GERTZ MANERO, EL LACAYO DE AMLO
¿Cómo se le puede llamar a una persona que ha mantenido presa a su sobrina política y tiene en un pie en la cárcel a su ex cuñada? ¿Canalla?
Pues este canalla, se llama Alejandro Gertz Manero, y es el Fiscal General de la República.
La historia de Gertz, está llena de saltos de partido en partido; de gobierno en gobierno y de administración en administración, según soplaran los vientos.
Durante el Gobierno Perredista de Cuauhtémoc Cárdenas, en el Distrito Federal, Alejandro Gertz, se desempeñó como Secretario de Seguridad.
Con el triunfo de Vicente Fox, este señor se incorporó como Secretario de Seguridad Pública.
Al terminar el sexenio foxista, se convirtió en Diputado plurinominal por el partido Convergencia; para 2018, se sumó al Frente Opositor que apoyaba al panista, Ricardo Anaya, para luego de que AMLO lograra la candidatura presidencial, se sumara a la campaña del líder de Morena.
Pero antes, con Peña Nieto, fue electo por la mayoría de los partidos, en la Cámara de Diputados, (con excepción del PAN, quien argumentó, que de acuerdo al Artículo 102 y la Ley Orgánica de la Fiscalía, no garantizaba la independencia y autonomía de la Institución), Fiscal General, substituyendo a la Procuraduría General de la República, ya con autonomía propia.
Con la llegada de AMLO a la Presidencia, fue ratificado como Fiscal, pero su abyección por el hoy Presidente, le hizo perder la autonomía y su papel neutral, para convertirse en un pelele de López Obrador, que, junto con éste, se han dedicado a vengarse de sus detractores y enemigos, reales o ficticios, al ejecutar acciones que le dicta el Presidente, sin reparar en las violaciones al debido proceso y a las garantías individuales, pues, con Gertz Manero, se reformó la Ley Orgánica de la Institución, incorporando los delitos de delincuencia organizada y ejercicio de operaciones con dinero ilícito, delitos que conllevan cárcel preventiva sin el debido proceso e incautación de bienes, sin haber probado los delitos imputados.
Con este recurso, AMLO y Gertz, han hecho uso y abuso de este delito, para encarcelar a los detractores de ambos personajes.
Es el caso de las acusaciones contra Ricardo Anaya, a quien López Obrador, odia, con odio jarocho, por la humillada que el llamado “Joven Maravilla”, le puso en el último debate presidencial, en el que sacó de sus casillas a AMLO, al exhibir su poca preparación e ignorancia del mundo actual.
Lo mismo está haciendo Alejandro Gertz Manero, con los 43 miembros de la comunidad científica, quienes lo exhibieron, cuando éste, quiso pasar por investigador de máximo nivel, denunciando un plagio que el actual Fiscal, incorporó en una tesis para acceder al más alto nivel de la categoría de investigador en el CONACyT.
Hoy la comunidad científica y académica de México, está indignada porque Gertz Manero, ante la negativa de varios jueces de obserquiarle las órdenes de aprehensión contra este grupo, reformuló el expediente, incorporando ahora, los delitos de delincuencia organizada, para que puedan ser detenidos sin ningún obstáculo.
Una verdadera felonía, un abuso de autoridad y una venganza burda, la que quiere realizar el flamante Fiscal, que debiera estar aplicando esos criterios a Emilio Lozoya, quién, sí está comprobado, que recibió más de 10 millones de dólares de parte de la empresa Odebrecht, como sobornos para que le asignara contratos cuando éste, Lozoya, se desempeñaba como Director de Pemex y hoy goza de libertad, por ser, según un pacto con AMLO, un testigo protegido, sin que, hasta la fecha, haya aportado nada sobresaliente, contra quienes, dijo, recibieron ese dinero, entre los que se encuentran, Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray y, supuestamente, varios legisladores de esa época, que fueron comprados, entre ellos, Ricardo Anaya, para que aprobaran las reformas estructurales de EPN.
Sin embargo, solo a Ricardo Anaya se le ha querido encarcelar -por lo que ya comenté-, pero el “Joven Maravilla”, los ha dejado en ridículo, pues ya les demostró, que en esas fechas ya no era diputado y que no había razón de ser sobornado, puesto que él y su partido, el PAN, siempre impulsaron, desde el Gobierno de Ernesto Zedillo, esas reformas a la Constitución.
Total, que ha resultado un verdadero fiasco el flamante Fiscal General, pero sí ha puesto en ridículo a su jefe, Andrés Manuel López Obrador.