MATAMOROS, COAHUILA.- Tal y como lo anunciamos aquí en ediciones pasadas, el presidente Horacio (ra) Piña Ávila, enseñó el cobre al extender una receta y él mismo surtirla con la propuesta disfrazada de once concesiones para venta de alcohol en diferentes modalidades, además de una concesión para la construcción de un panteón en terrenos del ejido San Miguel.
El cinismo, desvergüenza y desfachatez de Lacho caguamas, quedaron de manifiesto en la trigésima séptima sesión extraordinaria de cabildo, celebrada el pasado 8 de diciembre, virtual, como siempre, en la que no le permitieron el acceso a la regidora Lizeth Inungaray, porque estaban ciertos de que ella no guardaría silencio y les echaría en cara la forma tan descarada de robar el erario público, junto con sus homólogos regidores.
Al puro estilo priísta, el ejotito y sus secuaces fraguaron todo el expediente para agenciarse once permisos para venta de cerveza, a nombre de familiares y conocidos de los ediles, pensando que nadie se daría cuenta, para ello, tuvieron la complicidad de quienes integran la comisión de alcoholes, quienes se llevaron su buena tajada de aguinaldo disfrazado.
En su cuenta de facebook, Inungaray González escribió: Corrupción en esta sesión de cabildo donde acaban de autorizar a un particular una concesión para la construcción de un PANTEÓN MUNICIPAL EN EL EJIDO SAN MIGUEL. Estaré utilizando todos los mecanismos legales para echar abajo esa concesión que solo está llenando los bolsillos a HORACIO PIÑA Y SUS REGIDORES CORRUPTOS QUE LE APROBARON”.
Pero, va más allá cuando asienta en otro comentario, que gestionará un amparo para echar abajo los acuerdos de cabildo, porque, además, uno de los regidores que van en la polla, trató de convencerla de que autorizara la concesión de alcoholes y la del panteón para tomarla en cuenta a la hora repartirse el dinero que les darían.
Según Lizeth, a los regidores que aprobaron, fácilmente les tocó de a 300 mil pesos, así bajita la mano, como decimos en el rancho; entonces, dónde quedó la trillada frase de no robar, no traicionar y no mentir, cuando los dos ediles que conforman Morena, fueron los primeros en levantar la mano y no rechazar o exponer motivos para que no se autorizaran más expendios y el panteón en Matamoros.
El alcalde electo, Miguel Ángel Ramírez López, ahora sí va con todo en contra de (ra) Piña y secuaces, así lo ha manifestado en reiteradas ocasiones después de que su chamán Juan Carlos Ayup, regresara los siete millones de pesos que dejó como adeudo al terminar su gestión de un año. Eso lo mantenía quieto y sin moverse, incluso, al retachar la copa del bolsillo de Ayup, el ejotito y su séquito retiraron la denuncia presentada en su contra.
Miguel Ángel ahora tiene un discurso más agresivo, más directo, sin pelos en la lengua, va con todo contra el caguamas y cómplices, lo grita fuerte y quedito a los cuatro vientos, pero para eso tuvo que liquidarse el millonario faltante de la administración anterior, lo tenía prácticamente maniatado.
Quien intentó lavar sus culpas al organizar su informe de gestión de regidor, en la peor administración que ha tenido Matamoros, fue Brisli Barker Medina, con una concentración que reunió a la crema y nata del PRI local, con decirles que, hasta Manolo Jiménez, que ya anda en campaña para la gubernatura, mandó un representante a ese informe que se realizó en la colonia Carolinas.
Como dijo el finadito Fidencio Treviño, de aquí p´al real, todo es política y, aquellos que se pelearon y se insultaron, comerán en el mismo plato, de ese pelo están las cosas.