POR: FERNANDO RANGEL DE LEÓN
No solamente a las madres que estuvieron vivas en sus hogares este 10 de mayo, les impidieron la visita, la compañía de sus hijos y sus demás seres queridos; para demostrarles cuánto las quieren; mediante recomendaciones de las autoridades sanitarias; sino que éstas también impidieron ver los restos de nuestras madres que ya se nos adelantaron en el camino que todos tenemos que seguir, y que yacen en los cementerios y en las urnas que contienen sus cenizas en los nichos de las iglesias y otros lugares en los que están depositados.
Solo que este impedimento de estar en las tumbas de los panteones y en los columbarios de los templos, no fueron simples recomendaciones, sino que fue coercitivo; pues las autoridades cerraron ambos lugares; atentando así contra los derechos humanos de libertad de cultos y de libre tránsito.
Esto último es lo que se denomina “dictadura sanitaria”, por la que las autoridades de salud toman toda clase de medidas para evitar el contagio de una epidemia, como en el caso del actual Coronavirus; y cuya aplicación drástica e inflexible las hace verse como “tiranas”.
En estos últimos 50 días las autoridades no solamente están violando esos mencionados derechos humanos sino que también vulneran los de reunión, de libre comercio, de educación, de libertad personal, etcétera.
La economía de México ya no aguanta más su paralización ordenada por el gobierno; pues la falta de productividad afecta absolutamente todo en el país; principalmente el trabajo, el comercio, lo que como consecuencia provoca la escasez de los alimentos entendiéndolos no solamente como la comida en sí, sino también abarca el hogar con los satisfactores de todas las necesidades que tienen los padres y los hijos, como es el lecho, la cocina, el comedor, el baño, la luz, el agua, el gas, ropa, calzado, cultura, deporte y en una palabra todo lo necesario para que la familia tenga una vida digna.
Afortunadamente en nuestro país ya se están probando 14 tratamientos para frenar el COVID-19, como el remdesivir, hidroxicloroquina, nitazoxanida, ruxolitinib, piridostigmina y otros; que ojalá den muy pronto optimos resultados; además de los otros muchos ensayos clínicos que se están desarrollando en todo el mundo, para bien de todos los derechos humanos; los cuales en esta pandemia las autoridades deben de conciliar lo más justo y equilibrado posible en favor de la humanidad toda en general y de México en particular.