Aplicamos el refrán no se puede “tapar el sol con un dedo”; aunque la Luna lo tapó el pasado lunes 8 de abril, por 4:25 minutos; lo que eclipsó las campañas electorales y el grave asalto policiaco ordenado por Daniel Noboa, Presidente de Ecuador, a la Embajada de México en su capital Quito, el pasado viernes 5, por la noche, para sacar de allí violentamente por la fuerza al ex vicepresidente de ese país Jorge Glas, asilado allí desde el pasado diciembre, como perseguido político.
En la defensa de la inmunidad diplomática del recinto de la embajada el mexicano jefe de Cancillería y Asuntos Políticos, Roberto Canseco, fue brutalmente sometido por la policía ecuatoriana, causándole lesiones que lo tienen postrado en un hospital de Quito; y respecto de quien las autoridades ecuatorianas han difundido noticias contradictorias como que por ponerse en huelga de hambre sufrió descompensaciones y otras, de que intentó suicidarse; el caso es que su salud está en peligro.
Respecto del ex vicepresidente Jorge Glas, después de haberlo sacado de la embajada violentamente por la fuerza, la policía se lo llevó preso a una cárcel naval, no obstante tener la calidad de asilado, es decir, protegido diplomáticamente; lo que impedía a las fuerzas públicas tocarlo; siendo ésta una de las múltiples violaciones al derecho internacional público cometidas por el presidente ecuatoriano Noboa; además de haber allanado la embajada mexicana, que como una ficción jurídica goza de una especie de extraterritorialidad, como una prolongación de la soberanía de México, que le da inmunidad a su recinto y a su personal; y las agresiones y las lesiones sufridas por el mismo.
Ni siquiera Augusto Pinochet, cuando derrocó al presidente Salvador Allende, cometió un grave atentado diplomático contra México, como este de Ecuador; recordándose que ese gorila no tocó para nada la embajada de México, en Santiago de Chile; donde el embajador Gonzalo Martínez Corbalá, asiló a miles de perseguidos políticos salvándoles sus vidas, su libertad y sus bienes. México ha recibido el apoyo de 29 países de América y de Europa, y de 8 organismos internacionales, entre ellos la OEA y la ONU, en contra de Ecuador; y está por presentar en la Corte Internacional de Justicia en la Haya, la denuncia por estos reprobables hechos que su presidente Daniel Noboa, para justificarlos pretextó el temor de que se llevaran a Glas, a la ciudad de México, sin agotar el procedimiento diplomático con lo que “trata de tapar el sol con un dedo”.