POR: PEDRO BELMARES O.
Ayer me estaba acordando de una etapa de mi vida, cuando me enamoraba sin saber lo que hacía, y lo digo así porque el tiempo te da la sabiduría para comprender que estaba en un error.
Las madres siempre están allí cuando te equivocas, pero te lo dicen muy silenciosamente y con toda calidez humana que las madres tienen; hijo, estás en un error, esa mujer no es para ti, pero cuando andas en las nubes todo ilusionado la ignoras.
Y cuando ya estás grande, recuerdas esas palabras que tu mamá te decía, y tú mismo lo confirmas ¡Qué razón tenía mi madre!
Muchas veces cuando dice tu madre; hijo, yo no tuve estudios soy una analfabeta.
Es una gran mentira, son unas maestras de la vida, saben cómo administrar el hogar y al mismo tiempo son psicólogas.
Yo admiro a mi madre porque gracias a ella soy lo que soy, gracias mamá.