La mejor columna política de La Laguna, por SinCensura.
El PRI se está extinguiendo y eso —gran parte— es culpa del pésimo gobierno de Enrique Peña Nieto que hizo las cosas tan mal. Y fue hace tan poco tiempo, que solo si se consuma la Alianza, podrá sobrevivir, cosa que es muy probable. En las elecciones a gobernador de 2022, al PRI le fue muy mal, perdió dos gubernaturas y a eso se suman las ocho que ha perdido desde 2019. Ahora sólo tienen tres gubernaturas y en la Cámara de Diputados son tercer lugar, pero están más cerca del cuarto lugar que del segundo. Podemos resumir los cinco episodios del gobierno de Peña Nieto que hundieron al PRI y que hicieron que la gente odie a ese partido.
La “Casa Blanca” de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera. En 2013, Angélica Rivera, entonces esposa del presidente Peña Nieto, hizo una entrevista con la “Revista Hola”, en donde, presumía una misteriosa casa familiar de la cual la gente y la prensa no estábamos enterados. Los reporteros de “Aristegui Noticias” se pusieron a investigar esa casa y sacaron un reportaje en 2014. Daban a conocer que la pareja presidencial tenía una mansión de lujo que había costado 86 millones de pesos y que estaba en Lomas de Chapultepec, el más exclusivo fraccionamiento de México. Pero lo extraño es que la casa no estaba a nombre de ninguno de ellos, de hecho, estaba a nombre de la empresa “Ingeniería Inmobiliaria del Centro”, una filial de la constructora “Grupo IGA”. La misma que se había beneficiado de contratos por miles de millones de pesos en el gobierno de Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del Estado de México, y también en el gobierno federal cuando Peña Nieto era presidente. Por cierto, dicen las malas lenguas que el presidente y el dueño de la constructora, básicamente, eran socios.
Los cuatro gobernadores del nuevo PRI. En la campaña presidencial de 2012, el discurso de Peña Nieto era que el país había impulsado un cambio generacional y que el PRI, ahora estaba liderado por jóvenes capaces que iban a arreglar el país. Varias veces, Peña Nieto usó como ejemplo de este cambio a tres gobernadores: a Roberto Borge de Quintana Roo, a Javier Duarte de Veracruz, y a César Duarte de Chihuahua. Ya cuando Peña Nieto era presidente, se tomó una foto bastante amigable con todos los gobernadores priistas, pero para inicios del sexenio, empezaron a sonar casos de corrupción de sus funcionarios. Hoy en día, muchos de los que se tomaron esa foto con el presidente Peña Nieto y que casi lo están abrazando, están presos. Los más corruptos resultaron ser los tres que Peña Nieto usaba como ejemplo en campaña. César Duarte desvió tantos fondos que dejó a Chihuahua en bancarrota. Roberto Borge que igual robó mucho, vendió muy barato a gente cercana casi el 10 por ciento de la reserva ecológica de Quintana Roo. De Javier Duarte hablaremos un poco más adelante pero él también destrozó a Veracruz. Hoy, esos gobernadores priistas de la misma generación también están o han estado encarcelados alguna vez. Los tres tienen acusaciones fuertes y creíbles en contra. Esta nueva generación priista era tan corrupta como las generaciones anteriores, resultó que los miembros más manchados eran los más cercanos al presidente Peña Nieto.
