POR: PEDRO BELMARES O.
Nunca había entendido esa frase o a la gente que la decía, o peores palabras que no puedo pronunciar. Hay otra frase que es trágame tierra, esa la aplicamos en los momentos más bochornosos o que uno no quiere estar. Pero esta frase: que me lleve el diablo, no es que dudemos de Dios ni de su ayuda y misericordia, sino que el hombre ya ha perdido la fe en sí mismo, y ya no busca darle solución a su problema, y es cuando se dice esa frase porque pareciera que ya no hay salida a los problemas.
Esa frase, que me lleve el diablo, a veces queremos que se nos haga realidad e irnos al diablo en ese mismo instante, pero sabemos que no se hace realidad lo que deseamos, eso nos quiere decir que el hombre ha perdido la fe en sí mismo y no tiene esperanzas, creo que no tiene nada que ver la religión ni la fe en Dios, pues el hombre tiene que tener fe en sí mismo y que puede luchar por lograr lo que quiere, pero no debemos de olvidarnos de lo que Dios nos da y que el siempre nos ofrece el camino del bien.
Sin embargo, si no encontramos la fe en Dios y en uno mismo vamos a provocar que nuestra vida se nos haga difícil, sin encontrar salida, caeremos en la depresión y en la amargura. Debemos de recurrir a los amigos que nos hagan sonreír y divertirnos, al regresar a nuestra vida diaria veremos las cosas mejor. Pero cuando pasa esto, es necesario volver los ojos a Dios, con una fe inquebrantable y buscar por todos los medios salir del hoyo en que nos encontramos.
La depresión es un problema mayor a la cual tratamos como problema menor, no se le da la importancia que requiere y muchas de las veces no detona solo a las personas que tienen este problema, sino también a muchos amigos y familiares quienes a veces dicen como es débil este fulano, pero solo el sabe como se siente, por lo tanto, debemos apoyarlo, para que no se la haga fácil esta frase, de que me lleve el diablo y termine por atentar contra su vida.