Alejandro "Alito" Moreno Cárdenas, consiguió reformar los estatutos del Partido Revolucionario Institucional, el otrora todopoderoso PRI, y se encamina a perpetuarse como presidente de ese instituto político hasta el 2032.
En una deslucida asamblea a la que no asistieron varias de las más importantes figuras del tricolor, Alito no sólo fue aclamado, sino que se atrevió a criticar y señalar a quienes expresaron su desacuerdo con su reelección.
De esta manera, el campechano, quien es el presidente más perdedor en la historia del PRI, se alista para continuar con su hegemonía, y seguir al frente de lo que queda de su partido, que luego de gobernar por décadas al país, hoy se encuentra reducido a su mínima expresión con apenas seis millones de votos obtenidos en la última elección federal, su peor registro de todos los tiempos, y aún así, su presidente fue aclamado y confirmado, como si se tratara de un líder que los ha llevado a la victoria, cuando desde su llegada a la dirigencia tricolor el priismo acumula derrota tras derrota.
Actualmente, el PRI gobierna sólo dos entidades: Coahuila y Durango, ambas, en coalición con el PAN, y no se ve en el corto o mediano plazo que exista la posibilidad de que el priismo resurja y se posicione nuevamente como el partido que todo lo ganaba hace unas décadas, y mucho menos ahora, que Alito y sus comparsas se han posicionado al frente de las sobras del priismo.
Y es que la forma en que Alito Moreno se aferra al poder es de llamar la atención. En su camino hacia perpetuarse en el cargo, no le ha importado lo mismo enfrentarse a figuras históricas de ese partido, que expulsar a militantes que se han atrevido a cuestionar su posición y liderazgo.
Sim embargo, hasta el momento nadie ha sido capaz de enfrentarse a él y poner en duda su posición, pues el campechano tiene bien controlada la estructura del PRI, donde colocó a sus incondicionales, por lo que sus designios, al interior del tricolor, son prácticamente ley.
Con su reelección, Moreno Cárdenas se encamina a su verdadero obejtivo: la candidatura presidencial del 2030. Desde su posición como senador de la República y líder del PRI, el campechano espera seguir vigente en la esfera pública, y luego de la estrepitosa derrota de Xochitl Galvez, erigirse como la única opción de su partido para abanderar al priismo en la elección presidencial.
Por supiesto, sus cálculos faltando tanto tiempo pueden fallar, pero la realidad es que, por lo menos en el interior del PRI, no existen contrapesos para su poder, y las voces que se atreven a criticarlo terminan expuestos, vilipendiados por un líder a quien no le importa pasar sobre quien sea con tal de lograr sus objetivos.
Enfermo de poder, Alito se ha dado incluso tiempo de criticar a su propio partido, con tal de consagrarse el mismo como su salvador, como el redentor de lo que queda del PRI, un partido que ha sido capturado, secuestrado, por un dirigente que se asume demócrata, pero que gobierna su partido como un tirano que ni ve ni escucha a la disidencia, y al que solo le importa en engrandecimiento de su propio mito.
Con su botín en mano, Moreno Cárdenas cabalga como El Quijote, imaginando y creando batallas en su mente. Habrá que ver si, en unos años, le queda partido al cual dirigir, pues queda claro que el PRI camina hacia una desaparición anunciada, y quien se erige como su salvador, será, en cambio, su sepulturero.