Se anunció con bombo y platillo por parte del gobierno federal, es una de las tres mega obras que se anunciaron durante el sexenio (junto con la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya), con un costo que supera los 10 mil millones de pesos, incluso, ya fue oficialmente inaugurada, pero sigue sin cumplir con el objetivo para lo cual fue creada: dotar de agua potable a la región.
De hecho, en Lerdo, Durango, las autoridades municipales se confiaron y apagaron varios de los pozos que abastecían al municipio, y grande fue su sorpresa al ver que el suministro prometido por la COANAGUA nunca llegó, lo que generó un desbasto en el municipio duranguense durante varios días. El alcalde lerdense, Homero Martínez Cabrera, reconoció que fue necesario reactivar uno de los pozos para poder cumplir con el abasto.
En otros municipios ni siquiera tienen noticias de que se vaya a empezar a entregar el abato de agua prometido, y la única explicación que dan por parte de las autoridades a nivel federal, en concreto CONAGUA, dependencia responsable del proyecto, es que “existen problemas técnicos”, pero no hay una fecha definida para que se pueda contar con agua suficiente y que cumpla con la Norma Oficial Mexicana para que sea apta para consumo humano.
Pero para nada se puede decir que sea una sorpresa la falta de operatividad del mega proyecto, pues desde que se anunció su construcción diversos organismos ciudadanos denunciaron la falta de proyecto ejecutivo, es decir, que es probable que la construcción se haya llevado a cabo de forma improvisada, pues además sufrió cambios importantes debido a la presión que diversos grupos hicieron para reubicar la potabilizadora en función de sus intereses económicos.
Cuando se anunció el proyecto, con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien incluso ya en diciembre del año pasado “inauguró” la primera etapa, se dijo que el objetivo era beneficiar a dos millones de personas con agua en cantidad y calidad suficiente, sin embargo, hasta el momento solo en ciudad Lerdo, la otrora Ciudad Jardín, se ha normalizado la entrega del vital líquido que, dicho sea de paso, todavía no cuenta con la calidad que exige la NOM 127.
Y es que, precisamente, uno de los grandes problemas con los pozos de la región es la gran cantidad de metales pesados que presenta el agua que actualmente se extrae del subsuelo lagunero. La sobre explotación del manto acuífero, principalmente debido al as actividades productivas y la corrupción del personal de la CONAGUA que es cómplice de la extracción criminal de un recurso que es considerado un derecho humano, ha provocado que el agua se extraiga de mayores profundidades, por tanto, desde hace tiempo el agua que llega a los hogares de millones de laguneros no es apta para consumo humano debido a la presencia de metales y metaloides como el flúor, cadmio, plomo y, principalmente, arsénico.
El consumo prolongado de este tipo de elementos puede provocar enfermedades como la diabetes e, incluso, varios tipos de cáncer. La anterior norma oficial establecía como límite para consumo humano un límite de 0.025 microgramos (µg) por litro de agua, sin embargo, con la entrada en vigor del a NOM 127 esos valores se establecieron en un máximo de 0.010 µg por litro, en consonancia con la norma internacional vigente.
Sin embargo, y a pesar de que ya se han llevado a cabo pruebas de calidad al agua tratada con la potabilizadora por parte de CONAGUA, estos todavía no se han hecho públicos, es más, no han sido entregados ni siquiera a los municipios que serán beneficiarios del proyecto. Solo se sabe que el SIMAS Torreón realizó una muestra extra oficial, sin que hasta el momento se conozcan los resultados de la misma. Por lo pronto, los municipios siguen esperando que llegue el agua, hasta el cierre de la presente edición, a Torreón estaban llegando 200 litros por segundo, pero todavía se trataba de agua sucia, con residuos de la construcción. Una vez que se normalice el abasto, los pozos que abastecen a los municipios, en teoría, serán apagados para que el acuífero principal inicie su lenta pero urgente recuperación. Hasta el momento, la puesta en marcha del proyecto que costará más de 10 mil millones de pesos sigue en suspenso, y solo ha cumplido de manera parcial con sus objetivos, y lo que único que se sabe al respecto es lo que dice la CONAGUA, que se trata de “problemas técnicos”.