El terreno en Cancerland ha sido confuso y traidor. El paciente, y yo con él, hemos viajado recto por la carretera, hemos sufrido retrasos y hemos girado en círculos. De momento, no hemos encontrado el rótulo que marca la frontera. Siri Hustvedt.
El escritor Paul Auster, ganador de diversos premios como el Princesa de Asturias de Letras 2006, autor de novelas y guionista, director de cine y guionista está dando una dura batalla contra el cáncer, una intensa lucha que ha llevado al escritor a moverse en un espacio de médicos, enfermos, hospitales, drogas calmantes, viejos y novedosos tratamientos, todo un mundo al que su esposa, la también escritora Siri Hustvedt, llama Cancerlandia.
Al igual que Paul Auster, decenas de miles de mexicanos diagnosticados con esa enfermedad libran una batalla similar y, dentro de esos mexicanos están los laguneros, tanto de Coahuila como de Durango. Para el caso de la Laguna de Coahuila tenemos que, según la Jurisdicción Sanitaria N° 6 que abarca Torreón, Matamoros y Viesca, de enero a agosto de 2023 se registraron 57 defunciones por cáncer de mama, con una tasa de mortalidad de 20.36 por cada 100 mil habitantes, la más alta de Coahuila.
A nivel nacional, en lo que se refiere a cáncer de mama, en 2022 Coahuila ocupó el sexto lugar en mortalidad con 20.44 defunciones por cada cien mil habitantes, la sexta más alta en México. Por supuesto, no es la única variante de cáncer que trae asoleados a los coahuilenses y, en particular, a los laguneros. Los vínculos entre este tipo de enfermedades y el medio ambiente, así como la alimentación y el agua que bebemos están cada vez más documentados.
Suelo contaminado por plomo, así como por las enormes cantidades de insecticidas que se vertieron durante muchos años para el combate de las plagas del algodonero, la aplicación de fertilizantes químicos a partir de la llamada Revolución Verde, han dejado vestigios que tardarán muchísimos años en desaparecer. El aire que respiramos también incluye plomo y partículas suspendidas que terminan alojadas en nuestros organismos, sin contar los humos contaminantes de la industria y del enorme hato ganadero. ¿Y que decir del agua? Desde hace mucho tiempo, el modelo agro productivo que hizo de la Comarca Lagunera un emporio lechero ha dejado su huella en la extracción del vital líquido a profundidades cada vez mayores, ahí donde se han sedimentado las sales minerales mas dañinas para la salud humana, como es el caso del arsénico.
Por si todo lo anterior fuera poco, tenemos que a partir de los años 80 del siglo pasado, con el inicio de nuestra apertura comercial, abrimos también las puertas a nuevos y perniciosos hábitos de consumo. “Alimentos” procesados, mejor conocidos como productos chatarra, así como bebidas azucaradas dieron forma a la nueva cultura alimentaria que privilegia sabores, colores llamativos y practicidad en lugar de nutrición y salud.
Justo por eso, desde esos años ochenteros se da un cambio en nuestros consumos, lo que algunos investigadores llaman la “transición nutricional” misma que, por supuesto, va acompañada de una transición en nuestras maneras de enfermarnos pues hasta hace cuarenta años los padecimientos más comunes en nuestro país eran los relacionados con las infecciones, mientras que ahora la principal característica de nuestros problemas de salud son las enfermedades crónicas, como diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares. Sobre todo, porque muchos de los productos que ahora consumimos incorporan componentes ultraprocesados, con lo que aumentan seriamente los riesgos a la salud. Por eso, se puede afirmar que Coahuila, y particularmente la Comarca Lagunera, también son Cancerlandia.