POR: PEDRO BEMARES O.
Deseo pintar mi alma de un color armónico y divino para quitarme el tono gris que dejan las penas en mi corazón.
Deseo tocar las cuerdas del arpa del ángel celestial y hacer la melodía perfecta para olvidar el sonido que deja la triste soledad.
Deseo leer un libro que toque mis fibras emocionales para dejar de observar todo lo malo que existe en el mundo y rescatar lo bueno que hay en él.
Deseo dormir entre nubes de algodón, que Morfeo me lleve a soñar con la magia de las hadas para no tener insomnio y así no despertar con angustias que inquietan mis sueños e ilusiones.
Deseo comer la fruta fresca del edén que nutra mi cuerpo y espíritu de un sabor delicioso que quite el sabor de la amargura que las penas de la tierra me provocan.
Deseo beber un suave vino de jugosos racimos con un toque de licor de un aroma seductor que me quite la sensación que tiene la acidez y lo desabrido que deja la ausencia de un amor.
Tan solo deseos son los que yo añoro en momentos espinosos que han pasado en mi vida y que oscurecen mi camino por momentos, más yo deseo con la luz de la esperanza, y cuando uno desea con toda el alma, todo en la vida se convierte en realidad.
Por eso yo deseo.