POR: SAMUEL CEPEDA TOVAR
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El conflicto geopolítico en Ucrania sigue ascendiendo, Rusia sigue generando tensión y lo que sucede en el antiguo país soviético afecta la economía de todo el mundo. ¿Se avecina una guerra?, la respuesta es NO, pero sí un conflicto armado local que arrojará un nuevo poder blando sobre Europa y consecuencias mundiales de carácter económico. Ucrania, al compartir frontera con Rusia y al mismo tiempo con Europa, ha significado un coto de poder de influencia entre una Europa “americanizada” y la anteriormente llamada “cortina de acero”; una especie de continuidad de la guerra fría que no ha terminado. Todo inició en una pequeña región ucraniana llamada Crimea, en donde hubo un levantamiento armado prorruso luego de que depusieran en el país a su expresidente (también prorruso) y con acusaciones serias del apoyo de Rusia hacia los separatistas que lucharon por la independencia de Crimea de Ucrania. Ambos bandos se lanzan acusaciones: Rusia señala a la OTAN de inyectar armamento militar al gobierno ucraniano y de impulsar que el país pase a ser miembro del comando del Atlántico Norte, mientras que Occidente acusa a Rusia de apoyar y financiar a los separatistas en Crimea y al mismo tiempo de enviar decenas de miles de soldados a la frontera ucraniana con planes de invasión. ¿Qué detiene a Rusia y sus miles de soldados de ingresar y tomar Ucrania? Nada, si Rusia lo decide invade y recupera el país, pues las posibles sanciones económicas contra Rusia por parte de Occidente no preocupan en lo absoluto al gigante exsoviético, sin embargo, el poder blando resulta ser más fuerte que el poder militar, y el hecho de que las acciones de Rusia afecten al mundo entero es una muestra de la influencia de dicho país y la clara señal de que el poder norteamericano mundial está ya en entredicho, por ello Rusia difícilmente invadirá Ucrania porque no existen intereses más allá de los históricos entre ambos países que antes formaban parte de la URSS. ¿Cómo nos afecta este conflicto? La respuesta es simple: supongamos que Occidente aplica sanciones económicas a Rusia, la reacción de los rusos es afectar el suministro de gas ruso a los europeos en pleno invierno, y esto obligaría a los Estados Unidos a tratar de minimizar el impacto con sus aliados europeos con gas norteamericano, lo cual significaría que habría escases en el gas que hace que funcionen nuestras plantas de energía eléctrica y además de posibles apagones, el aumento del precio de gas provocaría una escalada inflacionaria de pronósticos nada optimistas. En pena pandemia y sus efectos económicos, lo que menos necesitamos son golpes inflacionarios. Esto es lo que se conoce como el “efecto mariposa”, en donde un pequeño aleteo genera una onda expansiva de aire que termina convirtiéndose en un poderoso huracán, así, el pequeño aleteo fue un conflicto en Crimea que ahora ha desatado un preocupante reinicio de la guerra fría entre Rusos y Norteamericanos y sus aliados que está desencadenando un poderoso huracán económico en el mundo que sin duda alguna nos afecta directamente por nuestra excesiva dependencia de los energéticos estadunidenses. Así de simple, así de complicado.