Matamoros, Coahuila.
¿Dónde estaban que no se dieron cuenta?
Después de casi tres semanas de haber sido inaugurado el bar don Crudelio, ubicado frente a la Dirección de Seguridad Pública Municipal, fue clausurado por la flamante titular del departamento de alcoholes Karime Gutiérrez Vega, acompañadapor agentes preventivos y del brazo armado y de choque del alcalde Horacio (ra) Piña, denominado GROM, solamente porque hasta el pasado miércoles 3 de marzo, se dieron cuenta de que no contaba con los permisos de funcionamiento, tanto del municipio como del estado.
Este lugar, regenteado por funcionarios de la administración municipal, como es el caso del regidor José Luis (pende) Jasso Montes y de la propia hermana de la jefa de alcoholes, donde por cierto no pagaban el consumo por ser cortesía de la casa, fue escenario de una fuerte trifulca donde volaron sillas, mesas, botellas y a granel muchas mentadas de madre. Cuando llegó la policía, los funcionarios pusieron tierra de por medio y tuvieron todas las facilidades de los uniformados.
El día que don Crudelio fue inaugurado, el primo incómodo Beto (ra) Piña y su esbirrio (pende) Jasso, sabían perfectamente que el dueño no contaba con los permisos de funcionamiento y estuvieron buscando que gente del estado tomara cartas en el asunto para ellos no dar la cara; sin embargo, en contubernio con la policía y la jefa de alcoholes, “metieron” a dos menores de edad para hacer la faramalla y así clausurar.
El objetivo era que tanto Beto (ra) Piña como (pende) Jasso, aparecieran como héroes de la película y gracias a su intervención, el dueño pudiera reabrir inmediatamente, aunque el chistecito le costó nada más y nada menos que un moche por la cantidad de 60 mil devaluados pesitos y aquí no ha pasado nada.
A través de las redes sociales, donde no hay nada oculto, los comentarios en contra de Lacho (ra) Piña no se dejaron esperar y se vio obligado a actuar “legalmente”, así que a través de comunicación social que dirige el aprendiz de periodista José Aguilera, emitieron un comunicado en el que reconocen la ilegalidad del funcionamiento de don Crudelio.
“A las 14:20 de la tarde (miércoles 3 de marzo), la titular del área responsable, Lic. Karime Gutiérrez Vega acudió en compañía de los inspectores para llevar a cabo la revisión de las instalaciones, y se constató que este negocio funcionaba sin el permiso municipal de venta de alcoholes, así como sin la licencia de funcionamiento que debe de expedir de la autoridad local”, dice el documento en el que justifican su mala actuación.
Y agrega: “Por tal razón y en base a que se cuenta con la evidencia de expedición de bebidas embriagantes, se le informó a los trabajadores que se procedería a la clausura de las instalaciones, así como de los refrigeradores que contienen las bebidas alcohólicas.El oficio expedido por Alcoholes fue entregado a quien se identificó como el gerente o encargado del negocio, quien sólo pudo mostrar la licencia mercantil del municipio y el documento de Urbanismo, por lo que al no contar con los documentos requeridos se procedió con el cierre de las instalaciones”.
“La jefa de Alcoholes explicó que el representante o representantes legales de la empresa deberán de presentarse en las instalaciones de Presidencia Municipal para revisar el pago de la multa que deberán cubrir para que le sean retirados los sellos así como para concluir con el pago de las sanciones a que se hicieron acreedores. Cabe resaltar que este comercio ya contaba con una clausura y multa por incumplir con las recomendaciones del protocolo sanitario de funcionamiento al tener un número mayor de comensales al 50 por ciento de su capacidad, razón la que Protección Civil fue quien llevó a cabo este señalamiento”, concluye el boletín del ayuntamiento.
Es evidente que Horacio (ra) Piña, su primo Beto (ra) Piña y el regidor (pende) Jasso, ya sabían que el negocio no contaba con permisos de apertura, pero pasaron por alto ese requisito y reconocen que ya había sido clausurado por incumplir con protocolo sanitario de funcionamiento al tener un mayor número de comensales al 50 por ciento de su capacidad, o sea, les importó más el “moche” que checar la documentación.
Y es que eso no es todo, es tanta la voracidad de Horacio (ra) Piña, por allegarse recursos facilitos, que al hijo de su propio primo Beto (ra) Piña, le mandó clausurar su local de venta de mariscos en el crucero de las Enrramadas, en contubernio con Karime Gutiérrez de Alcoholes y el GROM, bajo el argumento de que estaban vendiendo cerveza a dos menores de edad, a quienes ellos mismos mandaron y desaparecieron para tener el argumento de clausurar.
Ahora, el propio hijo de Beto (ra) Piña, tiene que pagarle al papá la no despreciable cantidad de 18 mil pesos “de multa” para permitirle abrir la palapa donde vende mariscos para el sostenimiento de su familia. De ese pelo está la rapiña en el municipio de Matamoros, Coahuila.