POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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Concluyendo al inicio para ser tajantes: el nuevo aeropuerto inaugurado bajo el sello de este sexenio no tiene pretensiones de magnanimidad, tampoco de ser la solución a los problemas o retos aeronáuticos en México, su función es desahogar el ya saturado sistema de transporte aéreo de la Ciudad de México; no del país entero. Bajo esa premisa, me parece una exageración totalmente desproporcionada la cobertura mediática que se lleva a cabo sobre esta obra en medios masivos. De todo, absolutamente de todo da ese nuevo recinto para notas periodísticas como si no hubiera cosas más importantes que abordar en nuestro país; y lo absurdo, es que son cosas burdas las que se señalan en medios nacionales con tal de golpear un aeropuerto nuevo y a su promotor: reporteros haciendo encuestas a pasajeros sobre si les gustó el nuevo recinto, reportajes sobre la venta de garnachas, reportajes por la mala ortografía de un letrero, reportajes sobre el tiempo que tarda un taxi en llegar, lo que cobra el taxi, es decir, no se puede ocultar un evidente intento de cuestionar la recién inaugurada obra sexenal. No me considero un conocedor de aeronáutica, pero el sentido común me dice que ningún aeropuerto por sí solo satisface las necesidades de transporte colectivo de una región, y lo que sí hay que resaltar, no son los argumentos de personajes como Carlos Slim aplaudiendo la obra gubernamental, sino que la obra fue realizada por el ejército mexicano dejándonos ver la capacidad de nuestras fuerzas armadas en ingeniería y construcción, que para mi es un hito histórico que hay que resaltar más allá de la superficialidad de los reportajes y noticias que inunda los medios con puntos de vista generalmente peyorativos sobre el nuevo aeropuerto como vil lapidación medieval. En lo personal, he conocido aeropuertos internacionales en Estados Unidos y el AICM; pero también he conocido más modestos como el de Torreón, Coahuila o el de Monterrey, Nuevo León, y al final, como usuario, solo me interesan dos cosas: poder acceder a un vuelo y que el avión no se estrelle; siendo esta última parte un asunto complicado para debatir, y en cuanto al primer punto, me parece que el nuevo AIFA cuenta con lo esencial viene a auxiliar la saturación del AICM; lo que sin duda es positivo y a ofrecer servicio en la gran CDMX. Finalmente, veo una serie de intercambio de diatribas en redes entre personas que, me consta, jamás ha tomado un vuelo y despotrican contra el nuevo aeropuerto, lo cual me dice que lejos de analizar a profundidad los beneficios o perjuicios de esta obra, termina ha terminado politizada por medios masivos y secundada por quienes hacen honor al “homo videns”. No es ni será la obra del sexenio, es una obra más, que nos guste o no su arquitectura, la comida que venden, o la opinión de políticos es irrelevante, lo que nos debe de interesar es si el aeropuerto cumple con los estándares internacionales en materia de seguridad y las rutas de cobertura suficientes que con el tiempo deberán irse expandiendo y lo positivo, es que hasta el momento no hay señales de corrupción en esta obra que se sigue perdiendo en un mar de superficialidad mediática.
