POR: PEDRO BELMARES O.
Todo este tiempo había esperado en mi vida, el encuentro casual del amor, y cuando llegó fue un torrente y al mismo tiempo ardiente, después desapareció como una estrella fugaz.
Aun sigo aquí, esperando que regrese a mí, intentando rescatar mis sentimientos para poder enfrentar al amor y no dejarlo ir.
Sigo aquí, buscando el amor, el que me hace soñar despierto, ese que me da el valor de dejar atrás mis frustraciones y mis dudas, sin miedo, es el amor que me hace cambiar como ser humano y me desnuda el alma.
Sigo aquí, queriendo detener el tiempo para contemplar tu esencia, saber de qué estas hecha, así sabré porque es mi afán o mi capricho, que no eres fantasía, solo es amor y pasión.
Al final, te tengo a mi lado, porque descubriste que para nuestro amor no habría escapatoria, somos hombre y mujer, al final luchamos por tener el amor, porque al no tenerlo en nuestras vidas quedan vacías y nos paralizamos sin poder transmitir realmente nuestros sentimientos.
Dios creó al hombre y a la mujer en perfección, les dio una misión: descubrir el amor entre ellos, amarse por sobre todas las cosas.