POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.–
El 25 de noviembre de cada año se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de erradicar la violencia de género en todas sus formas. Desgraciadamente, las cifras muestran que el fenómeno va exactamente en el sentido contrario: los casos van en aumento y con la pandemia por el COVID-19 y el confinamiento la situación se agravó.
Así lo muestran las cifras dadas a conocer por ONU Mujeres, en un informe realizado con datos de 13 países desde el inicio de la pandemia, que muestra que 2 de 3 mujeres padecieron alguna forma de violencia o conocían a alguna mujer que la sufría, pero solo cada 1 de cada 10 mujeres buscó ayuda o denunció a la policía a su agresor, principalmente, porque se trata de conocidos o miembros de su familia.
La situación es grave, tanto que, cada día, 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia, pero menos del 40 por ciento de las mujeres que experimentan violencia buscan algún tipo de ayuda, por lo que en no pocas ocasiones la violencia que padecen tiene consecuencias fatales. Por lo anterior, es urgente implementar medidas que permitan la erradicación de la violencia contra la mujer en todas sus formas.
En México, la situación no es diferente y tampoco es alentadora. De acuerdo con datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), siete delitos contra las mujeres aumentaron durante los primeros tres años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. A saber, los delitos que se incrementaron fueron el feminicidio, 30%; homicidios dolosos, 13%; extorsión, 45%; corrupción de menores, 27%; y violencia de género, 75%.
En los primeros 35 meses de la actual administración federal, se han registrado un total de 2 mil 891 víctimas de feminicidio, en comparación con las 2 mil 228 que se registraron entre diciembre de 2015 y octubre de 2018, últimos tres años del gobierno de Enrique Peña Nieto. De hecho, este año, lamentablemente, se perfila para ser el más violento en cuanto a feminicidios se refiere.
Asimismo, el SESNSP dio a conocer que durante los últimos 35 meses la gestión lopezobradorista se abrieron 635 mil 139 carpetas de investigación por violencia familiar, 32% más que en los últimos tres años de la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto.
El Estado de México, Ciudad de México, Nuevo León y Chihuahua, Baja California y Jalisco, son las entidades donde mayor número de casos de violencia familiar se registran, y donde es necesario hacer un esfuerzo urgente para erradicar la violencia al interior del núcleo familiar, que se incrementó, entre otras cosas, por el confinamiento derivado por la pandemia del COVID-19 y la precaria situación económica en que la pandemia dejó a miles de familias a lo largo y ancho del país.
En lo que respecta a la violencia de género el aumento fue brutal: 75% más denuncias durante los primeros 34 meses del actual gobierno en comparación con los últimos tres del periodo peñanietista. Lo anterior, significa que las carpetas de investigación se incrementaron, al pasar de 5 mil 968 a 10 mil 494 durante el periodo antes mencionado.
Septiembre del 2020, en plena pandemia por el COVID-19, fue el mes en el cual se presentaron mayor número de denuncias, con 400, siendo el Estado de México, Veracruz, Guerrero, Querétaro, Chihuahua y Coahuila, las entidades que fueron el centro de la epidemia de la violencia de género.
De hecho, también en nuestro estado la violencia también se incrementó, según lo dio a conocer el Sistema Nacional de Violencia Epidemiológica (SINAVE), que registra aquellos casos de mujeres que requirieron atención médica tras sufrir violencia familiar o de género. De acuerdo con el SINAVE; Coahuila registró mil 633 casos de violencia intrafamiliar de enero a noviembre del 2021, un aumento considerable teniendo en cuenta que en mismo periodo del año anterior se registraron 788 casos.
Por todo lo anterior, queda claro que, a pesar de la lucha de décadas, las campañas de prevención y concienciación, así como el endurecimiento de las penas para quienes sean sentenciados por delitos cometidos en contra de las mujeres, la tarea es todavía titánica y es claro que queda todavía mucho por hacer, pero, sin duda, lo más importante es iniciar con la educación desde los primeros años, a fin de destruir estereotipos y romper los ciclos de la violencia que siguen padeciendo miles de mujeres a diario, algo que no es tolerable bajo ninguna circunstancia.