POR: AGENTE 57
Arrancamos. -"No soy bandera de nadie”. - Miguel Henríquez Guzmán fue un destacado militar que participó en la Revolución bajo las órdenes del General Pablo González. Hizo amistad con el General Lázaro Cárdenas de quien llegó a ser brazo derecho en el aspecto militar cuando fue presidente de la República. Fue el General Henríquez el que sofocó el levantamiento del General Saturnino Cedillo en San Luis Potosí, y el pilar que sostuvo al gobierno durante la tumultuosa campaña almazanista en 1940. Tanto el General Lázaro Cárdenas como el General Ávila Camacho le habían prometido al término del mandato de este último él sería el presidente de la República. No sucedió así, y cuando fue designado el licenciado Miguel Alemán como candidato oficial, Henríquez tuvo un fuerte altercado con Ávila Camacho. En esta primera ocasión según algunos historiadores ya se habían formado comités Henriquistas y todo estaba dispuesto para la campaña, pero el General no aceptó y decidió esperar otros seis años, para terminar el sexenio de don Miguel Alemán, un gran sector de revolucionarios estaba a disgusto, principalmente los cardenistas; decían que la revolución había desviado su camino. El propio General Cárdenas así se lo dijo al General Henríquez (relato del propio general) y le hizo verla necesidad de que en esta ocasión si lanzara su candidatura a la presidencia de la República. De acuerdo a sus memorias el general Henríquez le contestó que en México a la presidencia solo se llega siendo el candidato oficial o por la fuerza de las armas y que él no sería el candidato oficial; a lo que Cárdenas repuso que llegaría por el camino que fuese necesario. Así las cosas, se formó la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano para lanzar la candidatura del general Henríquez; se le tuvo que dar el registro pues su fuerza era manifiesta, y todo el cardenismo en masa pasó a formar parte del nuevo partido por instrucciones del propio general Cárdenas. Inclusive, la propia familia de don Lázaro acompaño a Henríquez en su gira. Ya se sabe que dos meses antes de las elecciones, el General Cárdenas ¿transó? el asunto con Ruiz Cortines e hizo su famosa declaración: "No soy bandera de nadie". Henríquez ya no podía dar marcha atrás, siguió adelante hasta las elecciones. Al morir se llevó el secreto de porque nunca se decidió a levantarse en armas si así estaba convenido con los altos militares que lo acompañaban en aquel entonces. En varias ocasiones pudo hacerlo: el 7 de julio de 1952 cuando el ejército y la policía hicieron matanza de henriquistas reunidos, Gasca, García Barragán, Alamillo Flores, Ríos Zertuche, Estrada Cajigal, Roberto Cruz, entre otros le pedían solo que los dejara actuar; tenían todo organizado, le garantizaban que ese mismo día estaría en Palacio Nacional. El presidente Alemán tenía listo un avión para salir del país. No quiso ¿Cuál fue el motivo? nunca se supo. Lo que sí se supo que a consecuencia del movimiento Henriquista Rubén Jaramillo, el líder campesino más puro (para algunos historiadores) era amigo del general Lázaro Cárdenas. Como todos los cardenistas se sumó a la candidatura del General Henríquez y después de las elecciones se levantó en armas en el Estado de Morelos teniendo en movimiento un gran número de tropas en esa región, que inútilmente trataban de agarrarlo. La historia de Jaramillo era la misma que la de muchos otros que se habían visto obligados a seguir el camino de la rebelión. La diferencia estriba en el hecho de qué Rubén no se levantó en armas sólo por una impaciencia ante la indecisión de Henríquez Guzmán, sino porque sentía en carne propia de los problemas atávicos de sus campesinos de Morelos y llegó un momento en que no encontró más camino para resolverlos que la violencia. Después de la revolución había crecido una nueva casta de explotadores. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas concibieron esperanzas, las perdieron bajo el régimen de Miguel Alemán y su último acto de fé fue sumarse al henriquismo. Al no responder el general no les queda más remedio que la rebelión. Sencillamente habían dejado de creer en sus líderes (Cárdenas y Henríquez). Ya no había más líder que Rubén Jaramillo. Pocos años después Rubén Jaramillo cumpliría su cita con la historia fue asesinado con su familia por órdenes del gobierno, hoy se dice por el sistema, luego que por los poderes fácticos y así sucesivamente. En estos tiempos actuales ¿cuántos de los que tienen en sus manos las sucesiones o las candidaturas a cualquier puesto de elección dirían “No soy bandera de nadie” después de haberlas prometido? MI VERDAD. - pronto veremos y diremos de quién es bandera AMLO.