Casi al final del servicio dominical el sacerdote preguntó:
- ¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
El 80 por ciento de la sala levantó la mano.
El sacerdote insistió con la pregunta…
Todos respondieron esta vez, excepto una viejecita.
- Señora Josefa… ¿No está dispuesta a perdonar a sus enemigos?
La viejecita le responde dulcemente al sacerdote:
- Yo no tengo enemigos
El sacerdote un poco dudoso y con una sonrisita burlona le dice:
- Sra. Josefa, eso es muy raro… ¿Cuántos años tiene usted?...
La viejecita le responde:
- 99
Al escucharla, la congregación se levantó y la aplaudió. Al ver esto el sacerdote, le pide a la señora:
- Sra. Josefa puede pasar al frente y decirnos ¿Cómo se llega a los 99 años sin tener enemigos?
La señora pasó al frente, se dirigió a la congregación y dijo:
- ¡¡¡Porque ya se murieron todos esos desgraciados!!!