POR: AGENTE 57
Arrancamos… La ciencia política griega estudiaba las constituciones y generalizaba la relación entre la naturaleza humana y las asociaciones políticas. Quizá su instrumento más poderoso fuera la teoría de los ciclos recurrentes. Las monarquías tienden a degenerar en tiranía, las tiranías son derrocadas por aristocracias, que degeneran en oligarquías que explotan a la población, que, a cambio, degenera en la intolerable inestabilidad de las pequeñas mafias, punto en el que algún lider poderoso se establece como monarca y el ciclo vuelve a empezar. Este es la version de la ciencia polìtica que encontramos con la influencia de sus comentarios, en un historiador de la Grecia decadente, Polibio, cuya intencion principal era explicar el carácter de la politica romana a sus compatriotas. Otras versiones del ciclo político aparecen en Platón y en Aristóteles. El conocimiento, como destaco Bacon, es poder, y el conocimiento de este ritmo cíclico de la política provoco la idea de que las instrucciones podían ser dispuestas de forma que rompieran el circulo, permitiendo a los Estados, sino la inmortalidad, sí al menos una estabilidad a largo plazo. El secreto de la ruptura del ciclo yace en dos proposiciones. La primera era que el gobierno consistiera en un número de funciones que pudieran ser separadas en diferentes cargos públicos y asambleas. La decisión ejecutiva requiere un líder y la deliberación política requiere un pequeño grupo de ciudadanos con experiencia, mientras que la pertinencia de las leyes y la aceptación del gobierno dependen de formas efectivas de consulta popular. Esto sirve de argumento para crear una constitución en la que el poder se distribuye entre uno, unos pocos y la mayoría. La segunda proposición es que esta misma distribución también equilibren los intereses de ricos y pobres, para prevenir a ambos de utilizar el poder político como modo de explotación económica. Este equilibrio es en política el equivalente a la salud en el cuerpo, y puede mantener la corrupción a raya durante mucho tiempo. Esta es la teoría de la constitución equilibrada que ha jugado un papel fundamental en la política. Fue Aristóteles el que aporto la idea de que cierto componente democrático resultaba esencial para mantener el equilibrio de una constitución, al cual llamo “forma de gobierno”. Estudio muchas constituciones y estaba particularmente interesado en la mecánica de los cambios políticos: las revoluciones, pensaba, siempre surgían de una demanda de igualdad. Preocupado tanto por la política como por la ética, formulo una pregunta que ha sido especialmente fascinante: ¿Puede un buen ciudadano ser un hombre bueno? Los gobernantes de algunos Estados pueden exigir a sus súbditos acciones que están equivocadas. La política (como todo lo demás en el mundo griego) estaba poderosamente teorizada, hasta el punto de que con frecuencia se ha pensado que serpenteamos alrededor del limitado abanico que nos ha revelado la experiencia griega. De otra manera, el juicio político es una elección entre posibilidades finitas. Esta noción asume que la naturaleza humana permanece fija, postura que ha sido desafiada, sobre todo en tiempos modernos, por la idea de que los seres humanos son siempre creaturas de su sociedad. Muy pocas posibilidades delas que discutimos no fueron observadas, de una u otra forma, por los griegos, que también dejaron – de hecho era su especialidad – aportaciones visionarias del ideal: en filosofía, la República de Platón, y en política, el relato de Atenas puesto en boca de Pericles por Tucìdides en su historia de la guerra del Peloponeso. MI VERDAD.- Todo lo que uno puede decir con certeza es que los gobernantes capaces serán, tarde o temprano, seguidos de herederos locos o débiles. El despotismo esta, por tanto, sujeto a un ritmo fijo de ascenso y caída, como las estaciones.