Se llaman debates porque en ellos se controvierten propuestas contrarias entre sí, para que de esa discusión los electores saquen su propia conclusión, que les sirva para decidir su voto por el debatiente.
El pasado domingo 16 de abril, en Torreón, se llevó a cabo el primero de dos debates organizados por el Instituto Electoral de Coahuila IEC; el último será el lunes 1° de mayo, en Saltillo, entre los candidatos a gobernador Armando Guadiana, Manolo Jiménez, Ricardo Mejía y Lenin Pérez (por orden alfabético), postulados por Morena, PRI-gobierno, PT y UDC y PVEM, respectivamente.
A Manolo Jiménez, lo cuestionaron los otros tres candidatos acerca de qué iba a hacer con la deuda pública si siendo diputado local de Coahuila, la aprobó por alrededor de 36 mil millones de pesos, hace once años, y por la que se está pagando cerca de 6 mil quinientos millones de pesos al año de intereses, y que en la actualidad oscila los 43 mil millones de pesos; es decir, en lugar de bajar ha aumentado por los intereses.
Los gobiernos subsecuentes a Moreira I, incluyendo al actual no han hecho la debida restructuración de la deuda, porque es un negocio para ellos y los banqueros, se le cuestionó al candidato del PRI-gobierno,
Pero Manolo Jiménez, jamás contestó este cuestionamiento de sus oponentes, pues se salió por la tangente, y habló solo de lo que a él le convenía, sonando huecas sus promesas.
Manolo Jiménez, también se salió por peteneras cuando la moderadora del debate Sandra Romandía, le cuestionó que siendo alcalde de Saltillo, otorgó muchos permisos y toda clase de autorizaciones para que la inmobiliaria de su familia construyera casas; y sin contestar para nada esas graves acusaciones, se limitó a decir insistentemente que eso es lo que decían sus adversarios; replicándole la moderadora que ella había visto todo eso en documentos públicos, a los que él podía accesar; y ni así le entró al debate. Los demás candidatos sí debatieron entre sí; destacando el que Lenin Pérez, al único al que no cuestionó fue a Ricardo Mejía; lo que deja entrever que dentro de unos días o semanas puede declinar en su favor.