“CHARRITO” O “CHAFITO” VE CADA DÍA SU FINAL, LA GENTE YA NO VOTARÁ POR ÉL, EL 2 DE JUNIO
Cada día que pasa, “Charro” se pone a temblar porque percibe que su campaña no arranca y sucederá lo mismo que a su socio el político venido a menos, Juan Carlos Ayup Guerrero, quien en el año 2018 perdió por amplio margen; la presidencia, se la ganó un novato que luego se convirtió en el peor alcalde de Matamoros, Horacio “Caguamas” (ra) Piña Ávila.
“Chafito”, como también se le conoce a “Charro” monta perros, así le gusta que le llamen por su alias, como en tiempo de los forajidos del viejo oeste, que quieren hacer valer su ley a base de intimidaciones, amenazas y echando mano de cualquier medio para intentar ganar adeptos para quizá poder alcanzar el triunfo el 2 de junio, aunque de poco le servirá.
“Chafito”, ya no encuentra la manera de llamar la atención y hoy en día se le ocurrió involucrar a la familia en sus publicaciones de Facebook, lo mismo mete a su mamá que a sus hijos, porque lo que es su esposa, lo abandonó y sólo se presenta en algunos eventos en los que pone como condición que no esté el político venido a menos.
Matamoros se cae a pedazos, aun cuando de última hora le llegó la partida federal producto de la nacionalización de vehículos llamados chocolate, saluda con sombrero ajeno y no explica de dónde salió tanto dinero para repavimentar algunas calles del centro, sólo las están pintando con chapopote para quedar bien mientras llega el 2 de junio, día terrible para “Chafito” y su pandilla, ese día sabrá que los matamorenses ya no lo quieren en presidencia municipal.
Quién no recuerda que, en campaña, cuando intentó reelegirse por tres años, Juan Carlos Ayup, el que tiene a toda la familia en la nómina del estado y municipio, que hace negocios con su recomendado ex presidiario y ex alcalde Felipe Medina, cuyo hijo está casado con una sobrina del político venido a menos, “reunía” más gente que “Chafito” ahora y el día de las elecciones la gente demostró que tanto músculo no le sirvió de nada y fue cuando ganó (ra) Piña.
Los matamorenses ya están hartos de ver las mismas caras, escuchar las mismas promesas de cambiar el municipio, claro que sí, han cambiado el municipio y las arcas las han vaciado en sus bolsillos y ahora tienen quintas, caballos pura sangre, camionetas y autos de reciente modelo, empresas con presta nombre, gasolineras, concesiones de taxi, mansiones con todas las comodidades.
“Charro” mayor se ha de estar revolcando en la urna con sus cenizas que aún permanece en su casa, al ser testigo de la voracidad en la que ha caído su hijo, que todos los días se columpia con la comida de su mamá ante la ausencia de su esposa, el coraje que siente por no seguir lo que “Chafito” llama su ejemplo.
A un mes de campaña y alcalde de 24 horas, porque no separa los minutos de presidente con los de candidato, percibe que su discurso ya no convence a nadie, únicamente a los de la avanzada que son más que la supuesta gente que junta en las colonias y ejidos.
Los candidatos de otros partidos hacen lo que pueden, pero es suficiente para cortarle sus aspiraciones a “Charro”, de ya no dejarlo seguir mamando de la ubre, ya le supo sabrosa la lactosa y los grandes negocios que está haciendo con sus socios.
El electorado ya no quiere más de lo mismo, quiere ver otros rostros, otras personas, gente honesta que en verdad trabaje y no llegue a un puesto público porque se lo ganó trabajando en campaña o por ser integrante de algún grupo, por ser recomendado. Precisamente ese cambio la gente que vive en Matamoros, lo demostrará cuando llegue el momento de votar, sin la exigencia de “Charro” y su pandilla de que deben mostrarle la foto de la boleta, eso ya se convirtió en delito electoral.