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Iniciado el gobierno de Manolo Jiménez Salinas se vislumbra un panorama positivo una vez anunciado el programa de 100 días denominado “100 días pa delante, a Pasos de Gigante”; consistente en la erogación de mil millones de pesos para obras y acciones en beneficio de la sociedad. Y es positivo por ser cuantificable en el último lapso de este año y los primeros meses de 2024, lo cual sin duda es complicado por el cierre del año y lo difícil del inicio del siguiente, por lo que anunciar este proyecto en el inter del 23-24 es sin duda ambicioso y denota que existe o debe existir una buena planeación gubernamental para desplegar los proyectos amparados bajo esta millonaria suma de dinero público que desde luego debe contar con el apoyo de los 38 municipios y la iniciativa privada. Si bien es cierto nuestro Estado se encuentra entre los primeros cinco más competitivos del país, ocupando el cuarto lugar, según datos del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO); la promesa de campaña del actual gobernador era llevar a Coahuila al siguiente nivel, independientemente del significado subrepticio de esta ambigua frase electoral, por lo que este proyecto anunciado parece ir en sintonía con el desarrollo implícito en esa promesa de campaña. Las obras anunciadas tienen que ver con educación, seguridad, infraestructura, desarrollo social, inclusión, salud, cultura, trabajo, fortalecimiento del núcleo familiar, etc., y al respecto ya se han presentado detalles de estas acciones y obras e incluso puesto en marcha algunas de ellas, sin embargo, a la par de estas buenas noticias, me parece que el nuevo gobernador debe tener muy en cuenta la parta de las finanzas sanas, ya que en la actualidad también nos encontramos dentro del top cinco de los Estados más endeudados del país al ocupar el quinto lugar, siendo el Estado con la peor tasa de endeudamiento respecto a las participaciones federales con un porcentaje de 204%, por lo que teniendo en cuenta estos datos, se debe tener cuidado de no incrementar exponencialmente la deuda al estilo Humberto Moreira en el nombre del bienestar social. La figura del gobernador actual, a mi parecer, inspira confianza, sobre todo porque en estas acciones está cuadrando su actual discurso con hechos basados en sus promesas; lo ideal hubiera sido un gobierno sin tantos políticos reciclados para inyectar mayor frescura a su gobierno, pero supongo que había compromisos que cumplir, por lo pronto, toca desarrollar ese proyecto a la par de una vigilancia ciudadana de la correcta aplicación de esos recursos con la mayor transparencia posible bajo el manto de una responsabilidad financiera gubernamental basada en la prudencia y la mesura, pues no se trata de opacar a gobierno anteriores, sino de trabajar siempre bajo una de las premisas fundamentales de la administración pública, que es trabajar de manera eficaz y eficiente siempre con recursos escasos atrayendo inversiones y apoyando en primer lugar a los grupos más vulnerables.