INTRASCENDENTE LA REUNIÓN AMLO-BIDEN
Muy chiquito se vio el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, frente al Presidente norteamericano, Joe Biden.
No cabe duda de que Biden, es un político muy experimentado, con gran manejo del discurso y el contexto en que se desenvuelve.
Biden, se formó en las altas esferas de la política norteamericana, con una larga trayectoria, que data del año de 1973, siendo Senador de la República en 6 ocasiones, hasta que renunció para hacer la fórmula, como vicepresidente, en las elecciones de 2008, junto con Barak Obama y ser reelectos en 2012.
Nada que ver con el político pedestre que es Andrés Manuel López Obrador, quien se formó en el PRI y ocupó cargos de medio pelo, hasta que ganó la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, máximo cargo que ocupó, antes de llegar, después de tres intentos, a la Presidencia de la República.
Desde el inicio de la intervención de Biden, éste, supo manejar perfectamente al Presidente López, pues comenzó, enalteciendo a México y mostrando su devoción por la Virgen de Guadalupe. Biden habló de temas que estaban pactados en la agenda, pero sin entrar en detalles y lo único que no se tocó, fue el tema del combate al narcotráfico.
Cuando tocó el turno de hablar a López Obrador (por cierto, con la ayuda de apuntes), vimos a un Joe Biden divertido y sonriente -no sabemos si era porque le hacían gracia las palabras de López, o porque López le quería ver la cara. Me inclino por la segunda opción, porque, es claro, que Andrés Manuel, no es santo de la devoción del Presidente norteamericano, Andrés Manuel fuego grosero con Biden en varios momentos cruciales:
Primero, cuando Donald Trump, lo obligó a visitarlo a la Casa Blanca, hacerlo posar para la foto y luego, utilizar la visita y fotografía, para hacer campaña entre los mexicanos radicados en ese país. Sin que AMLO se dignara a visitar a Biden o las los líderes más sobresalientes del Partido Demócrata.
Segundo, la tardanza de AMLO, en felicitar a Biden después del triunfo contundente de éste, cuando los jefes de estado de muchos países, lo hicieron, una vez que fue declarado ganador.
Ya antes, AMLO, había aceptado la imposición de Trump, para que el Gobierno Mexicano se encargada de contener y reprimir a las olas de migrantes que estaban entrando por el sur de México, lo que AMLO aceptó y las tuvo que contener y reprimir, utilizando a la Guardia Nacional.
La última más grave afrenta de AMLO hacia el Presidente norteamericano y su socio comercial canadiense, fue la reciente aprobación de la Reforma Energética, que es regresiva y va a contrapelo del acuerdo del Tratado Comercial entre los tres países. Antes de ser aprobada dicha reforma, ya estaba generando rechazo en el plano nacional e internacional, lo que resultó una burla, por eso no fue abordado el tema en la conferencia virtual del lunes primero.
AMLO se metió entre las patas de los caballos, gringo y canadiense, pues le acarrearán demandas, penalizaciones pero, lo más importante, desconfianza hacia su gobierno, lo que empezó a ahuyentar la inversión.
El cambio de tono y las actitudes del Presidente Biden, más afable, más relajado y empático, no lo hace un blandengue. El hombre es un político de carrera, un hombre forjado en la arena política, con una trayectoria impresionante, que a diferencia del tosco, grosero, majadero y maleducado, Donald Trump, sabe administrar sus emociones y sus actos, no como AMLO, que también es un patán, por lo que, no hay que confundir educación y seguridad, con debilidad.
De hecho, Biden, ha dado muestra de que no tolera del todo a AMLO, ya que no fue invitado a la reunión, (que era lógico que lo invitaran como socio), entre Biden y Tradeu. Y para que quede más claro que Biden, no va a ser amable con López, fue la negativa de darle vacunas contra la pandemia, cuándo es sabido que el gobierno norteamericano, cuenta con cantidades suficientes para que se cubrir sus necesidades y más.
Una vez que Biden tomó posesión, de inmediato se abocó a combatir la Pandemia; tomó las riendas sobre el problema de indocumentados y entre otras medidas, reforzó su visión y políticas ambientalistas.
Al contrario, AMLO, lleva más de 2 años sin metas tangibles fijas y eficaces en ningún aspecto de su gestión como Presidente, ni ha resuelto los problemas y las malas prácticas de sus antecesores. Más de la mitad de lo que lleva en el cargo lo ha dedicado a justificar su ineficacia y culpando a los gobiernos neoliberales. ¡Ah!, pero eso sí, imitando y cometiendo los mismos errores y prácticas corruptas.
Si nos detenemos a pensar a fondo y sin prejuicios, ¿cuál es la obra, la acción o decisión más plausible de su gobierno? La mente nos da muchas vueltas y, finalmente se queda en blanco.
Así que, la primera reunión formal entre los dos mandatarios, manda señales ominosas para los mexicanos, que si bien, no hemos sido muy favorecidos por los anteriores presidentes norteamericanos, tampoco se había iniciado una nueva administración en la Casa Blanca, con tantos nubarrones sobre nuestras cabezas.
Y todo porque, como he dicho, desde que inició el Gobierno de AMLO, éste decide sobre la marcha, basado en ocurrencias (como lo reconoció en una mañanera), dejando a su paso, un tiradero, que costará mucho levantarlo.
Lo peor, es que él, cree que va muy bien.