La “estafa maestra”. En 2017, una investigación de “Animal Político” y “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”, dio a conocer uno de los casos de corrupción más impresionantes en la historia política de México. Resultó que 11 dependencias del gobierno de Peña Nieto desviaron, entre 2013 y 2014, casi 8 mil millones de pesos. Entre las dependencias se encontraban la Sedesol de Rosario Robles Berlanga. Banobras liderada por Alfredo Del Mazo —ahora gobernador del Estado de México— y que también es primo de Peña Nieto. Y Pemex que lo manejaba Emilio Lozoya Austin. La “estafa maestra” fue un esquema complejo del gobierno de Peña Nieto que contrataba a una universidad pública para que prestara un servicio. Pero esa universidad no estaba capacitada y no tenía el personal para hacerlo, se quedaba en una parte del dinero y luego subcontrataba a menor precio, a otra empresa, que tampoco estaba capacitada y que tampoco tenía el personal suficiente. Esa empresa, también, se quedaba una parte del dinero y contrataba más barato, a otra empresa, que tampoco podía hacer nada y así la escalera sería infinitamente con dinero quedándose en cada uno de los escalones de la pirámide. Fue una red de corrupción que involucraba a 8 universidades públicas y 11 dependencias federales, más de 50 funcionarios y casi 200 empresas de las cuales muchas eran fantasmas. Fue un escándalo enorme que le restó mucha credibilidad al presidente Peña Nieto que terminó con Rosario Robles de la Sedesol en la cárcel, pero de todos modos, todavía hay mucha impunidad sobre ese caso.
Ayotzinapa y otras matanzas del Estado. El país siempre se ha caracterizado por hacer uso despótico de la fuerza, lo hizo en la guerra sucia cuando peleó contra guerrillas comunistas en todo el país o en los casos de “Tlatelolco” en 1968 y el “Halconazo” en 1971, en donde, hicieron masacres estudiantiles o en matanzas civiles como la de “Acteal” en 1997 o la de “Tlatlaya” en 2014, y como esas hay muchas más pero de las recientes que más indignación causó fue la de “Ayotzinapa”.
El caso de Javier Duarte. Cuando Javier Duarte tomó posesión como gobernador de Veracruz, en 2010, ya al inicio de su sexenio empezaban a sonar casos de posible corrupción. En 2014, “Animal Político” y “Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad”, revelaron una red de empresas fantasma que, básicamente, le dieron credibilidad a todos esos rumores que ya sonaban en la última parte de su sexenio que se vivió entre acusaciones e investigaciones. Lo señalaban por robar cientos de millones de pesos del erario y la comunidad periodística siempre se acordará de su gobierno como uno de los que permitió más asesinatos de periodistas en la historia de este país. Dos semanas antes de que terminara su sexenio, Javier Duarte, pidió licencia para enfrentar su caso de frente, todavía le dio tiempo de ir a hacer una entrevista con Carlos Loret de Mola, en donde, se declaró a sí mismo inocente, pero muy poco después se fugó del país. Hay dos cosas que son muy crudas en el caso de Javier Duarte. La primera es la cantidad de dinero que se robó del sector Salud de Veracruz, dinero que era para comprar medicinas para niños con cáncer y entonces a esos niños —sin que ellos supieran— los trataron con agua destilada, lo cual, obviamente, no les funcionó. El gobierno de Javier Duarte compró medicinas caducas y también se hizo de 70 mil pruebas falsas para VIH. Lo otro que también es bastante oscuro de este caso es el involucramiento de Karime Macías —la esposa del gobernador— quien no sólo sabía perfectamente lo que hacía su esposo, sino que ella misma metió mano al erario. Después, cuando Javier Duarte estaba prófugo de la justicia y Karime Macías ya vivía en Inglaterra, se encontraron muchos cuadernos en donde ella se trataba de convencer de que lo que hicieron ella y su esposo no estuvo tan mal. Escribía planas y líneas tras líneas, diciendo “sí merezco abundancia, sí merezco abundancia”, literalmente, una locura, una botadura de canica. El Reino Unido —actualmente— prepara la extradición de Karime Macías. Así es como Javier Duarte fue y es ejemplo del nuevo PRI, quien ahora está tras las rejas.
