POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.–
La tensión entre la Alianza Federalista, que aglutina a gobernadores de 10 estados de la república, todos ellos de oposición; y el gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, sigue creciendo, a grado tal, que no puede descartarse un rompimiento total entre los mandamases estatales y el ejecutivo federal.
El encono ha venido creciendo desde que los gobernadores que integran la mencionada alianza, entre ellos Miguel Ángel Riquelme Solís, gobernador de Coahuila; ha venido solicitando que el gobierno de la república revise y modifique el pacto fiscal, de tal manera que las entidades reciban más recursos económicos de los que actualmente les otorga la federación.
El punto más álgido se vivió durante la semana que recién concluye, pues prácticamente al unísono los gobernadores de Nuevo León, Jaime Rodríguez; Jalisco, Enrique Alfaro; Coahuila, Miguel Ángel Riquelme; Durango, José Rosas Aispuro; Tamaulipas, Francisco García; entre otros, hicieron un pronunciamiento público en sus respectivas entidades luego de reunirse en Aguascalientes para acordar entre ellos. En Saltillo, Miguel Ángel Riquelme se pronunció a favor de que la federación le entregue a Coahuila y los demás estados “lo que le corresponde en materia presupuestaria”, y se dijo preparado para el diálogo con la federación, pero también “para dar la batalla legal y política”, en caso de que no haya respuesta a la solicitud que han venido planteando los integrantes de la alianza de recibir más recursos para sus estados.
ROMPIMIENTO EN PUERTA
El encono de los gobernadores aliancistas es tal que no ha faltado quien piense que cuando hablan acerca del rompimiento del “pacto federal” se refieran a que las entidades involucradas, entre ellas Coahuila y Durango, pudieran llegar a escindirse de la república, lo cual, constitucionalmente, es totalmente improcedente, tal y como publicó este mismo medio en su edición número 742. En dicha ocasión, Sin Censura conversó con el abogado constitucionalista José Mijares Martínez, quien afirmó independizarse no es un acto unilateral que se dé por voluntad de una entidad, pues para “esto se necesitaría una reforma estructural a la Constitución, situación que jurídica y políticamente es muy difícil, toda vez que el constituyente permanente no tiene facultades para modificar las decisiones fundamentales que son: una legitimidad constitucional superior a la Constitución escrita, y la única forma de crear otra Constitución, es mediante la revolución o la recreación del estado”.
Lo que sí podría llegar a suceder, es que los estados inconformes abandonen el pacto fiscal que opera desde 2007 a iniciativa del entonces presidente Felipe Calderón. De acuerdo con el contador público Roberto Benavente, si ese escenario llegara a concretarse los “acuerdos de coordinación fiscal entre las oficinas recaudadoras estatales y el SAT federal terminarían, entonces, al retirarse el SAT tendría que supervisar el pago de los impuestos federales ellos mismos, ya no recibirían ayuda del SAT local”.
Y segunda, y la más importante pues el trasfondo de todo este asunto es económico, “lo que se llegara a recabar de impuestos no serían depositados al gobierno federal, serían depositados a los gobiernos estatales que tendrían la posibilidad de administrar esos impuestos recaudados por impuestos federales. Ese es a grandes rasgos el trasfondo del retiro del pacto fiscal, pues lo recaudado no se iría al gobierno federal sino a los estatales”.
Pero la pregunta más importante es: ¿tienen razón los gobernadores aliancistas en reclamar al gobierno federal por la baja en sus aportaciones? De acuerdo con el Análisis del Gasto Federalizado Pagado al Segundo Trimestre de 2020, realizado por la Cámara de Diputados, la respuesta es: sí. Dicho documento, con fecha del 06 de agosto, revela que prácticamente todos los estados recibieron menos dinero con respecto al mismo periodo del 2019. El único estado que registra un incremento en la asignación de recursos federales es Colima, con un aumento, hasta agosto del presente año, de 6.1 por ciento más con respecto al mismo periodo del año anterior. Curiosamente, Colima y su gobernador, Ignacio Peralta, integran la Alianza Federalista.
Sin embargo, Colima es la excepción, pues todas las otras entidades, en mayor o menor medida, han recibido menos dinero en el primer semestre del 2020. Coahuila, registra un decremento de -5.9 por ciento, mientras que Durango muestra un descenso de -4.8 por ciento. Chihuahua recibió -2.3 por ciento de recursos; Guanajuato -11.3 por ciento; Jalisco -5.5 por ciento; Michoacán -5.1 por ciento; Nuevo León -5.5 por ciento; Tamaulipas -4.9 por ciento; por poner como ejemplo a los integrantes de la Alianza Federalista.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia mañanera del viernes 30 de octubre que, a pesar de las protestas, no habrá más recursos para las entidades federativas, y añadió que el actual pacto fiscal fue “aprobado por los partidos que ahora son oposición, y muchos de los que ahora están demandando que se les dé más votaron por esa ley, gobernadores incluso, de los que están en la llamada Alianza Federalista”. De las declaraciones del presidente se puede concluir que no habrá acuerdo en el corto plazo, y, por lo tanto, que habrá pleito para rato.
