* Un salto a la realidad, señora presidente. Sólo eso. ¿Es mucho exigir?
POR: JOSÉ GARCÍA SÁNCHEZ
1 de octubre del 2024
Un salto a la realidad será el primero, mayor y más sagrado compromiso de la presidente de México y su equipo de trabajo, con los mexicanos.
Nada comentaremos de si la señora es la presidente legítima o espuria. Sólo haremos este comentario desde el es, de la aplastante realidad… Es la presidente de México, haya sido como haya sido. Así de simple. Así es la lucha por la sobrevivencia, así circulan los aires en la lucha por el poder.
Nada diremos de si la señora proviene del adoctrinamiento de una izquierda radical, más pura o más sórdida, más vulgar o más científica, más elemental o más probada, más avanzada o más retardataria, más original o más moderna, más auténtica o más adulterada, más simple o más sofisticada… Y todas las características que según los estudiosos de la izquierda anotan en sus sesudos estudios para describir el fenómeno de las izquierdas que siempre se transforman en dictaduras fuertemente centralizadas, ampliamente militarizadas, con estructuras burocráticas muy elitistas y corruptas, ausentes de cualquier tipo de control popular real.
Nada comentaremos de si la señora está ampliamente adoctrinada y que pudiera llegar a los extremos del fanatismo sectario de una izquierda irredenta que aún no encuentra el libertador que pruebe y compruebe que las tesis de la izquierda son una verdad incontrovertible, y que esas doctrinas son un medio eficaz para conseguir la felicidad del pueblo bueno. Por el momento nada comentaremos.
Nada diremos de si esa fórmula de adoctrinamiento catequético de las izquierdas extremistas y del fanatismo militante, es dinamita pura ni diremos que juntas y en la probeta social con objetivos político-electorales y de dominio y en la lucha por poder político, traen destrucción y sangre. Por el momento nada diremos.
Ahora sólo diremos que la señora tiene las herramientas, intelectuales y de carácter, para conseguir ese paso tan difícil de por medio y que le podrán ayudar a recomponer, productivamente, este gran país que ahora le ha tocado en suerte presidir. Ese paso, tan corto y tan decisivo, de ir, de los sueños redentores de la ideología y el fanatismo, llenos de promesas mesiánicas, -columpiados en ideologías obsoletas y fracasadas,- a abrir todos sus sentidos a la realidad, usar la observación y el análisis científico, altamente critico, que les es característico a los profesionales que se precian de estudiosos probados…, y orientar con energía, todos sus talentos forjados y acrisolados por la lógica de la disciplina de la ciencia física. Ello, sin duda es una dotación suprema para emprender su carrera presidencial.
Edificar desde las cenizas un segundo piso, como se lo propone, es una aberración que proviene de aferrarse a un dinamismo electorero sin ceso y sin substancia política y económica constructiva. Ese pretendido segundo piso de ninguna manera podrá ser el resorte que catapulte a la nación a mejores estadios de desarrollo económico y social ni a mejores niveles de un estado de derecho ni a la madurez económica fincada en el libre emprendimiento.
Para la presidente, llenar los zapatos de su antecesor como se lo espetó, -con pleno convencimiento en la incapacidad e inmadurez de su sucesora,- en su cara con sorna y sebosa pachorra…, sería una catástrofe, pero también lo será para el estado de derecho y para el respeto a las libertades; será un descomunal retroceso en política, en economía, en lo comercial y en lo diplomático. Seguir con la locura de un segundo piso nos hundirá sin remedio inmediato, y el mundo desarrollado y libertario nos declarará parias, sin redención.
Eso sería seguir meciéndose en la hamaca para continuar con el sueño de una redención imposible, como la prometió su antecesor.
Admito que los mexicanos estamos dotados de indescifrable aguante y mítica resiliencia. Sin embargo ya estamos fatigados de 25 años de locuras que desencadenaron en ésta que usted pretende continuar a pesar de todos los indicios negativos e inoperantes que la realidad le pone frente a sus ojos.
El peso nefasto de un segundo piso sería fatal y exorbitante para los hombros de todos los mexicanos de dentro y de fuera.
No ocupar los zapatos de AMLO y lanzarlos al basurero de la historia, sería un salto a la realidad, un brinco decisivo a la objetividad, un clavado a la esencia de las medidas y proporciones, y un paso al costado para renunciar al autoengaño que debe ser ajeno a alguien que se precia de científica de altos vuelos, y que, como tal, sólo está comprometida con la objetividad, con el análisis correcto desprendido de la lógica formal de principios, que es la madre de la ciencia,
Casarse con la realidad del tanto cuanto y de las medidas que ofrecen la observación, el análisis y el raciocinio, deben ser sus primeros y principales compromisos consigo misma y con la nación mexicana.
Divorciarse de las ideologías decadentes, destructivas y fracasadas que han tenido a México con el lastre del freno puesto, y que ha impedido el avance de su grandeza como nación próspera, deberá ser su signo.
La presidente de México deberá ser una estadista para todos. Deberá abandonar el activismo partidario y sectario muy mesiánico en favor del segmento más numeroso y más menesteroso para ser la presidenta de todo los mexicanos.
¿Qué prefiere la presidente de México, hacerle al mesías su segundo piso de fantasías imposibles al margen de los factores políticos, o basándose en el arte de lo posible que es la política, edificar un país sujetando las riendas como la estadista que se necesita en este preciso y decisivo momento de la historia?.
Las condiciones están dadas, insisto, sólo falta la decisión de ser la estadista que la nación requiere. Un salto a la realidad, señora presidente, sólo eso…, un brinco a la realidad. Esa es toda la exigencia.
Porque no es congruente, que alguien que se precia de máster, doctora en física, profesora, científica y premio nobel colectivo, se tape los sentidos que perciben el entorno, evidencian los fenómenos del acontecer humano, y a pesar de eso, renuncie a la abierta certeza, a la realidad apabullante de la economía de mercado, y también niegue-obstinadamente por ideología retrograda,- estar ella misma sumergida también en el mercado del dinero, de la tecnología del gran capital y de un sin número de factores de los que dependen su persona, su familia y todo lo que se mueve en el esquema de la oferta demanda precio que domina y determina nuestros pensamientos y actos cotidianos.
Instalar un segundo piso a una república desmantelada sin cimientos y completamente desvencijada, es una enorme tontería que existe sólo en la cabeza de seres humanos altamente ideologizados y enormemente fanatizados. Es demencial.
Será mejor quemar el espanta pájaros, apersonarse con reciedumbre en la milpa, para cultivar por sí misma su propio maíz, y construir su propia historia…, que promete, si lo entiende, ser grandiosa para usted y para la nación entera.
Las condiciones están dadas, sólo les deberá dar orientación y propósito para perseguir el bien de todos los mexicanos, sin preferencias sectarias, sin nepotismo y sin partidismos. Sólo deberá consolidar su propia historia que le ha obsequiado su circunstancia y su destino, para ser en este minuto, la estadista que necesita la nación mexicana.