El gobierno de Peña Nieto es el peor gobierno del México reciente. Cómo estos casos hay muchos más, como el de “Odebrecht” o la red de trata sexual del líder del PRI en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Gutiérrez. Todos estos, son el tipo de casos que a la gente le causan mucho rechazo. Enrique Peña Nieto terminó con una aprobación del 24 por ciento, que es la más baja que ha tenido cualquier presidente desde que se hacen este tipo de sondeos. Sin olvidarnos que subió mucho la violencia y ganó fuerza el crimen organizado. En el primer año de su sexenio hubo 23 mil asesinatos. En el último, hubo más de 36 mil y la cifra total de los homicidios en todo el sexenio no baja de 120 mil. La gente ya no quiere votar por el PRI porque los malos manejos de ese partido le dieron a la ciudadanía en donde le duele, y por eso el partido hoy en día está agonizando.
Pero nada más no hay forma de que el PRI gane en 2024, por sí solo. Y eso es porque ha cambiado la política y han cambiado las cosas que le importan al elector.
Ya cambiaron los tiempos y es muy obvio y es muy grave que la oposición parece ser la única que no se ha dado cuenta.
El resultado de la marcha ciudadana en defensa del INE, verificada de manera multitudinaria hace tres semanas entre el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución, dejó en el presidente de México una molestia difícil de ocultar.
El río humano que marchó de manera espontánea a lo largo de algo que López Obrador considera su marca registrada, la calle, significó un duro baño de realidad para el jefe del Ejecutivo. Quien entendió que algo inédito estaba sucediendo. Se dedicó durante varios días a descalificar la marcha ciudadana y a sus participantes.
Cuentan que el mandatario se encerró con personas de su confianza, el vocero Jesús Ramírez Cuevas y su jefe de asesores, Lázaro Cárdenas Batel, para buscar una forma de responder a lo que acababa de verse en el Paseo de la Reforma.
“La gente quiere que marchemos el 27, un domingo”, diría después López Obrador.
“La gente”, era en realidad Jesús Ramírez Cuevas, quien puso sobre la mesa la idea de tomar la calle echando mano de todo el aparato gubernamental, incluidos los gobernadores.
La operación quedó en manos del secretario de Gobernación, Adán Augusto López. A Claudia Sheinbaum le correspondió garantizar la asistencia del gobierno de la Ciudad de México. Gobernadores de todos los puntos del país, así como los integrantes del gabinete, comenzaron a convocar a todo vapor a la marcha de AMLO.
A las 8:00 horas, una hora antes del arranque oficial de la marcha de AMLO, ya había miles de personas esperando a que AMLO arrancara el recorrido. Personas de todas las edades, desde adultos mayores hasta jóvenes iniciaron con las porras al presidente; ni qué decir de la palpable emoción al enterarse de que justo a unos pocos metros se encontraba el mandatario.
Aunque muchos llegaron juntos en autobuses de línea, procedentes de otros estados de la República, y otros en las llamadas “peseras” de las zonas más cercanas de la Ciudad de México, los que estaban ahí tenían la clara convicción de ver al presidente.
Un águila real fue el símbolo que anunciaba que justo a su paso se encontraba AMLO, rodeado de Servidores de la Nación y civiles corpulentos y de rostro duro, que a decir de los presentes se trataba de militares vestidos de civil. “¡Hagan una valla, abran paso!”, exigía el personal, incluso a la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, le tocó pedirle a la multitud que le abriera camino al presidente y es que todos querían estar cerca para cuando AMLO pasara a su lado.
Claudia Sheinbaum informó que, de acuerdo con reportes de la secretaría de Seguridad Ciudadana, a la marcha de AMLO asistieron —aproximadamente— 1.2 millones de personas. Cuentan, quienes estuvieron presentes, no ven descabellada esta cifra y es que había un visible mar de gente gritando consignas, aplaudiendo al presidente; entre empujones, codazos, tropezones y algunos pisotones.
A cada metro que AMLO avanzaba eran varias las consignas que recibía, desde las clásicas “¡No estás solo!” y ¡Es un honor estar con Obrador!”, hasta ¡Honesto, valiente, así es mi presidente!”, además hubo quienes gritaban una y otra vez “¡No somos acarreados!”, en respuesta a la oposición que decidió calificar a esta movilización como “La Marcha del Acarreo”.
