POR: EL TRINO
HACE UNOS DIAS falleció un buen amigo, Don Ezequiel Arellano Ramos, quien era una fina persona y gozaba del aprecio de muchos sampetrinos. Ezequiel Arellano, era originario del ejido Santo Tomás, hijo y nieto de campesinos. Su abuelo fue ejidatario primordial de 1936 y Ezequiel heredó de su abuelo la parcela ejidal. Durante muchos años, el señor Arellano fue comisariado ejidal de su natal Santo Tomás, y fue uno de los dirigentes campesinos más destacados en la década de los sesentas y setentas. Llegó a ocupar cargos importantes en la CNC local, estatal y nacional, y fue principalmente un gestor incansable de recursos y proyectos para los ejidos no solo de San Pedro sino de toda la república Mexicana.
En la época de los gobiernos de Luis Echevarría y López Portillo, Ezequiel encabezó un movimiento que promovió el equipamiento de muchos ejidos. En aquellos años, logró que en más de 30 ejidos del municipio, incluyendo el suyo, se instalaran establos y se equipara a los grupos de productores de maquinaria. Llegó a ser regidor del ayuntamiento y fue parte de la Secretaría de la Reforma Agraria como parte de los grupos de gestores.
Durante toda su vida, militó en el PRI y en su amada CNC. Muchas veces, fue tentado a competir por otros partidos como candidato a la presidencia municipal o para alguna diputación, pero don Ezequiel fue hombre de una sola pieza. Durante una conversación que tuvimos con él, dijo que, desgraciadamente, a los campesinos en sus tiempos se les dieron muchos recursos pero desgraciadamente no les dieron lo principal. Lo principal, era decía el señor Arellano, era la capacitación para administrar los recursos. Y eso, al final de cuentas, causó que todos aquellos programas y proyectos terminaran fracasando.
Hombre consiente, sabía reconocer que, a pesar de tanto apoyo, el modelo ejidal de producción fracasó por la falta de preparación para administrar por parte de los ejidatarios, pero también decía que, a pesar de todo, aquellos recursos sirvieron para que la vida de muchos ejidatarios cambiara positivamente porque hubo muchos que si supieron aprovechar y lograr sacar adelante a sus familias.
Don Ezequiel también fue un constante promotor de las causas ecológicas. A muchos presidentes, diputados y candidatos a la presidencia de la República les habló de proyectos viables para traer agua de otras regiones a la Laguna. De su bolsa gastó para ir a explorar la posibilidad de traer agua de los afluentes del río Agua Naval a la comarca, pues su sueño era que los ejidatarios, sus hermanos campesinos, tuvieran más agua para sembrar más superficie. Desgraciadamente, ningún político o líder le hizo caso, a pesar que con números y estadísticas demostraba que su sueño era realizable.
Ezequiel Arellano propuso que se plantaran álamos, porque el frotar de sus hojas arteras en las nubes también pugnó porque se reforestara el municipio. Muchos proyectos viables y realizables le planteó Ezequiel a los TRINOS, lamentablemente, sus propuestas murieron con él.
Independientemente de todo, sin lugar a dudas, es necesario recordar a Ezequiel Arellano, un hombre con una gran vocación por su tierra, por sus siembras, quien sin duda fue un ejemplo. Él supo vivir su momento político y, cuando este llegó a su fin, supo retirarse y se mantuvo siempre fiel a sus ideas políticas y personales. Su integridad personal fue mayor a sus intereses y, sin duda, es un ejemplo a seguir por los que aspiren a ser dirigentes campesinos. El siempre reconoció y agradeció a su partido y su central campesina por lo mucho o poco que le dieron. Tuvo mucho decoro y no cayó en la tentación, como muchos dirigentes de su generación y de generaciones posteriores, que después de beneficiarse de cargos públicos cuando llego a su fin su etapa anduvieron dando lastima vendiéndose al mejor postor. En paz descanse Ezequiel Arellano Ramos, un TRINO que debe ser ejemplo para muchos y que siempre fue fiel a sus ideas y principios…