POR: REDACCIÓN
Ciudad Lerdo, Durango.–
Las quejas iniciaron por sectores de la ciudad por la poca presión, que a ratos provocaba que apenas “un chorrito” saliera de la llave, y a ratos nada, y solo se escuchaba el ruido generado por el aire que era lo único que circulaba en las tuberías de decenas de miles de hogares de la otrora llamada “Ciudad Jardín”. Pero conforme pasaron las semanas las quejas se multiplicaron por toda la ciudad: “no tenemos agua”, “dos semanas sin gota de agua”, “el recibo llega puntual, pero el agua no”.
De llamar la atención por la época del año en que se presentó la escasez del vital líquido: invierno, cuando regularmente la alta demanda provoca bajas de presión en los meses más intensos del verano. Al principio las autoridades municipales lo negaron, es más, se atrevieron a afirmar públicamente que se trataba de una leyenda urbana, pero el peso de la realidad aplastó cualquier intento de ocultar la verdad y tuvieron, finalmente, que aceptar que existe un déficit importante entre la oferta y la demanda que ha provocado una crisis sin precedente en la antigua Ciudad Jardín.
Para sanear la crisis se requieren decenas de millones de pesos (se calcula que más de 170 millones en obras de infraestructura y mantenimiento), pero el organismo operador del agua en este municipio, el SAPAL (Sistema de Agua Potable y Alcantarillado), no solo no cuenta con esos recursos, sino que prácticamente se encuentra en quiebra, por lo que las autoridades del municipio propusieron llevar a cabo un plan que se antoja como ponerle un curita a una herida que sangra profusamente.
El “plan emergente”, como fue denominado por las propias autoridades lerdenses, consiste en la “reactivación” de cuatro pozos que actualmente se encuentran en desuso, de los cuales se espera extraer 170 litros de agua por segundo, con lo cual se espera cubrir el déficit de agua que actualmente padece el municipio.
Asimismo, se tiene proyectado perforar cuatro nuevos pozos que estarían ubicados en las cercanías de la Sierra del Sarnoso, y de los cuales se espera obtener hasta 449 litros por segundo. Por supuesto, para la realización de este proyecto se requiere una inversión millonaria que supera los 20 millones de pesos por cada pozo, dinero con el que no cuenta el municipio.
La propuesta se hizo durante la última reunión del consejo de administración del SAPAL, a principios de febrero, y fue aprobada por sus integrantes para ser turnada al Comité de Planeación Municipal para el Desarrollo Municipal (COPLADEM), a fin de contar con los recursos necesarios en un lapso no mayor a 45 días. Es decir, que el desabasto de agua continuara hasta mediados del mes de marzo.
Mientras tanto, pipas enviadas por el ayuntamiento recorren las colonias afectadas, llenan los tinacos y cisternas, los botes, tanques, tinas, lo que tengan a la mano los afectados, muchos de los cuales se quejan de que, ante la proximidad de las elecciones, se pretende darle un uso electoral al abasto del vital líquido, pues primero se les solicitan datos y credencial de elector antes de recibir el agua.
Y no todos tienen la misma suerte, pues las pipas son insuficientes para dar abasto a una ciudad de más de 180 mil habitantes, y donde el desabasto prácticamente se ha generalizado, por lo que testimonios como el siguiente se multiplican a lo largo y ancho de la zona urbana: “soy de la colonia centro, desde hace aproximadamente 4 meses no contamos con la suficiente agua para cubrir nuestras necesidades. Hemos tenido que recurrir a pedirle agua a los vecinos que cuentan con cisterna para poder bañarnos con una cubeta. En mi casa, vivimos cinco personas, por lo que tuvimos que recurrir a hacer un rol con los diferentes días de la semana para que se bañara cada quien, ya que al día solo alcanza una sola persona”.
O como el siguiente: “estamos sin agua o muy poca, lo cual genera un problema de higiene al no podernos bañar diario; además de tener que hacer descargas manuales al sanitario con cubetas, que, aunque ya se volvió una costumbre, no deja de ser molesto. Esto tiene más de 3 meses, por lo menos, en mi casa somos cinco personas y estamos gastando un promedio de 200 pesos semanales para lavar la ropa en lavanderías”.
El futuro ya nos alcanzó, lo que está sucediendo en Lerdo es una clara muestra de que, sin un uso sustentable de recursos naturales no renovables, como es el agua, terminaremos padeciendo la escasez que hasta hace apenas unos años era impensable, pero que poco a poco con el paso de los años se está convirtiendo en una triste y desesperante realidad. Al tiempo.