El canciller Marcelo Ebrard, otro de los aspirantes a la candidatura presidencial se encontraba unos metros adelante de AMLO, quien lamentablemente unos metros más tarde fue agredido por un ciudadano, según reportaron algunos medios.
Frente al Palacio de Bellas Artes, a unos pasos de ingresar a la calle Madero, que desemboca en el Zócalo, había miles y miles de personas esperando ver al presidente. Llamó la atención que justo en ese punto, AMLO fue recibido como toda una estrella de rock, pues la gente se deshizo en gritos, aplausos, porras y hubo quienes rompieron en llanto al verlo de cerca.
“¡Ay, mi presidente!”, “¡Mi cabecita de algodón!”, decía la gente con todo el cariño que se le puede tener a un hombre que es innegable ha luchado a ras del suelo para llegar a la Presidencia y que pareciera todavía en campaña. Si hubo “acarreados”, como los llama con desdén la oposición, muchos fueron por convicción propia, por un palpable respeto, agradecimiento y cariño al presidente de la República, al menos es lo que se percibió.
Después de más de cinco horas de marcha, con los labios secos y visiblemente sudado, AMLO dio un discurso por “los 4 años de la Transformación”, de al menos hora y media; sorprendiendo a propios y extraños por la entereza con la que se le vio dar su mensaje y es que pareciera que del pueblo es de donde AMLO saca su energía para continuar con su llamada “Cuarta Transformación”.
López Obrador reiteró que terminado su mandato, en septiembre de 2024, se alejará de la vida pública, y no participará en ninguna actividad política ni social, ni siquiera asistirá a la boda de sus hijos.
Se cumplen cuatro años del actual gobierno y la paridad finalizó esta semana en 19.22 pesos por dólar, según las cotizaciones al mayoreo publicadas por el Banco de México. Con lo que este gobierno aprueba con honores en los mercados financieros, pero se perfila para entregar las peores cuentas en crecimiento e inflación por la pandemia. Contrario al desplome cambiario que expertos estimaban, el peso ha tenido su mejor desempeño en esta administración desde que inició el llamado “Milagro Mexicano” de 1940.
Destaca que entre los que asistieron al Zócalo para acompañar al presidente en su 4to Informe de Gobierno, estuvieron los líderes empresariales Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial y Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios.
Y mientras que las “corcholatas” Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard marchaban junto al presidente en la Ciudad de México, a más de 9 mil kilómetros de distancia, en Madrid. Se daban hechos que, para algunos, son el inicio de lo que podría acabar en una alianza electoral de oposición. Primero, el líder de la Cámara de Diputados, el panista Santiago Creel, y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y aspirante a la candidatura presidencial de MORENA, Ricardo Monreal, aprovechaban su asistencia a un cónclave interparlamentario en España para esbozar lo que se perfila como una gira conjunta por la “Reconciliación Nacional” a lo largo del país. Después, Luis Espinosa Cházaro, coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, le dijo al zacatecano que “tiene las puertas abiertas” de su partido.
Nos dicen que en la bancada de MORENA en el Senado hay quienes comen ansias e impulsan con todas sus fuerzas la salida de su actual coordinador, Ricardo Monreal. Nos comentan que están tan acelerados algunos senadores pertenecientes al ala radical que ya hasta impulsan la llegada de su gallo a la coordinación, se trata del exgobernador de Tlaxcala, José Antonio Álvarez Lima.
Lo curioso es que el principal atributo que ven en Álvarez Lima, es que lo consideran como un hombre muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador. Quizás por esa proximidad con el mandatario, Álvarez Lima ha sido muy crítico del desempeño de Ricardo Monreal, a quien ha cuestionado con rudeza, tanto en la plenaria de MORENA en agosto pasado como hace unos días en una reunión del grupo parlamentario.
