POR: ABEL ALCALÁ H.
Todos los que tenemos amor, aprecio, gratitud y también sentimientos de gozo, recuerdos buenos y alegría por la ciudad de Torreón siempre lucharemos por su desarrollo, progreso y embellecimiento.
Para lograr lo mencionada anteriormente, en cada uno de los habitantes de esta ciudad deben forjarse las virtudes, entre otras, de la magnificencia, la magnanimidad, la solidaridad, el patriotismo, la subsidiaridad y sobre todo el respeto a la dignidad de la persona porque es la base de la paz y de la justicia y sin ellas ninguna comunidad humana sobrevive, salvo en la esclavitud.
José Vasconcelos entendía muy bien que es el espíritu el que anima y mueve al cuerpo y siendo congruente con su pensamiento y convicción propone el lema de la Universidad Nacional Autónoma de México: “Por mi raza hablará el espíritu”
Cito algunas expresiones que dijera el Maestro de la Juventud de América en relación a su propuesta; “Significa en este lema la convicción de que la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima”, explicó Vasconcelos, y precisó más tarde: “Imaginé así el escudo universitario que presenté al Consejo, toscamente y con una leyenda: 'Por mi raza hablará el espíritu”.
Para muchos pensadores el lema propuesto por José Vasconcelos Calderón lleva implícito que al hablar del “espíritu” se refería a la “Espíritu Santo”, tercera persona de la Trinidad y donante de los bienes de Sabiduría; Inteligencia; Consejo; Ciencia; Fortaleza; Piedad y Temor, virtudes esenciales en la formación humana y universitaria.
Es bueno comentar algo más acerca del término espíritu; en inglés, mind, spirit; en frances, sprit; en alemán, Geist; en italiano, spirito, del cual se distinguen varios significados:
El espíritu: como el Alma Nacional o el Entendimiento en general; como Soplo Animador, como lo que vivifica; como substancia incorpórea, o sea los ángeles, los demonios y las alma de los difuntos; como la materia sutil e impalpable que es la fuerza animadora de las cosas; como disposición o actitud, ejemplos de ese espíritu: de geometría, de fineza, religioso, deportivo, etc., como Alma que incluye las facultades espirituales de la inteligencia y la voluntad.
Para el tema que tratamos; por Torreón habla el espíritu, tomamos con referencia la definición de Anicio Manlio Torcuato Severino Boecio sobre la persona: “Sustancia individual de naturaleza racional”, de la definición se infiere que la sustancia se integra de Materia y Forma, y como la Materia no se mueve por sí misma sino que es movida por otro, luego la Forma es el alma vivificante.
También deducimos que la Naturaleza Racional de la persona es la inteligencia y la voluntad, facultades que deben ser educadas para llevarlas a su plenitud, pues truncarlas o frustrarlas es un crimen de Lesa Humanidad.
Tomemos los lemas de otras universidades que rezan: “En el bien fincamos el saber”, “La verdad os hará libre”, ambos lemas colocan las virtudes de: bien, saber, verdad y libre, como las guía esenciales de su quehacer cotidiano para la formación integral de sus educando.
Si la persona es educada en las virtudes, que son los hábitos buenos, en la familia, en la comunidad y en las escuelas públicas y privadas de educación y en las universidades, el resultado lógico esperado es personas de bien en todas las profesiones, artes y técnicas.
La ciudad de Torreón que cuenta con más de 15 universidades e institutos de educación superior, debería ser un ateneo comunitario, donde se formen las personas que con su espíritu hablarán por Torreón.
Ayudar o permitir que gobierne a la persona la materialidad sobre la espiritualidad es regresar a la animalidad y a la autodestrucción individual y social y el espíritu será sepultado y tendremos un Torreón mudo. Usted lector dice la última palabra.