POR: REDACCIÓN
Torreón, Coahuila.-
El sistema educativo en nuestro país está suspendido desde mediados de marzo por la contingencia generada a raíz de la pandemia por el COVID-19. Más de 25 millones de alumnos de todos los niveles están en sus hogares por disposición oficial, y tratan de continuar con su educación a través de dispositivos móviles como las computadoras, las tabletas e incluso los teléfonos celulares, siguiendo las instrucciones o clases que sus maestros les dictan de manera virtual.
Sin embargo, la cuarentena también ha exhibido, nuevamente, a un país con enormes desigualdades sociales y en el que no todos cuentan con las mismas oportunidades, sobre todo en las zonas rurales y en las colonias con alto índice de marginación, donde es todo un reto cubrir las necesidades básicas, entre ellas la alimentación y el vestido. De una computadora e internet, mejor ni hablamos.
El confinamiento generado por la pandemia está planteando grandes retos para el sistema educativo tradicional, que no podrán ser solventadas en el corto plazo, pero que quedarán como una asignatura pendiente para el futuro, pues garantizar el acceso a la educación es una responsabilidad fundamental de cualquier estado. Mientras tanto, cientos de miles de profesores se las ingenian para seguir educando a través de los medios que tienen a su alcance tanto ellos como sus alumnos, mientras regresamos a la normalidad, aunque todavía no hay certeza de cuándo llegará ese día.
LA REALIDAD QUE NO SE VE DESDE LAS OFICINAS DE LA SEP
Janeth es una maestra originaria de Torreón, pero cuyo centro de trabajo se encuentra en General Cepeda, uno de los municipios más pequeños de Coahuila, cuya población es poco más de 15 mil habitantes. Al decretarse la suspensión de clases, la profesora de 28 años regresó a La Laguna para estar con su familia, y ahora que se han reanudado las actividades educativas de forma virtual, los problemas no dejan de acumularse.
Entrevistada por Sin Censura, también de forma virtual por la contingencia, la docente relata: “En General Cepeda, para empezar hay comunidades donde de plano no llega la señal o batallan mucho, si les llega es una señal de mala calidad y no pueden conectarse o no pueden enviar las fotos de los trabajos para la evidencia de que los niños están trabajando”.
De tal manera, que hubo que usar la imaginación para poder cumplir con lo que exige la SEP: “creé un Facebook exclusivo para los trabajos de mi materia, pero como dije, no todos los alumnos tienen acceso a internet, así que le hacen llegar las evidencias a la trabajadora social, y ella a través de un grupo de whatsapp, y por ese medio nos hacen llegar los trabajos hechos y a los papás las actividades para sus hijos”.
Pero no todo es tan fácil, pues en pleno siglo XXI, y a aunque a los urbanitas nos parezca algo poco creíble, hay quienes viven desconectados del mundo de la Internet y no cuentan con celular, o mejor dicho, con un Smartphone para así recibir las asignaciones que envían los maestros de manera virtual. Janeth relata: “hay comunidades donde las familias no tienen un celular, no es una prioridad, mucho menos una computadora con internet, así que batallamos mucho con eso, y la entrega de trabajos se retrasa mucho”.
Pero no nada más es la cuestión tecnológica, sino también el problema diario en las aulas: alumnos que van a la escuela por obligación pero que no están interesados en la educación. “También nos topamos con que los alumnos no están interesados en hacer los trabajos. De por sí en presencial batallamos con ciertos alumnos para que trabajen, entonces, trabajar a distancia le dan mucho menos seriedad y hay alumnos que aunque estén agregados en el Facebook o en el Whatsapp no tenemos ninguna respuesta de su parte ni de sus papás, que no están al pendiente de que sus hijos estén trabajando”, añade la profesora.
Pero también está la otra parte, quienes a pesar de las dificultades tratan de salir adelante y quieren seguir con su proceso educativo: “pero no todo es malo –relata- tengo el caso de una niña que vive en una comunidad sin acceso a internet, su familia no tiene celular, y no tiene manera de recibir los trabajos. Una compañera de la escuela me va a hacer el favor de imprimir las hojas, se las va a llevar hasta la comunidad y va a recoger los trabajos para presentar las evidencias”.
No será el único caso, la encargada de control escolar de ese centro educativo, uno de los dos de nivel secundaria que hay en General Cepeda, será el enlace entre los alumnos y Janeth, “porque por obvias razones yo no puedo ir casa por casa entregando trabajos y recogiendo evidencias, porque viajar de Torreón a Genera Cepeda son casi tres horas y en este momento no puedo viajar por la contingencia, así que tuve que buscar la manera de cumplir con mi trabajo, pero no ha sido nada fácil, ha sido muy desgastante”, concluye.
De acuerdo con la SEP, el regreso a clases se daría de manera paulatina, primero el 17 de mayo en los municipios menos afectados por el COVID-19, y hasta el 1 de junio en las ciudades con mayor número de contagios. Mientras tanto, miles de profesores siguen trabajando a pesar las vicisitudes y complicaciones que se topan en el camino, como es el caso de Janeth, que trabaja en una realidad que en la SEP parece que no ven.