Y ESO… ¿ES BUENO O ES MALO? /
POR: GLORIA RUIZ G.
La nueva normalidad pareciera ser una tarjeta con pase de salida inmediata de la cuarentena; apenas lo escucharon y salen sin protección a las calles; la gente sigue incrédula, enojada, quienes no se cuidaron antes no lo harán ahora y es comprensible más no justificable que tras el anuncio del gobierno federal, iniciando preparativos para ir reactivando la economía y las actividades consideradas como esenciales dentro del nuevo esquema de semaforización; muchas personas cansadas del encierro quieren creer que lo peor ha pasado pero lo peor está por llegar y no me refiero precisamente a contagiarse sino a todo lo que este aislamiento nos está dejando; pérdida de empleos, deudas, crisis matrimoniales, inseguridad, hambre, miedo y más enojo; esa es la nueva normalidad. La Organización de las Naciones Unidas está advirtiendo que viene una crisis de hambre en América Latina, por la pandemia de COVID-19. Muchos ven el hoy y el ahora pero no analizan la crisis que ya está marcando sus primeros efectos y que no van a solucionar ni los gobiernos con sus despensas ni los políticos y candidatos con sus promesas y más despensas solo mientras tengan la esperanza de que voten por ellos, pero los efectos de la pandemia llegarán más allá de la fecha de la elección.
En los últimos días he tenido comunicación con dos personas que han estado en aislamiento, una aun a la espera del resultado de la prueba que le realizaron y con algunos síntomas, con esa incertidumbre de no saber qué pasará, si está contagiada y como seguirá reaccionando su organismo y la otra a punto de recuperarse en total aislamiento y habiendo enfrentado días y noches de depresión, ambas en sus respectivas casas; sin tener cerca a la familia ¡Que desesperante! Son historias que tengo en el tintero
En Acuña, ya estamos enfrentando los contagios en personal de salud y la gente se asusta más y también se enoja; la peor parte es que veremos mucho más de esto y los trabajadores de la salud no se están contagiando por gusto, están en la primera línea de batalla, con carencia de insumos para protegerse debidamente, sin capacitación adecuada aunque los gobiernos digan otra cosa y si lo damos a conocer no es para exhibirlos porque no decimos sus nombres; es simplemente la realidad del punto al que estamos llegando localmente en esta pandemia. La Secretaría de Salud estatal que no mueve un dedo sin la orden del gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, no nos dirá la verdad nunca y los periodistas que visualizamos esto, somos sujetos a amedrentamiento, nos quieren callar porque afectamos sus intereses político electorales pero son tan mezquinos que usan a menores de edad para agredirnos y provocar una reacción violeta que nos comprometa, confundir a la opinión pública y desacreditarnos; pensaron que no me enteraría pero resulta que sí y si algo llegara a pasar sería en legítima defensa sin importar quien sea o qué edades tengan quienes están enviando a meterse a mi propiedad, con intención de querer entrar a mi casa por tercera ocasión, en menos de un mes y hacer cosas que dejan evidencia de su presencia y amedrentar, asustar, jugar con mi mente; en el primer intento sabían que estaba sola y trataron de abrir por la fuerza con golpes la puerta trasera de seguridad sin lograrlo; de esto responsabilizo al gobernador del estado Miguel Ángel Riquelme Solís, al secretario de inclusión social Francisco Saracho Navarro, señalado de mis últimos reportes de estar movilizando apoyos gubernamentales con fines electorales y a la secretaria de seguridad estatal Sonia Villarreal Pérez, a quien también he señalado de operar en Piedras Negras Coahuila, en contra del alcalde Claudio Bres Garza y de no tener aptitudes ni conocimiento para ocupar ese cargo. Porque es al gobierno estatal a quien afecta mi trabajo y son agresiones sistemáticas. Es la forma de operar del poder cuando algo o alguien se interpone en sus planes, cuando se señala la corrupción y la impunidad que sigue imperando en Coahuila. Serán responsables de lo que suceda en mi persona, mi familia o a los delincuentes que estén entrado a mi propiedad, recalco, al menos uno es menor de edad entre 9 y 10 años y no, no están entrando a jugar; alguien está observando los movimientos desde un lugar muy cercano y saben en qué momento actuar; no estaba contemplado este tema en esta columna, sin embargo el último intento fue precisamente el día que estaba por terminar la redacción y tampoco acostumbro a hablar de las agresiones que recibo cada vez que se dan, no es mi intención quedar como víctima ni buscar reflectores, no necesito eso; pero sí es importante que la opinión pública sepa a tiempo lo que pasa y no quieran sorprenderlos ante hechos consumados con sus acostumbradas hipótesis que suelen llamar investigaciones y que tienen la finalidad de acabar con la labor periodística de quienes no nos sometemos al sistema. Soy Gloria Ruiz, la voz del pueblo, la válvula de escape para muchos, la politóloga del proletariado… To be continued.