POR: PEDRO BELMARES O.
El amor pasa por nuestras vidas tan rápido que a veces no tenemos paciencia y tal vez nos estemos enamorando de la persona equivocada, cuando nos damos cuenta es demasiado tarde, porque ese ser amado ya está muy adentro de nuestro corazón.
Creemos a lo largo de la vida que si una persona no ama o no tiene a ese ser amado no está completa por que le falta la mitad el complemento ideal del ser humano.
Creemos que existe una fórmula mágica para que dos personas que se amen piensen lo mismo y actúen igual, sin embargo, debemos ser distintos, ya que pensar igual es monótono, por eso cada quien tiene su forma de pensar pues, de otro modo, la relación no sería sana para ninguno de los dos.
Creemos que la felicidad se tiene que buscar como un valioso tesoro, pero, cuando la tenemos no la sentimos y al no hacerlo no la sabemos valorar, porque nos pasamos la vida peleando o envidiando a los demás, dándole valor a lo material solamente. La felicidad, si existe en cada uno de nosotros, pero es momentánea, la eterna vendrá después.
Vivimos en un mundo donde ocultamos nuestros sentimientos porque no tenemos valor para decir te amo y siempre cuando el ser amado fallece, nos arrepentimos y nos recriminamos: como no le dije cuanto lo amaba en vida, vivimos tan rápido que no disfrutamos cada instante de nuestras vidas.
Debemos madurar y luchar por conquistar al ser amado día a día, habrá problemas, pero el amor debe superar todos estos obstáculos para que al final de nuestras vidas preguntemos a nuestra pareja: ¿fuiste feliz conmigo? Y si la respuesta es afirmativa debemos de agradecerle a Dios por darnos la oportunidad de cumplir con la misión encomendada.