POR: PEDRO BELMARES O.
Hace tiempo escribía las cosas que me afectaban, era porque yo las provocaba. Simplemente, he tratado de ver las situaciones con un buen humor, pero si veo que, si en algo favorecen las cosas, es gracias a mi actitud.
Lo que yo pensaba antes de mi vida, que todo estaba mal, pero de la nada empezaron a surgir sucesos diferentes, me empezaba a ir bien con las personas más cercanas a mí.
Mi panorama ya no es triste, he tenido más alegrías que momentos desoladores, gracias a Dios.
¿Porque que me paso esto? Porque cambié mi actitud ante la vida, hoy puedo disfrutar de una charla con mi familia sin discutir o sin alejarme en las reuniones.
Todo cambio empieza si tú lo deseas, si tú das ese primer paso para no quedarte con el maldito resentimiento, aprende a sonreír a esa gente que te hace menos, ignora todas esas malas vibras que la gente te transmite.
Aléjate de las personas que bajen tus niveles de energía, no te quedes aguantando malos tratos, ni malos ratos, tampoco te quedes con personas intermitentes que solo traen inestabilidad. Concéntrate en ti y en mantener tu energía alta.
No son las circunstancias sino tu opinión sobre ellas lo que te afecta profundamente, por eso debes ver cada problema como un reto a superar y del cual sacamos una lección. Dense la oportunidad de cambiar y olvidar todo lo malo que les paso, abran la ventana a ver el mundo diferente.