UNAS FAMILIAS MUY, PERO MUY FELICES, LAS DUEÑAS DEL SIMAS RURAL
No es una sorpresa, menos una casualidad, que el SIMAS Rural, se encuentre hasta el tope de deudas con la CFE.
De acuerdo con una nota de María Elena Olguín, reportera de El Siglo de Torreón, desde 2019, el Organismo operador del Estado, acumula una deuda con la paraestatal, de 194 millones de pesos.
El sistema intermunicipal, llamado, SIMAS Rural, es quien suministra a los ejidos y nuevas colonias, el vital líquido y atiende todo lo correspondiente a conexiones, fugas, fallas y demás.
Las causas de tamaño descalabro y pésimo manejo, las podemos encontrar en:
Que el sistema Central de Aguas y Saneamiento (CEAS), se encuentra en la capital y, es administrada por Antonio Nerio Maltos, Director General y, se supone, que el órgano de control, que ocupa Héctor Manuel Lerma Haro, que por lo visto, no ha hecho bien su trabajo, porque, si estuviera al 100, auditando el trabajo de los municipios bajo su responsabilidad, no hubiera permitido el rezago, pero aún más, no permitiría los arreglos bajo la mesa, con empresas industrias y constructoras y demás, que por obvias razones, pagan mucho menos por el consumo de agua y por los servicios que reciben. Sólo para dar un ejemplo, el costo de una interconexión de la red general a un negocio –dependiendo la distancia-, ronda entre los 100 mil y 70 mil pesos (a veces, mucho más). Y ahí está, precisamente, parte del negocio, para “los dueños”, del SIMAS Rural.
¡Ah!, porque resulta, que desde hace más de 20 años, el SIMAS Rural, fue entregado, literalmente, a una familia, que, aparte, ha acaparado una cantidad escandalosa de cargos en la administración municipal. El patriarca de las familias, ¡ah!, porque ya no solo es una, sino ya resultaron dos, tiene acomodados a sus hijos legítimos y, ahora también, a los onapafa, y, ya va, con la tercera generación, pues a un nieto del tipo de marras, ya lo hizo funcionario, también.
La prueba más contundente del control que ejerce el cacique, fue, cuando, al oportunista, se le ocurrió, amenazar con dejar al PRI, e irse a Morena, porque, según él, en el PRI, ¡nunca le habían dado una oportunidad de avanzar!
La respuesta del Estado fue fulminante; detuvo y encarceló al encargado en turno del negocio, llamado SIMAS Rural, un tal Juan Pablo, como muestra de lo que pasaría con toda la parentela del bribón, lección que aprendió de inmediato, e hizo que se regresara, “en chinga”, a las filas del PRI, quien sin pudor, volvió a abrirle las puertas, como si, con su salida, el partido se hubiera derrumbado. Por el contrario, cuando el cacique, anunció su salida del partido, hubo festejos entre la militancia, porque, se iba, un prepotente y cínico, que se había convertido, en ese tiempo –y aún ahora-, en un lastre para el Revolucionario Institucional.
Las familias en cuestión, tienen -¿o tenían?- su más importante fuente de ingresos, en el que, habían convertido en un negocios privado, el SIMAS Rural. Ahí se tiene que escarbar, para recuperar, parte del millonario desfalco de la dependencia.
Siempre hay individuos mal agradecidos, que no tienen empacho en morder la mano de quien los ha convertido, de ser unos jodidos, a pasar a ser millonarios.
Este es OOOTRO caso, el de Gerardo Berlanga Gotés, quien traicionó, hace aproximadamente, 20 años, , que era su partido, el PAN, para pasarse a las filas del PRI, donde cayó en blandito, al convertirse de inmediato en funcionario municipal de primer nivel, siempre, en el área de Obras Públicas.
Gerardo Berlanga fue, según una fuente muy confiable de esa época, quien convenció, al entonces alcalde, Eduardo Olmos, para que comprara el edificio, que alberga hoy, al elefante blanco, llamado Hospital Municipal de Torreón. Dicha compra, rebasó, según mi informante, tres veces su valor real, además, arrastrando problemas legales, porque tenía (o tiene), un embargo.
Cuando se compró el edificio de marras, era un cascarón, a punto de derrumbarse, por lo que, Gerardo Berlanga, tuvo que tumbar los techos, por el mal estado en que se encontraban. Es más, si se hubiera construido uno nuevo, hubiera salido a la mitad de lo que costó el viejo edificio.
El tipo no ocultó, para nada, su nuevo estilo de vida. Fue famosa y muy criticada, la ostentosa boda para uno de sus hijos (o hija), que, al estilo de un faraón, realizó en el Parque España. Ahí están las crónicas de ese tiempo en El Siglo de Torreón y otros medios de comunicación.
Ahora, como no ve futuro de negocio en la próxima administración estatal, como buen traidor y mal agradecido que es, ya se pasó a Morena, aunque, en Morena, ya denunciaron todas sus traiciones y trácalas, mediante una carta abierta. Sin embargo, el sinvergüenza, se puso en primera fila, en el acto que convocó Claudia Sheinbaum, en su visita a Torreón, el miércoles pasado. No cabe duda, el que traiciona una vez...