Matamoros, Coahuila.-
Ya son dos años de iniciada su administración y a Horacio (ra) Piña no le ha caído el veinte de que es el alcalde de Matamoros, su postura tibia le ocasiona grandes problemas que perjudican a la ciudadanía, nada de obras importantes y sus regidores parecen comadres en las sesiones de cabildo, se dan hasta con la cubeta y así se la pasarán en lo que resta del 2021.
Es lamentable que el doctor “Pantano”, siendo todo un profesional de la medicina, una eminencia, como lo califican los pacientes en su trabajo de galeno, en cuestiones políticas sea un cero a la izquierda, sin lugar a dudas dejará una gran huella al finalizar su gestión, como uno de los peores presidentes que ha tenido Matamoros.
Como árbitro político le falta mucho y para muestra basta el botón de la última sesión de cabildo, celebrada la semana pasada; todos contra todos, Lizeth Inungaray contra el doctorante pedante de Salvador de León, luego el primer regidor le entra al quite contra Lizeth, pero también Godínez Guerrero no se queda atrás y para justificar la lana que mensualmente le dan para repartir entre sus homólogos priístas para aprobar las propuestas de (ra) Piña, también le entra al ruedo.
Más que una nota informativa sobre el trabajo que realizan los funcionarios municipales, parece la crónica de una función de lucha libre, de esas que organiza Checho Ayup a través de Promociones Tablas, donde no hay nada para nadie.
Para cuando usted esté dando cuenta de estos comentarios, ya el alcalde “Pantano” habría rendido su segundo informe, en el que destacaría, seguramente, puras obritas de relumbrón que se caen a pedazos dada la pésima calidad del material.
Pero eso no es todo, según radio pasillo, Lacho (ra) Piña estaría solicitando licencia el uno o dos de enero próximo, para volver a contender por la presidencia municipal de “Piñalandia”, o sea de su Matamoros querido.
La política anda revuelta en todo el municipio, el mal actuar del “Pantano” le dio ánimos a dos que tres priístas para entrar a competir por la próxima administración, por eso anote a los eternos aspirantes que ya sienten las posibilidades de traer en la bolsa el nombramiento.
Entre ellos está Juan Carlos Ayup, que se quiere sacar la espinita de haber perdido la contienda contra Lacho; el plan B es el charrito Miguel Ángel Ramírez López, que ya hace presencia en redes sociales y se da baño de pueblo.
Por el otro lado, le sigue latiendo el corazón a Raúl Onofre Contreras, para llegar por enésima ocasión a dirigir los destinos de Matamoros; acordáos, que a Onofre no le tiembla la mano para invertirle, lo que no tienen Miguel Ángel ni Carlos.
Tienen más posibilidades los fieles escuderos de Onofre, me refiero al caime bien de Teodoro “Cacho” Arguijo y al “Tibio” de Homero Hernández.
La que también anda calefacta para entrarle, es la regidora ahora independiente Lizeth Inungaray González, quien a pesar de sus 800 votos no pierde la esperanza de llegar a la la meta, aunque mínimo volvería a ser, por tercera ocasión, regidora.
Por el Partido Verde, Beto Luna tampoco pierde las esperanzas de abandonar la nómina de jefe de un departamento, para ser candidato a alcalde y obtener el premio de consolación que sería la regiduría.
Lo cierto es que para el dos de enero se sabrán las intenciones de estos actores políticos, de acuerdo a los tiempos electorales, quienes renuncien a su cargo o pidan licencia, serán los evidentes calefactos.
Los que saben de estas cosas de la política aldeana, afirman que, para ser candidato a un puesto de elección popular, se requiere de un voto, un voto que es precisamente el del gobernador en turno.
Hagan sus apuestas, señores.
