En el municipio de Matamoros, desgobernado por Horacio (ra)Piña, ya no ve lo duro sino lo tupido; el desorden administrativo, político que redunda en lo social, está causando estragos muy fuertes, a grado tal que ya se escucha en radio pasillo, que una vez que concluya la pandemia por el Covid-19, se “enfermará” y pedirá licencia para tratar de evitar ir a la cárcel por un millonario desvío de recursos que ya es investigado por la Contaduría Mayor.
En México, pero sobre todo en Matamoros, es evidente que no se está preparado para enfrentar una epidemia de esta naturaleza. Es una verdadera lástima que Horacio, siendo médico general y con especialidad en traumatología, al menos es lo que se dice, no tenga el liderazgo para organizar a su gente y meter en cintura a todo aquel funcionario que hace lo que le viene en gana.
Aun no le cae el veinte a Horacio, de que ya lleva un año tres meses y medio como presidente municipal de Matamoros, actúa como gallina descabezada, quiere ser el todólogo yno pierde oportunidad, al igual que su esposa, tomarse la foto o video, entregando lo mismo una despensa, inaugurando tiendas, colocándose un equipo para sanitizar hospitales y edificios públicos, justificando gastos al regar las fachadas disque desinfectando la zona urbana. Intenta crear una imagen de dulzura, dedicación, trabajo, sensibilidad, preocupación, pero a costa de poner en riesgo la salud de la gente.
Pero siendo objetivos, hagamos un recuento de los prietitos en el arroz que a lo largo de este poco más de un año de administración, ha encontrado el alcalde en el camino, en el que los liderazgos de MORENA, intentan deslindarse por completo, todo porque al llegar el proceso electoral perjudicará el voto para la Cuarta Transformación.
Allá por el mes de febrero del 2019, fue destituido como secretario del ayuntamiento, el ahora priista José Antonio Vázquez Rocha, por “tomarse atribuciones” que no le correspondían; Horacio declaró que presentaría una denuncia en su contra porque le perdió la confianza al abultar la nómina e incrementarla a más de 4 millones de pesos; Nada, absolutamente nada hizo.
Luego, Vázquez Rocha organiza una rueda de prensa acompañado de su entonces dirigente del ahora extinto Partido Primero Coahuila, Jesús Contreras Pacheco, al que se le suman los regidores que, a partir de ese momento, se declararon independientes.
A mediados del 2019, en sesión de cabildo, Horacio propone y se autorizan una quincena extra para irse de vacaciones; sin embargo, no esperaban la reacción de los matamorenses y después de presiones a través de las redes sociales, en apariencia retacharon los poco más de 500 mil pesos, argumentando que eran para apoyo a las escuelas.
Los escándalos continuaron cuando una empleada de Parques y Jardines, denunció a su ahora ex jefe de ese departamento, Javier Barajas, por acoso sexual, lesiones y daños. Nada sucedió y a su amigo de borracheras únicamente lo reubicó de área mientras la denuncia duerme el sueño de los justos.
Pero tal parece que el común denominador de la “Administración del Amor”, es el acoso sexual, porque una jovencita recién egresada de la profesional, mediante engaños y debido a su necesidad de trabajo, fue llevada por su mejor amigo a un restaurante para entrevistarse con el oficial mayor Jesús Reyes, quien le hizo proposiciones sexuales e intentó besarla a cambio de conseguirle trabajo. El escándalo fue mayúsculo, a meses del incidente, la denuncia ante la Fiscalía duerme el sueño de los justos, la Contraloría Municipal recibió la denuncia y nada investigó, mientras tanto Horacio protegió a su amigo Jesús Reyes, quien continúa trabajando.
Siguiendo con el tema, se hizo público un supuesto romance entre el tesorero Gerardo Marentes y la regidora con licencia LizethInungaray, a quienes trascendió que la esposa del funcionario, por cierto, embarazada, los encontró en situación comprometedora dentro de la oficina.
El ex dirigente del PPC, Jesús Contreras Pacheco, calificó de traidor al alcalde Horacio Piña, a quien además catalogó de ser el “títere” de su primo Beto Piña, que es el que en realidad gobierna en el municipio de Matamoros, dado que no se mueve ni autoriza nada hasta que pase por sus manos. Por cierto, Beto también traicionó al dueño de las gasolineras que administra y fue despedido para ahora dedicarse de lleno a seguir mandando en la administración y a la venta de cerveza vía la sub agencia que le autorizó el cabildo.
Horacio, al no asimilar todavía que es el presidente municipal, mantiene el caos político, social y administrativo, todos los días, dicen sus cercanos amigos, se tiene que embriagar, de ahí el mote del “Doctor Caguamas” para medio organizar sus ideas y no estar pensando que un día no muy lejano estará tras las rejas ante el desvío de recursos vía el primo incómodo, donde van en corresponsabilidad los síndicos y regidores de la Comisión de Hacienda, Patrimonio y Cuenta Pública.
La pandemia del Covid-19, es la gota que derrama el vaso, pues no obstante que en sesión de cabildo Horacio anunció restricciones para evitar la propagación, su flamante amigo regidor José Luis Montes Jasso, contrajo matrimonio en una quinta del ejido Santo Tomás, a la que asistieron más de cien invitados, conjunto musical y familia, excepto sus papás que están sumamente molestos porque abandonó a su esposa e hijos para volverse a casar. La quinta fue clausurada por el Estado.
Para rematar, la esposa de Horacio, Irma Hernández que es presidenta honoraria del DIF, también desobedeció las indicaciones y en plena pandemia inauguró dos tiendas Diconsa, donde invitó a los vecinos y los expuso a contagio del Covid-19.
En la sesión extraordinaria de cabildo, celebrada el 15 de abril en la Infoteca, la fracción de MORENA propuso que el alcalde, síndicos, regidores, secretario y tesorero, donaran el 50 por ciento del sueldo para armar créditos a comerciantes y así pudieran enfrentar las pérdidas por la pandemia; sin embargo, el cabildo la rechazó, con argumentos legaloides. Y es que los ediles prácticamente se quedarían sin dinero, debido a que cada quincena entregan el 50 por ciento al partido que los propuso.
El plan B de la misma fracción, al ver que no encontraron eco, propuso que los 15 mil pesos mensuales que recibe cada síndico, regidor, secretario y tesorero (el alcalde recibe el doble) se destinaran para la compra en bloque de despensas que serían entregadas a quien lo necesite. También fue rechazada y prevaleció el interés personal para trabajar cada quien por su lado y cumplir sus compromisos políticos, evidenciando que no existe coordinación ni ganas de ayudar a los matamorenses.