POR: ABEL ALCALÁ H.
En sentido positivo lo diría así: Quiero que el gobierno me deje valerme por mí mismo. En los actuales momentos que vive México, el gobierno federal está obsesionado en convertirse en el tutor y sostenedor de todos los mexicanos lo que sería la mayor calamidad para el pueblo, pues partiríamos del supuesto siguiente; que cada mexicano no es capaz de valerse por sí mismo y menos de engrandecer a su patria.
Ante el dilema: Sí es el pueblo para el gobierno (estado) o el gobierno para el pueblo, la respuesta es categórica: El gobierno está al servicio del pueblo y de cada uno de sus habitantes.
Analicemos estas proclamaciones; “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país” (John F. Kennedy, 20 de enero de 1961) y “Mantente al día sobre los resultados de si solo hacemos nuestro trabajo y nada más unidiremos al reino”. Winston Churchill., ambas exhortaciones coinciden en pedir a cada uno de sus habitantes dar lo mejor de sí, no para el gobierno, sino para el pueblo, tanto J. F Kennedy y W. Churchill sabían que los talentos, la fortaleza, el amor al país y la capacidad de generosidad para cualquiera sacrificio estaba en cada uno de los compatriotas.
Lo aberrante es impulsar a los mexicanos para que se vayan a acomodar en los sitios más agradables y adormeciendo todas sus potencialidades y facultades esperen que periódicamente el gobierno les entregue una cantidad de dinero para medio sobrevivir. Recorriendo rápidamente la historia de la humanidad, observamos que ni patriarcados, ni matriarcados, ni tiranos, ni monarquías osaron promover tales acciones para su pueblo porque, a priori, sabían las desastrosas consecuencias...
Qué les sobreviene a las personas que se les educa en un paternalismo (mamá, papá) que facilita todo, se les regala calificaciones y títulos, dinero para sus gustos, se les evita cualquiera esfuerzo y responsabilidad y se le ofrece una vida de color de rosa. Entre otras cosas, les sucede que son esclavizados por vicios del espíritu como: la soberbia; el orgullo; la altivez; la vanidad; la pedantería; la hipocresía; la vileza; la avaricia; la pereza; la cobardía; la veleidad; la infidelidad; la injusticia, el desorden, etc. luego soterrar la inteligencia, las facultades, la capacidad de lucha, constancia de los mexicanos es volverlos idiotas, atenidos, vividores y parásitos.
Sola hace falta ir a la vuelta de la esquina para ser testigos de que hay mexicanos que día a día se debaten en la miseria, miles de millones de ellos viviendo por debajo de su dignidad humana. En base a ese hecho señalado alguien puede concluir que solamente el gobierno puede sacar de la miseria a esos marginados.
Por experiencia milenaria sabemos que la ayuda no debe provenir del gobierno, porque el gobierno no tiene ni produce riqueza por lo cual sería una torpeza exigirle que acabe con la pobreza y además el gobierno si tiene muchos intereses, nada nobles, que imponer a sus gobernados. Luego cuál es la alternativa; la alternativa es la ayuda es entre pares, en el intercambio sano, justo y solidario de capacidades, habilidades, destrezas y tiempo en el trabajo. Ya que el trabajo es el único medio justo y legal de distribución de la riqueza.
El gobierno está para ayudar simplificando leyes, castigando delincuentes, creando y sosteniendo buen sistema de seguridad social, no manipular ni condicionar la educación, respetando las libertades y no violentando los derechos de los humanos, respetar el derecho a la vida, fortalecer la institución familiar, impartiendo justicia pronta y expedita, facilitando que cada mexicano se dedique a la profesión , arte, industria, comercio o trabajo de conformidad con su vocación. etc.
En base a lo anterior insisto; NO QUIERO QUE EL GOBIERNO ME MANTENGA, Quiero que el gobierno me deje valerme por mí mismo; quiero que el gobernante no me estorbe, no me mienta, no robe, no me obstaculice, no inventes leyes e impuestos para esclavizarme y luego decirme que soy un inútil y evasor, quiero a México y lucharé con mis capacidades por su progreso.