La permanencia del senador Ricardo Monreal en MORENA vuelve a ser tema de conversación. A ello se suma su acercamiento con la oposición y las diferencias con sus compañeros morenistas. Estas son las razones que podrían apuntar a una posible salida del partido guinda de Ricardo Monreal.
A propósito de Ricardo Monreal, cuando escuchamos o hemos oído hablar de los hermanos “Monreal”, tal vez usted, se imagina a dos o tres que están en la política. Bueno, en realidad, son mucho más. De los como 14 hermanos de la familia “Monreal”, la mitad de ellos tiene un puesto público. Ricardo Monreal es el líder del Clan “Monrealista”, es senador de la República por MORENA y el tipo quiere ser presidente. Desde 2021, David Monreal es gobernador de Zacatecas también por MORENA. Hace poco se filtró una conversación entre Ricardo Monreal y “Alito” Moreno, donde se expone que hubo acuerdo para que ganara su hermano. Y es que la familia “Monreal” sigue un patrón claro. Ricardo ha estado como en cinco partidos —PRI, PRD, PT, MC Y MORENA— y cada vez que sale de uno y pasa a otro, básicamente, todos los hermanos lo acompañan y reciben puestos y cargos importantes después. David emplea a su hermana Ana María Monreal, ella es directora de Salud Pública de Zacatecas. Y Saúl Monreal es alcalde del municipio de Fresnillo, el bastión de la familia “Monreal”. Y según el portal del gobierno morenista de Sinaloa, su hermano Rodolfo Monreal es parte del equipo del gobernador Rubén Rocha Moya. De Eulogio Monreal, su última aparición pública la hizo como presidente de MORENA en Aguascalientes. Y su hermana Susana Monreal trabaja en el consulado mexicano en Texas en los Estados Unidos de América. Además, Verónica Díaz Robles, la exesposa del hermano Luis Enrique Monreal, es delegada de Programas Sociales para el Desarrollo en Zacatecas. Qué bonita familia, ¿no cree? ¿Y así pretende engañarnos a los mexicanos con golpes de pecho?
Nos hacen ver que la Reforma Electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador está muerta, es decir, con los minutos contados, ya que fue aplazada para su discusión en San Lázaro. Pero la pesadilla apenas comienza. El aplazamiento del debate de la reforma político-electoral que se tenía programado en el Pleno deja ver la existencia de diferencias entre MORENA y sus aliados del Partido Verde Ecologista de México —PVEM— y el Partido del Trabajo —PT— en donde hay resistencias de diputados a votar a favor de una reforma a la Constitución que saben que está muerta, pues la oposición ha anunciado que votará en contra y el partido oficial y sus aliados no reúnen los votos necesarios para aprobarla.
Y es que hay puntos que para el PT prenden focos de alerta ya que de aprobarlos sería como darse un balazo en el pie o bien preparar su funeral político. Uno de ellos, es la eliminación de recursos públicos para las actividades ordinarias de los partidos políticos y, otro es el nuevo método que se propone para elegir a legisladores. En ambos casos, dicen, los deja en desventaja y con riesgo a desaparecer del mapa electoral, pues, saben que su fuerza de partido no es tan grande como la de su aliado, MORENA.
La Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados había acordado que la Reforma Electoral se debatiría esta semana en el Pleno. Sin embargo, el coordinador de la bancada de MORENA, Ignacio Mier Velazco, informo que las reformas a las leyes secundarias en materia electoral, llamado “Plan B” del presidente Andrés Manuel López Obrador, se podrían votar hasta el 3 de abril del 2023.
Como paciente que regresa de un coma inducido, la alianza “Va por México”, conformada por PAN, PRI y PRD, está de regreso y volverá a presentarse como coalición de los tres partidos en las elecciones de junio del próximo año en el Estado de México y Coahuila.
