mejor le convenga aunque hay quienes abusan y son tan cobardes que crean cuentas con identidades falsas para agredir o estafar; siempre habrá sus excepciones. Regresando a los políticos, considero que si van a ejercer alguna forma de periodismo lo hagan con la responsabilidad que ellos mismos exigen a los periodistas, porque por ejemplo, como vas y te plantas a hacer un reportaje o entrevista a un personaje que pudiste haber ayudado cuando ostentaste un cargo público y ahora llegas y como si nada alabas su trabajo y sus proyectos, incluso declaras que se requiere el apoyo de los tres niveles de gobierno o presentas a otro personaje que te agredió políticamente o incluso fue parte de una colusión para provocarte fuertes desavenencias familiares y resulta que de pronto ese personaje es la gran persona digna de reconocimiento público. Estoy sorprendida, pero otorgando el beneficio de la duda espero que Lenin Pérez, porque me refiero a él, haga de su proyecto algo que realmente genere conciencia y resultados, que no sea una llamarada de petate que, al paso de algunos meses o años quede solo en eso.
Además, también espero que, si empieza a recibir agresiones o amenazas en las redes sociales como muchos periodistas, no pretenda acudir al Mecanismo de Protección Federal de la Secretaría de Gobernación como lo hizo Issac Zamudio por dizque amenazas de Pablo Ortega y el Mecanismo le otorgó medidas de seguridad como “periodista” ¡Esto está cada vez peor! Quien le dijo a Issac Zamudio que es periodista o más delicado aun ¿Quién le confirmó al Mecanismo de Protección Federal que Issac Zamudio es periodista? cuando ha estado involucrado en ataques a la libertad de expresión, ataques directos a procesos electorales con actos vandálicos, estuvo preso en el CERESO de Piedras Negras y no, no fue absuelto de los cargos; comete violaciones a derechos humanos de víctimas de violencia y se la pasa en la Procuraduría de Justicia del Estado cazando víctimas para “arreglarles sus asuntos” Por cierto no es el único, un abogado me dijo que ya mejor algunos abogados acuñenses se van a trabajar a otros municipios porque en Acuña, Issac Zamudio y “otro que se siente chofer de los autobuses Anáhuac” así lo dijo, por el color de ropa “formal” que usa cuando llega de abogado del pueblo a la Procuraduría, luego lo identificó como Juan Antonio Dávila “El abuelo” ¿Tengo que explicarles quién es? Creo que no; si me extiendo alcanza hasta para Pablo Ortega, personajes que tomaron un micrófono y un celular y empezaron a promoverse como comunicadores en las redes sociales. Issac Zamudio ahora está construyendo o habilitando un Anexo, sí un Anexo, cuando en su página de Facebook subía videos en los que humillaba y maltrataba a los internos, se cuelga el teléfono de seguridad otorgado por el Mecanismo de Protección Federal como si fuera gafete exhibiéndolo como si fuera algo digno de presumir, mientras se hace acompañar de sujetos que lo cuidan y que hacen desmanes en la ciudad en la nariz de las autoridades de los tres niveles de gobierno, incluyo a los militares.
Sí, sé que estos sujetos me atacarán y pondrán a sus secuaces y gente que los sigue a atacarme, no sería la primera vez que lo hagan, tanto Issac Zamudio como Juan Antonio Dávila “El abuelo”; tampoco estoy diciendo que Acuña es cuna de grandes periodistas porque por allí irán, lo sé; lo que si les digo es que los periodistas damos la cara y firmamos nuestras notas, no actuamos como pandilleros. Las autoridades son responsables y cómplices de que sujetos como estos dos hagan y deshagan en la ciudad y estoy señalando incluso a la autoridad federal. Todo ciudadano en México puede grabar un hecho, cuestionar a las autoridades y exhibirlo, es la libertad de expresión; pero hay un hilo muy delgado entre el ciudadano que lo hace de forma espontánea y de buena fe, a quien lo hace deliberadamente para estafar y obtener un malentendido poder periodístico ante las autoridades y hacerle el trabajo sucio a gobiernos y políticos. Esa es la delgada línea de la que hablo; no tienen que seguirme como periodista ni que estar de acuerdo con todo lo que escribo, pero lo que estoy plasmando en esta columna, ustedes saben de sobra que es verdad, aunque muchos no se atrevan a decirlo y en esto incluyo a periodistas. Soy Gloria Ruiz, la voz del pueblo, la válvula de escape para muchos, la politóloga del proletariado… To be continued.