POR: ABEL ALCALA
Si observamos los 365 días del año son muy pocos los que aún no están reservados para un festejo o para conmemorar algún evento social, épico o de cualquiera otra índole,
Tenemos festividades personales, familiares, religiosas, cívicas, empresariales, educativas, políticas y militares regionales y nacionales y también hay que considerar las fechas continentales y mundiales.
Hago a un lado las fechas que festejan eventos, sucesos o aniversarios que considero particulares para atender a las festividades públicas.
Veamos qué son los festejos: es conmemorar un acontecimiento con una fiesta u otro acto; llevar a cabo una evento o fiesta en honor o alabanza de alguien.
Atendiendo a las fiestas cívicas públicas municipales, estatales y nacionales diremos que su motivo, razón o justificación es para mantener vigente el acontecimiento, conmemorarse para dar reconocimiento a los participantes, fomentar el amor y respeto por la cultura y tradición del lugar y de ser posible volverlo un sentimiento popular.
De forma muy similar o analógica sucede con las fiestas religiosas y militares nacionales e internacionales.
Existen otras festividades que obedecen más a eventos de carácter ideológico, sectario, publicitario y de invasión cultural.
Cuando vemos o participamos en los festejos cívicos, culturales, religiosos y militares en la gran mayoría de las veces nos percatamos que han perdido mucho de su esencia y la desidia e ignorancia a llenado su lugar con actitudes y acciones que la denigran como es el caso de no guardar el respeto y solemnidad durante la ceremonia y de transformar el evento para el consumo de toda clase de chucheria y bebidas.
Es el caso que los festejos cívicos municipales, estatales y nacionales causan el efecto contrario en la población, pues no logran infundir amor a la patria en cada mexicano y menos mover a la acción para luchar defensa y por su grandeza.
Si alguien desea hacer la investigación de por qué las fiestas y ceremonias cívicas y militares se han convertido en un simple espectáculo ridículo y grotesco sin contenido y sin mensaje que llegue al corazón de todos y cada uno de los mexicanos, entre otras causas encontrará la ideologización de los eventos y la nula o pobre educación de la población.
Como muestra de lo anterior recordemos los sucesos cómicos y bochornosos en las interpretaciones del himno nacional por diferentes intérpretes o en los saludos y honores a la bandera nacional, donde muy pocos saben el saludo y la postura de firmeza a mantener durante la ceremonia.
Y qué decir de la ceremonia del grito de independencia del 15 de septiembre de los últimos tres años en palacio nacional, total falta de respeto a la tradición e historia de México, lo han convertido para mostrar posturas revanchistas y provocativas bañadas en una ideología perversa e inhumana con máscara de oveja e importada de paises que mantienen a sus pueblos en la esclavitud y la miseria, en lugar de llamar a la unidad y solidaridad entre todos los mexicanos.
Es bueno traer al presente el lamento que pronunciara Octavio Paz: “Pobres mexicanos que cada día 15 de septiembre, gritan por espacio de una hora, para callar el resto del año”.
Ante esta situación vergonzosa que lastima a todos los mexicanos debemos esforzarnos por recuperar la dignidad nacional y el respeto por nuestras tradiciones, tengamos presente que el sabio no dicta a la naturaleza sus leyes, sino la naturaleza al sabio.
Los mexicanos necesitan acción para progresar y también saber por qué actúan, lo que requiere pensamiento, contemplación y amor por su patria.
Hoy todos buscan el progreso del país, pero desean un país que no exija mucho, por eso los gobernantes prefieren las posturas e ideologías populistas y falsas para mantener al pueblo idiotizado y viviendo en la miseria.
Se requiere que nuestro mundo pedagógico y psicológico devuelva al hombre la conciencia de su identidad para que cambie su estulticia por sensatez y su egoísmo por solidaridad.
La vida económica no debe ser una barrera que se oponga a la tradición del hogar, de la patria y de la grandeza de México. Viva Mexico.