Cuando los integrantes de una comunidad, por ignorancia, manipulación y/o desidia, no atienden con diligencia, de manera particular o colectiva, los temas que son más dignos de dialogar para el bien de la república, se ciernen sobre ella calamidades, divisiones por odio, enfrentamientos estériles, guerras fratricidas inútiles, miseria e injusticias.
Es así que si los asuntos de trascendencia e importancia para la república y el bien común no son comentados y resueltos cotidianamente por los ciudadanos, seguro es que malgastan su vida y tiempo, por desgracia para todos, en entretenimientos fútiles o pláticas triviales de moda y pervertidoras.
Siendo el siguiente argumento falso, vendido y aceptado por muchos de los ciudadanos, para despojarse o rechazar su responsabilidad; “Hablar de política y religión genera problemas en la familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, en los miembros del municipio, estado y país”, luego está prohibido hablar de política y religión.
En esta situación de deserción cívica es en la que han metido a la gran mayoría del pueblo mexicano los muchos interesados pseudo mexicanos y extranjeros, utilizando la vieja y hábil práctica de esclavizarlos manteniéndolos acobardados y enviciados.
Por la traición de esos falsos redentores, lobos con piel de ovejas; la nación y el pueblo mexicano ha sufrido el saqueo de sus riquezas y patrimonio por más de 100 años y a la fecha gobiernan al país los vende patrias más farsantes de la historia.
A ellos y a los que siguen ocultos se debe la mediocridad, la corrupción y la demagogia en que funcionan la gran mayoría de las instituciones públicas del país y muchas otras privadas y lo más grave es que ha permeado en las mentes y acciones de grandes sectores sociales.
Son los esclavizadores internos y externos agazapados en la vida pública los que promueven la consigna de no hablar ni de política ni de religión y para evitarlo invierten millonadas de pesos en entretenimientos y actividades que exaltan las pasiones, deseos, emociones, prejuicios, etc., de la población, para que nadie o muy pocos se ocupen de lo que realmente es importante para las personas, la familia y la república.
Es sabido que sin familias no hay comunidad, sin comunidad no hay municipio, sin municipio no hay estado y sin estado no hay país. Luego la familia es la base donde se sustenta la república mexicana. Destruyes la familia y destruyes a México.
Cuanta maldad hay en los planes siniestros de los enemigos de los mexicanos que no escatiman ni dinero, tiempo y acciones para desintegrar la familia, para evitar que la familia dialogue en los temas de trascendencia que son la política y la religión, manipulan a los hijos para que vean lo anormal como normal, lo sucio como limpio, lo malo como bueno, lo falso como verdadero, lo ruin como valioso.
Atacan la virtud de la comunicación entre los miembros, ya que sin comunicación en el hogar no hay unidad, ni crecimiento, ni armonía, en la familia. De esta manera van minando los cimientos familiares que, luego repercutirán dañinamente en la comunidad
Ahora se ve claramente que los virus de la demagogia, la mediocridad y la corrupción se esparcen también en otras instituciones para evitar que sus integrantes tomen conciencia de su persona, de sus virtudes morales y su finalidad.
Por eso la gran mayoría de las universidades ya no hablan de ciencia, de honestidad, de servicio, de solidaridad, de la realidad, de la integridad, de la decencia, del bien, de la belleza, de humanizar a los discentes, están sumidas en el pantano de la tecnología, el lucro y relaciones inmorales, como también en promover acciones contra natura..
Otra institución muy contaminada es la empresa, comercial, industrial, de servicios, no contemplan temas en sus planes y acciones como servicio al público, productos de calidad, buenos salarios y prestaciones, cuidado del personal y de su familia, el compromiso social con la comunidad, solo fincan su atención en el lucro y explotación de sus empleados.
De igual manera podemos enumerar otras instituciones que han abandonado su vocación de servir a la comunidad y adoptando proyectos y prácticas anti humanas y de disolución social minando valores, tradiciones y cultura que da identidad a la mexicanidad. En resumen siguen en camino de la deshumanización del pueblo para robotizarlo y encadenarlo a la yunta.
Con la imposición de prejuicios e ideologías por los enemigos de la patria y de la religión quiere someter a los mexicanos a la más brutal de la esclavitud, para evitarlos debemos de practicar la virtud de la política pues es la ciencia práctica que nos encamina hacía el Bien Común y por eso de estar en la cima de las ciencias prácticas sociales y de religión pues nos da la unidad al pueblo. Por eso los enemigos de la religión católica llevan miles de años buscando su desaparición.
Para detener a los enemigos internos y externos, es importante volver a dialogar en familia de política y religión, de lo contrario nos deshumanizaremos y seremos esclavos miserables.
Usted lector dice la última palabra.