POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
“Protesto contra la mancha de traidor que se ha querido arrojarme por cubrir mi sacrificio, muero inocente de ese crimen…”; es lo que expresó el general Miguel Miramón, cuando junto con el también general Tomas Mejía y el emperador Maximiliano de Habsburgo, fueron fusilados en el Cerro de las Campanas el 19 de junio de 1867, por sentencia condenatoria en el proceso penal por traición a la patria por haber entregado a México a Francia, en el gobierno liberal de Benito Juárez; con todo y que Miramón había sido un destacado alumno del Heroico Colegio Militar, en tiempos de los Niños Héroes, y un brillante militar en algunas batallas.
Esa protesta de Miramón a la acusación de traidor, es un gesto de dignidad que lo enaltece; pues en los últimos momentos de su vida le importó más salvar su pundonor que su propia vida, la que daba por convicción a una causa en la que él creía, independientemente de que ésta fuera patriota o no.
El pasado Jueves Santo, se recordó la traición de Judas Iscariote (quien por su arrepentimiento se colgó), a Jesucristo, en el Monte de Getsemaní, a cambio de 30 denarios (equivalentes a no sé cuántos millones de pesos en la actualidad); delatándolo ante el gobierno de Roma, cuyo procurador Poncio Pilato, al saber que el reino que quería establecer no era de este mundo, y de que tenía muy clara la separación de la Iglesia y el Estado expresando “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”; y que por lo tanto no constituía ningún peligro, lavándose las manos, lo entrego al Sanedrín, el tribunal judío, que lo condenó sin debido proceso alguno a la muerte en la cruz; porque su doctrina de amor, paz, justicia e igualdad, en bien sobre todo de los pobres, iba en contra de los injustos privilegios de los judíos.
Hasta ahora ninguno de los 223 diputados federales que votaron en contra de la reforma constitucional eléctrica que propuso el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que han sido exhibidos con nombre y apellidos, fotografía, y domicilios, en todo el país, ha protestado como Miramón ni se ha suicidado como Judas; lo que demuestra que no tienen ni una brizna de dignidad.
Es que esos diputados defraudaron la confianza que con los votos depositaron en las urnas sus electores, al no aprobar una reforma que conviene a la economía de estos últimos; y también fueron desleales a la nación al no hacerla independiente de empresas eléctricas extranjeras, como la española Iberdrola y otras.
Independientemente de que con esa conducta se tipifique o no el delito de traición a la patria, por haber realizado "actos contra la independencia, soberanía o integridad de la nación con la finalidad de someterla a persona, grupo, o gobierno extranjero"; y que tiene una pena de 5 a 40 años de prisión y multa de hasta 50 mil pesos; “Vox populi, vox Dei”: “La voz del pueblo, es la voz de Dios”; ya condenó al repudio a esos 223 diputados del PAN, del PRI, del PRD y del MC, como traidores a la patria.
Ahora falta que los votantes ejecuten esa sentencia el 5 de junio, en las elecciones para gobernador en 6 estados, Durango entre ellos; en el 2023, en Coahuila, Estado de México, Hidalgo (en donde está postulada como candidata de esos partidos a gobernadora la esposa de Rubén Moreira); y en el 2024, para Presidente de la República, diputados y senadores; no votando por el PAN, el PRI, el PRD y el MC.