POR: EL PROFE
Pero, antes que nada, empezaremos esta columna con nuestra típica y tradicional adivinanza, que nos fue enviada por los admiradores Gerardo Alba ¿Quién es el miembro del comité ejecutivo de la sección 35, al que se le conoce como “El Quedado”? Como siempre, les daremos algunas pistas: Este personaje con apariencia de fósil de dinosaurio, es uno de los “Aspirinos” prehistóricos que forma parte del grupo los Porfirios; estos, llevan más de 30 años nadando de muertito en la sección, y que ahora en tiempos de pandemia se siente patrimonio cultural seccional, con derecho de antigüedad ancestral, para ocupar la secretaría general.
El dinosaurio en mención, presume de que fue jugador de la ola verde, donde solo salió a la banca en un partido de futbol, y que hace décadas la Maestra Gordillo le pidió de favor que fuera el líder sindical de la 35, pero que no le habían llegado al precio, y, por ello, mejor cedió su lugar a Gerardo Alba. Si no sabe de quién estamos hablando, pregúntele a Memo “El secuestros” Amador.
Entrando en materia de trabajo sindical, el que sigue sin aflojar el paso, es el maestro Fernando Mora de la Garza, ya que como siempre lo hemos dicho, no hay más que el trabajo para matar cualquier tipo de grilla. En esta semana, se dio a la tarea de continuar con la entrega de kit’s de cubre bocas y gel anti-bacterial a los trabajadores de la educación que así lo han venido solicitado, lo que habla del grado de sensibilidad que se tiene.
En este mismo sentido, se continúa con los múltiples trabajos; como el de la credencialización de los docentes, aunado a los talleres y conferencias que se dictan desde el nacional, y que vienen a fortalecer la información y capacitación de los miembros del comité, para después desdoblarlos a los demás integrantes de la estructura sindical, así como a la base sindical.
Retornando a temas de la pandemia y de la nueva normalidad, prácticamente el 100 por ciento de las escuelas han regresado a modo semi-presencial, en donde les ha permitido a los docentes que prácticamente están trabajando de acuerdo a sus horarios de manera normal, trabajar con grupos de entre 13 y 20 alumnos en promedio, representado, como siempre lo hemos dicho en este espacio, la gran diferencia entre la escuela pública y la privada, ya que el número de alumnos por aula determina la calidad, porque mientras en los colegios máximo son 25 por grupo, en las escuelas públicas es de hasta 50 alumnos. Lo anterior, sin lugar a dudas, ayudará al docente y a los alumnos a recuperar todo el tiempo que no se tuvo clases presenciales, y que solo se trabajó a distancia.
Sin embargo, habrá que esperar si este modelo continúa, ya que, con la llegada del tiempo de frío a la región, los protocolos de ventilación en las aulas se verán afectados, con lo cual, se tendrá que ver la incidencia de casos de COVID en la temporada, y así definir si el modelo de clases presenciales continúa.
En el “Tanteometro” de la semana, los que andan desesperados y chillando por convivir, aunque sea un ratito con el maestro Mora, son los del grupo Marrano, ya que hace tiempo y por la pandemia, no son requeridos por ladillentos y por qué incumplen con todos los protocolos de sanidad por estar acostumbrados a trompear en todos los platos y tomar todos también de la misma caguama, con la justificante que es para que no se caliente. Veremos y diremos si el gordo Limón les levanta el castigo.
Hasta la próxima…