Matamoros, Coahuila.-
En tan sólo tres años, el municipio de Matamoros enfrenta un retraso, a nivel de infraestructura y servicios públicos, de unos 15 años, según lo declaró a un medio de comunicación local, el alcalde electo Miguel Ángel Ramírez López.
Un mes con tres semanas es lo que resta de la peor administración que ha tenido este municipio, con Horacio (ra) Piña al frente, nada, absolutamente nada hará en estos días para mejorar Matamoros.
Para donde se fije la vista, se podrá atestiguar las condiciones en las que se encuentran las calles, avenidas, callejones, colonias, barrios, ejidos y hasta lotes baldíos donde la basura y escombro esperarán al siguiente año para sufrir alguna mejora.
Se acuerda que, en el mes de mayo, el Ayuntamiento emitió un comunicado en el que anunciaba con bombo y platillo, que la unidad deportiva Horacio Piña (para variar) ya contaba con alumbrado público en su interior y que beneficiaba a unos 300 deportistas que acuden a realizar actividades lúdicas, recreativas y cuidado de la salud.
También, destacaron la instalación de 8 luminarias led de 400 watts cada una, estratégicamente colocadas para dar mayor cobertura de luz, para esta mejora el ayuntamiento contribuyó con el 50 por ciento de la inversión y los integrantes de las ligas deportivas con el 50 por ciento restante.
De esa nota, aquí dimos cuenta en su oportunidad, incluso destacamos que, de lo que se recauda en las unidades deportivas, el dinero no ingresa a la tesorería, sino que va a dar a los bolsillos del ejote mayor, “para que se aliviane mi jefe”, así le dijo el caguamas a un ex empleado de la administración.
En la información que publicó el ayuntamiento, en su momento, afirman que se vieron beneficiados 300 personas que, a diario, acuden a realizar actividades lúdicas a la deportiva, lo que representa una captación de 60 mil pesos mensuales, que al año son 720 mil pesitos que van a parar a los bolsillos del caguamas mayor, aunque a éste le encanta el bote TKT.
Pues bien, en el período de (ra) Piña, nada es novedad, incluso, que a estas alturas la unidad deportiva “Lacho Piña”, el famoso alumbrado ya desapareció y las canchas que presumían están en pésimas condiciones, nomás basta darse una vuelta por la cancha de pasto sintético, donde todo está en ruinas.
Eso sí, el flamante director de deportes, una nulidad absoluta, se ha dedicado a bajar piedras del cerro de Vizcaya, ya hasta le instalaron reloj checador en la subida a las antenas, todo el día se la pasa blanqueando rocas, pintando veredas, plantando árboles, como si ese lugar fuera el único centro para practicar alguna disciplina deportiva.
¿Por qué dejó caer las unidades deportivas?, ¿por qué no le entró a mejorar las canchas de las Vegas de Marrufo?, ¿por qué no le puso atención a la cancha de la colonia Maravillas?, ¿por qué no puso atención a las canchas de los ejidos?, ¿por qué no se puso a rehabilitar las ciclovías? Todo lo centró al cerro de Vizcaya.
“Ya se van”, “ya les queda menos”, “por fin, terminará la pesadilla”, son frases que se pueden apreciar en redes sociales y que van dirigidas a Horacio (ra) Piña y cómplices, entre ellos no se escapan regidores que siempre apoyaron y aprobaron las incomprendidas cuentas públicas e informes trimestrales.
Por cierto, los días 1 y 2 de noviembre, autoridades municipales y de seguridad, estuvieron en el panteón de Matamoros, montando el show para vigilar que se cumplieran los protocolos de salud con motivo de la pandemia. El resultado, según ellos, fue saldo blanco.
Claro que fue “saldo blanco”, aun cuando no se respetó la sana distancia, el 80 por ciento de los asistentes sin cubrebocas, venta de comida sin higiene, incluso, los agentes de tránsito sin protección de sus vías respiratorias; los policías, protección civil y bomberos, se instalaron a la entrada del panteón, que es donde casi nadie pasa, todos por la parte posterior.
De ese pelo las cosas en Matamoros, dijo el finadito Fidencio Treviño.