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Más allá del debate entre expertos y legisladores sobre la propuesta de reforma electoral, es importante conocer el respaldo de la ciudadanía sobre los detalles de la iniciativa presidencial que, a mi juicio, es pertinente y necesaria, y para ello resulta interesante los datos que El País presenta derivado de una encuesta que ha hecho el propio INE para medir la percepción ciudadana con respecto a la iniciativa de reforma electoral. Los resultados, desde luego, no podían ser diferentes a los que presenta el diario: 93% de los encuestados está a favor de reducir el presupuesto público para financiar el sistema de partidos; así mismo, el 87% están de acuerdo en disminuir el número de legisladores plurinominales mientras que 74% coinciden en disminuir el dinero que actualmente se le entrega al instituto. Finalmente, 8 de cada 10 encuestados apoyan la idea de que magistrados y consejeros electorales sean electos por voto directo ciudadano. De estos datos llama la atención la forma en que el consejero presidente de dicho instituto, Lorenzo Córdova Vianello, minimiza los resultados al señalar que solo un 27% de los encuestados en el sondeo realizado señaló conocer el contenido de la iniciativa presidencial. Pareciera que intenta decir que la muestra es insignificante, sin embargo, estoy seguro de que si la muestra se hiciera mucho más grande los resultados irían en la misma proporción, o tal vez más en favor de la iniciativa presidencial, pareciera que el consejero vive en otro México, en donde no cala el oneroso y exagerado financiamiento electoral cuando la mitad de los mexicanos siguen viviendo en pobreza, pero revisemos brevemente cada uno de los puntos de los resultados de la encuesta: solamente para 2023, el INE aprobó más de 6 mil millones de pesos para los partidos políticos. En conjunto, nuestro sistema electoral ha crecido exponencialmente en los últimos 12 años al pasar de 14 mil millones de pesos en 2010, a más de 19 mil millones en 2022, recursos que vuelven nuestro sistema electoral uno de los más caros del mundo. Con respecto a eliminar a los plurinominales, se trata de regresar a la cantidad de diputados que teníamos antes de las reformas electorales de 1977 y 1996, a la cantidad de 300 diputados y 96 senadores, es decir, que la representación de cada uno de ellos sea más extensa, no necesariamente eliminar el sistema de representación proporcional, como quiera que sea, la sola idea de disminuir la cantidad de legisladores es bienvenida entre la sociedad. Finalmente, la selección actual de consejeros electorales se lleva a cabo por la cámara de diputados en cuestionadas negociaciones partidistas en donde al final, intereses ajenos a la función electoral son los que determinan quiénes serán electos consejeros electorales, lo cual pervierte la imparcialidad y el profesionalismo del proceso de designación; ante lo cual, la idea de que seamos los ciudadanos quienes podamos elegir a los consejeros del INE y a los magistrados del TEPJF, resulta atractiva y pertinente. Verdad absoluta: ninguna de las propuestas supone la desaparición del INE, sino su transformación y solo el tiempo nos dirá si tomamos o no la decisión correcta.