POR: ABEL ALCALÁ H.
Los acontecimientos actuales del coronavirus que tiene en vilo a la mayor parte de la humanidad nos presenta una gran oportunidad para reflexionar en las muchas aristas de nuestras vidas, ya lo dice la máxima: “Nunca desperdicies una gran crisis”.
Las adversidades se atienden de manera personalísima, considerando que la persona humana es un ser individual. Indivisible, incomunicable, único, irrepetible, invaluable, indeterminado, racional y volitivo (libre), esa es su naturaleza, luego los retos, demandas, obstáculos que se presentan en la vida se atiende personalmente, aunque la persona pueda estar acompañada por seres queridos, socios, amigos, compañeros asesores, cada uno tiene su propia percepción de su adversidad, ejemplo, cuando se muere o enferma un ser querido, cada uno de los familiares percibe y actúa de conformidad con su carácter y si no lo tiene reacciona de conformidad a su temperamento, impulsos, prejuicios, paradigmas, etc.
Las adversidades están presentes en toda nuestra existencia, nos acompañan hasta el final de la vida, y la mayoría de las personas humanas no nos preparamos para afrontarlas, las más de las veces la enfrentamos dominados por el estado de ánimo en que nos encontramos optimista o fatalista, somos poco racionales ante ellas pues las vemos como un castigo o maniobras de individuos que nos tienen envidia o rencor, también las atribuimos a la incompetencia de los jefes o de los gobernantes.
Lo que sí es seguro es que mostramos mucha ineptitud para reconocer y atender de manera racional y exitosa la mayoría de las adversidades que llegan a nuestra vida.
Ante esta dramática situación en que cada uno se encuentra lo que deseo es proponer una serie de alternativas a operar en el interior de cada uno de nosotros para salir avante de cualquiera situación y en especial de la pandemia del covid-19 (coronavirus, sars; síndrome respiratorio agudo grave), hacerlo de manera integral como persona humana.
No es mi deseo presentar acciones exteriores como serían: sugerencias, recomendaciones, consejos o recetas para resolver las consecuencias y secuelas de la pandemia u otra adversidad, sea económicos, políticos, empresariales, por qué no? Porque primero se prepara al guerrero en el interior de su persona, es decir, en mente y cuerpo y luego se va a la lucha.
El enfoque de la propuesta es para cada uno en lo personal, atendiendo a cuatro acciones concretas que en seguida presento, que al operarlas en el interior de su persona, estén en las mejores condiciones mentales y físicas para sortear las adversidades en las diferentes etapas de la vida.
Uno: Conocerse a uno mismo, El filósofo Tales de Mileto (624-546 a. C., Turquía) lo señaló como la tarea más importante de todo ser humano. En latín:”Gnosce te ipsum”. Puesto que intentar realizar una vida terrenal exitosa cuando el hombre ignora todo acerca de sí mismo, de su substancia, esencia, naturaleza y dignidades, es andar dando palos de ciego, ser títere o marioneta de las circunstancias y de otros sujetos, es decir esclavo.
Dos: Descubrir mi vocación, quien no conoce su vocación es un ser desperdiciado, desgraciado e irrealizado. Quien ya descubrió su vocación y la sigue a pie juntillas sin importar los diversos obstáculos, jamás podrá ser un fracasado en la vida terrenal.
Tres: Cada persona humana debe adoptar las convicciones de conformidad con su dignidad y su vocación. Quien tiene convicciones poseé razones o creencias que le permiten sostener un determinado pensamiento, discurso o acción. Prefieren cualquiera sacrificio o la misma muerte antes que traicionarse a sí mismo.
Cuatro: Forjarse un carácter. Nos dan la vida, pero no la dan hecha, yo tengo que ser el arquitecto de mi propia vida lograda y solamente teniendo carácter lo puedo alcanzar y son las virtudes (hábitos buenos) de la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza las que actualizarán mi naturaleza y mis facultades intelectuales y volitivas. Las virtudes son algo así como rendimientos crecientes de un capital que he ido invirtiendo en mí mismo. Y es que, por medio de la práctica de la virtud, cuido de ml propia vida en su sentido existencial. Me hago realmente mejor. No es que lo parezca, es que lo soy.
Dejo este camino de los cuatro pasos a seguir para quien deseé alcanzar el éxito de ser persona humana y lograr la felicidad en los diferentes estados de su vida; hijo, hermano, padre, madre, esposo, esposa, ciudadano, gobernante, etc. Usted lector dice la última palabra.