Torreon, Coah.
Edición:
18-Nov-2024
Año
21
Número:
927
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DEMOCRACIA OPCIONAL / 761


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Por:
Sin Censura
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23-10-2020
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Edición:

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POR: ABEL ALCALÁ H.

El domingo 18 de octubre del año que corre se realizaron elecciones en dos estados de la república mexicana; Coahuila e Hidalgo, en el primero para elegir diputados locales y el segundo para renovar ayuntamientos.

Cada vez que hay un proceso electoral para votar a las personas a ocupar cargos públicos se genera una nueva experiencia dentro del sistema que llamamos democracia y que nos da la oportunidad para reflexionar.

Más que atender a las causas particulares de los dos procesos electorales y los pormenores de los resultados y las posibles repercusiones en cada partido y los estados, deseo llamar la atención sobre los contextos en que se desarrolla la democracia opcional que vivimos en nuestra república.

Si nos atenemos a las definiciones de democracia como las siguientes: “Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes” y la de Abraham Lincoln; “Democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, en ambas se infiere que de manera a priori se le concede al ente pueblo la radicalidad del poder.

Ahora veamos cómo se define pueblo: “Conjunto de personas que vive en una población, región o país determinados”, de aquí se deduce que las personas forman un conjunto porque tiene una naturaleza social que le inclina a vivir en comunidad. Y la naturaleza social de la persona tiene la finalidad de hacer el bien al semejante y de evitarle el mal, es decir, practicar la solidaria.

Luego una definición de democracia también sería: “Poder del pueblo para hacerse el bien y evitarse el mal”. La pregunta que nos viene es: ¿Puede haber democracia opcional?, la respuesta es sí, pues el pueblo o el conjunto de personas no son infalibles y además gozan de la libertad para elegir hacer el bien o el mal o abstenerse.

Cuando el objetivo de la democracia (conjunto de personas) es formar gobierno las acciones se vuelven más complejas, el principio de hacer el bien y evitar el mal al semejante no son ya la regla a respetar y a seguir.

Son varias las causas que van a explicar las razones de por qué la democracia se desvirtúa y termina por convertirse en flagelo para el propio pueblo.

En un pueblo o comunidad donde no se tiene la virtud de hacer el bien y evitar el mal al semejante entonces dominan en las relaciones humanas los vicios del egoísmo, el individualismo, la avaricia, la soberbia, la prepotencia, la demagogia, la mediocridad, la corrupción, etc.

Lo anterior es causa de que tengamos un sistema electoral carísimo, basado en la desconfianza mutua entre los partidos políticos y contra la misma autoridad del INE; en este sistema electoral el que tenga más saliva traga más pinole.

Otras causas que imposibilitan la construcción de la democracia en México son que la mayoría de los mexicanos padecen la miseria e ignorancia lo que impide que su voto esté exento de condicionamientos, presiones y dádivas, ya lo decía Sor Juana Inés de la Cruz; ¿Quién peca más: el que peca por la paga o el que paga por pecar?

Por eso cuando se acusan mutuamente los partidos o candidatos de fraude electoral estamos presenciando la más grande hipocresía entre demagogos, corruptos y mediocres: “El comal le dice a la olla; El burro hablando de orejas”.

No parece importar a la mayoría del pueblo mexicano hacer realidad la democracia por lo cual negocia con su dignidad y desestima la educación; sin el respeto a la dignidad y sin educación es fácil encaminarse a una tiranía. La democracia entre ignorantes y viciosos no existe, es realmente una tiranía disfrazada.

La alternativa para México es que habrá democracia cuando mayoritariamente el pueblo sea virtuoso y la forma universal para desarrollar las virtudes es la educación centrada en la verdad, el bien y la belleza.

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