AMLO, EN SERIOS PROBLEMAS
No hay más conservador, que un revolucionario en el poder, dice el clásico. Rafael Barajas, “ El Fisgón”, un excelente caricaturista de izquierda, brillante por sus cartones críticos contra el poder y los poderosos, ahora, como Secretario de Cultura de AMLO, sale a cada rato, como lo vemos con Julio Hernández “Astillero” (también, un tipo inteligente y, como “El Fisgón”, siempre fue un férreo crítico del sistema, ahora es uno de los intelectuales orgánicos del amlismo), y ambos, se esfuerzan, por justificar, con argumentos fuera de contexto (de conjuras mundiales de la derecha, etc.), todas las atrocidades, que en año y medio, ha cometido el Presidente. No, no es de las últimas semanas el desborde de los ataques y las críticas al López, esto viene sucediendo, desde el momento mismo que ganó la elección, cuando empezó a operar, como gobernante, meses antes de asumir el poder formal. En esos primeros meses, AMLO dejó ver su vena autoritaria, su tozudez y sus resentimientos, pues, sin haber asumido la Presidencia, decidió cancelar el aeropuerto de Texcoco, cuando ya había un pacto con un grupo de empresarios, quienes se iban a hacer cargo del financiamiento total de la obra.
AMLO, en esa misma etapa, comenzó a dar marcha atrás, una por una, de sus promesas de campaña, pues, en el caso del castigo a los ex Presidentes y a muchos ex colaboradores de Peña Nieto, salió con la charra, de que, el no era rencoroso, que sería un desgaste denunciar y procesar a tanto corrupto, y vino, el borrón y cuenta nueva.
Y así como esa promesa, reculó en el tema de la disminución de los precios de los energéticos, en el combate a la corrupción, cuando actuó de manera ilegal, al mandar a uno de sus colaboradores, a comprar 600 pipas a EEUU, sin que se dieran a conocer los montos exactos del costo y que, además, resultó, que las pipas adquiridas, no cumplían con los estándares requeridos.
Pero la mayor decepción, vino con el circo del combate al guachicoleo, donde, sólo provocó decenas de muertos en la explosión de un ducto, pero nunca hubo un pez, ni gordo, ni flaco, que cayera por este ilícito. Pero vendría más, su tácito acuerdo con el cártel de Sinaloa, que se puso en evidencia, cuando el ejército capturó a Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, y que, por órdenes del Presidente, el ejército lo tuvo que liberar, a pesar de que hubo muertos civiles y militares. Esto, quedó comprobado hace unas semanas, cuando AMLO, fue al pueblo La Tuna, donde nació El Chapo, para saludar a la madre de éste y comer unos tacos con la familia del capo, pues celebraban un cumpleaños.
Y se viene la crisis del Coronavirus. Ante las escenas y testimonios de varios países de Europa (desde principios del año), en México, el Presidente, lejos de tomar en serio la pandemia, no solo la subestimó (haciendo chistes, sacando imágenes religiosas y escapularios, como armas contra la epidemia), sino que puso el mal ejemplo, diciendo que a los mexicanos, no nos iba a pasar nada, que siguiéramos saliendo a comer a las fondas, que no dejaran de salir, que saludaran y abrazaran a la gente, mostrando en sus giras que él, no sólo seguía saludando, sino que, con gran irresponsabilidad, besó y mordió el cachete de una bebé.
A estas alturas, ya tenía a medio mundo encima, (ya se había peleado con los empresarios y divulgó, ilegalmente, los nombres de quienes tienen adeudos millonarios con Hacienda), lo que provocó que sus niveles de aceptación, comenzaron a caer como en un tobogán; las críticas, los memes y los grupos contrarios, aprovecharon esa coyuntura, para destrozarlo y ahora, ya más organizados, hasta piden su renuncia y un grupo de gobernadores, han insinuado, salirse del pacto federal, ante el nulo apoyo de la federación y por la crisis sanitaria que sigue escalando, sin que los hospitales, cuenten con equipos, materiales y personal, para hacer frente al desafío, que, dice el vocero del Presidente, esto, apenas empieza.
Así que, se equivocan quienes quieren ver un complot en contra del Presidente, porque él, y sólo él, es el culpable de todo lo que está sucediendo y, lo peor del caso, es que no piensa rectificar, pues ya lo dijo varias veces: no va a haber apoyos para la gente que se dedicaba al comercio informal, a quienes trabajan por su cuenta, a las empresas familiares, a las micro y pequeñas empresas, como lo están haciendo gobiernos de todo el mundo. ¿Y así quiere que le aplaudan?
Cabe hacer mención, que, “En un hecho inédito quizás entre la prensa más poderosa del mundo, el diario británico Financial Times sorprendió hoy (miércoles 15), al hacer un llamado a los partidos opositores, a los gobernadores y a los líderes empresariales a unirse y oponerse a las políticas del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
“Los políticos de todos los partidos, los gobernadores estatales y los líderes empresariales deben unirse para acordar un programa económico y de salud integral para tratar el coronavirus y presionar a su Presidente”, dijo en su espacio editorial de casa, que es la voz oficial del medio.
“Deben lanzarse desafíos legales contra algunas de sus políticas más cuestionables. La terrible catástrofe humanitaria de Venezuela es una clara advertencia de lo que otros cuatro años y medio de López Obrador podrían hacerle a México”, agregó.
No pueden estar mal, más de 60 millones de mexicanos (parte de los que no votaron por él, y la otra parte, de los que le han retirado su apoyo y simpatía).
Me viene a la mente un fragmento de un poema de Sor Juana Inés de la Cruz: “...Parecer quiere el denuedo de vuestro parecer loco/ el niño que pone al coco y luego le tiene miedo”. Bueno, el que lo entendió, entendió.