El 2023 inició a tambor batiente en el estado, por lo menos en lo que se refiere al tema político -electoral, con la definición de los candidatos de los diferentes partidos y coaliciones de cara a la elección del próximo mes de junio en el que se renovará la gubernatura y a los integrantes del congreso estatal, en lo que promete ser un proceso intenso y polémico.
Hubo pocas sorpresas en el tablero electoral, quizás, la más grande fue la elección de Armando Guadiana como abanderado de MORENA, el partido fundado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pues se esperaba que el partido guinda se decantara por el ex sub secretario de Seguridad Pública, el ex burbujo Ricardo Mejía Berdeja, quien, fiel a su estilo, abandonó su encargo en el gobierno federal y aceptó ser candidato del PT en búsqueda de la gubernatura.
Enfrente tendrán a un joven Manolo Jiménez, quien fue ungido por el gobernador Miguel Riquelme como su sucesor desde hace meses precisamente para evitar lo que sucedió en MORENA, una fractura interna que será determinante en el resultado del proceso. El ex alcalde de la capital coahuilense será el abanderado de la coalición que conforman PAN, PRI y PRD, alianza que resucitó luego del distanciamiento que se dio cuando el PRI votó a favor de la propuesta de MORENA para extender la presencia del ejército en las calles a petición del presidente de la república.
Sin embargo, los líderes de esos tres partidos saben de la imperiosa necesidad de unir fuerzas para poder hacerle frente a MORENA, que actualmente gobierna en más de 20 entidades en todo el país y aspira a quedarse con la joya de la corona: el Estado de México, trascendental para mantenerse en el poder de cara a la elección presidencial del 2024.
El acuerdo entre priistas, panistas y perredistas abarca las elecciones de este año y el próximo, en el que el PRI lleva mano para elegir a los candidatos en Coahuila y el Estado de México, mientras que el PAN lo hará en la elección para la Ciudad de México y la presidencia de la república, a renovarse en el 2024.
La nota la dio el Partido del Trabajo, que abandonó su alianza con MORENA y ungió como su candidato al ex sub secretario Ricardo Mejía Berdeja, quien, fiel a su estilo cuando las cosas no le favorecen, abandonó el barco de la 4T y emprendió una aventura que no lo llevara a ningún lugar pero que resulta sospechosamente conveniente para el abanderado del PRI, pues el funcionario federal, de quien el presidente afirmó que ni adiós dijo, dividirá el voto de la izquierda, lo que indudablemente resulta beneficioso para Manolo Jiménez.
Finalmente, la Unión Democrática de Coahuila, aparecerá en las boletas con el sempiterno Lenin Pérez Rivera, dueño absoluto de esa franquicia electoral, eterno candidato udecista y cacique de Ciudad Acuña, donde ya ha sido tres veces presidente municipal y diputado federal. Esta sería su segunda aventura en búsqueda de la gubernatura, aunque en la primera tiro la toalla para apoyar al panista Guillermo Anaya Llamas, quien fue vencido en las urnas por el actual gobernador Miguel Ángel Riquelme.
Por lo pronto, las precampañas están a todo lo que dan, con spots a diestra y siniestra en radio y televisión inundando los aparatos con la voz e imagen de Manolo Jiménez y Armando Guadiana, quienes son los dos contendientes reales a la gubernatura, aunque a priori parece que el tablero electoral se le ha acomodado bastante bien al pre candidato aliancista en sus aspiraciones por suceder al actual mandatario estatal. El cisma al interior de MORENA, la elección del candidato menos fuerte con los que contaba el partido oficial, y la desbandada que provocó la salida de Ricardo Mejía Berdeja tras su berrinche por no haber sido designado candidato del oficialismo, parecen el escenario ideal para que el PRI y sus aliados se alcen con la victoria el próximo mes de junio, y aunque en política nunca hay que dar nada por hecho, tal parece que la alternancia en Coahuila tendrá que seguir esperando. Al tiempo.