El choque entre las dirigencias de las tres fuerzas opositoras, luego de que las bancadas priistas en la Cámara de Diputados y el Senado apoyaran la reforma al Quinto Transitorio para alargar la permanencia del Ejército en la seguridad hasta 2028, parecen haberse superado y antes de que termine el año Marko Cortés, “Alito” Moreno y Jesús Zambrano saldrán públicamente a fumar la pipa de la paz y anunciar que “Va por México” está viva y lista para frenar el avance de MORENA y de la Cuarta Transformación en los dos estados que eligen gobernador en 2023.
Pero también, con la intervención directa de los gobernadores Alfredo Del Mazo y Miguel Riquelme, y los dirigentes estatales de PAN, PRI y PRD, se trabaja un acuerdo para el reparto de posiciones entre las tres fuerzas, tanto en el gabinete de cada estado, como en las diputaciones al Congreso local. Se busca que el Estado de México y Coahuila sean el laboratorio para integrar los primeros “Gobiernos de Coalición” de “Va por México”, en los que ya no sólo compita la alianza de los tres partidos en las elecciones, sino que, de ganar ambos gobiernos y legislaturas locales, se integren con un reparto equitativo de posiciones de priistas, panistas y perredistas.
El experimento coahuilense y mexiquense, de los “Gobiernos de Coalición”, forma parte del proyecto para transformar a “Va por México” en una “Alianza de Gobierno” y ya no solo en una coalición para las elecciones. Para eso, está pendiente la instalación de una mesa entre las dirigencias nacionales de las tres fuerzas, mientras que el PRI ya trabaja en una propuesta de iniciativa de Ley de Gobiernos de Coalición, que pretende presentar la bancada priista en la Cámara de Diputados para el próximo periodo legislativo, tanto como reforma constitucional —que saben que difícilmente dejara pasar la mayoría de MORENA— como también iniciativa de leyes secundarias. A propósito de Coahuila, el gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís rindió su Quinto Informe de Gobierno, que es visto desde Palacio Nacional como “el más reacio y duro de vencer” de los dos mandatarios priistas a los que enfrentarán en 2023. Mientras en el Estado de México ven a Alfredo Del Mazo como un “amigo” de la Cuarta Transformación y un “gobernador institucional” que en su último informe se desvivió en elogios y reconocimientos al presidente López Obrador y a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. En el caso de Coahuila, a Miguel Riquelme no sólo lo ven como un mandatario fuerte en aprobación y en control político del Estado, sino también como un priista que dará la pelea con toda su estructura y fuerza para mantenerse como uno de los últimos bastiones que le quedan al PRI. Y no se equivocan, porque los mensajes y discursos que ha mandado Miguel Riquelme son bastante claros y directos en el sentido de que “En Coahuila no permitiremos el avance de MORENA ni de la 4T” o “Aquí sí, en Coahuila la ley es la ley”, a estas alturas nadie duda que los comicios coahuilenses serán los más duros del próximo año para MORENA.
Por cierto, que mientras se consolida la figura de Ricardo Mejía Berdeja, como “el candidato de Palacio Nacional” para Coahuila, al senador Armando Guadiana le mandan cada vez mensajes más fuertes sobre que ya no está en el ánimo de López Obrador, con todo y que el pasado domingo se fue a marchar en el Paseo de la Reforma. La última señal contra Guadiana la mandó la Fiscalía General de la República al reactivar la denuncia por lavado de dinero en contra de él, sus empresas mineras y hasta su familia. Pero al senador, que ha hecho una considerable fortuna en sus muchos años de “empresario”, todo eso no parece quitarle el sueño porque pidió una licencia temporal para ausentarse del Senado, porque se fue a Qatar al partido de México contra Arabia Saudita. ¿Será que el senador Armando Guadiana ya sabe que no será el candidato morenista?
Como siempre es un placer, nos leemos en la próxima… ¡no olvides compartirla!