LO SORPRENDENTE, ES QUE ESTOY SORPRENDIDO
En realidad no debiera sorprenderme, pero confieso que sí, estoy sumamente sorprendido, del papel que está haciendo Andrés Manuel en la Presidencia de México.
Quienes hemos seguido su trayectoria, conocemos de su terquedad y su desdén por quienes no piensan como él y sus serios problemas de personalidad y de carácter. De hecho, AMLO, no estaba preparada para llegar a la Presidencia de la República. Lo suyo, es el activismo; lo suyo, es el trato con la gente pobre; lo suyo, es llenar las plazas públicas, donde se siente Dios; lo suyo, es el enfrentamiento perpetuo contra el pensamiento neoliberal y, por ende, su lucha contra los neoliberales.
Por eso, no se puedes explicar, que teniendo todos los elementos que un gobernante quisiera tener llegando al poder, hasta la fecha no los ha podido usar ni aplicado, para poder sacar adelante su llamado “Proyecto de Nación”.
Hoy, el Presidente, se encuentra en un duro dilema, porque no sabe qué hacer, frente a los avatares con los que se enfrenta y enfrentará, en los próximos meses, el país.
Cómo dice el clásico: se están conjugando, todos los elementos, para que se presente la tormenta perfecta y pueda derrumbar, los pocos avances que había en México.
Pero él no lo entiende, ni lo entenderá. AMLO, no es capaz de reconocer que se equivoca y que se seguirá equivocando, pese a que todas las señales de alarma, se han venido encendiendo, tanto en lo he económico, como en lo político y social.
Por más está decir, que la situación económica mundial, sufre un fuerte deterioro por factores diversos, que nos están pegando como país, y eso, que apenas comienza.
Esos son los factores externos, pero hay muchos otros, de carácter interno, que pudieran resolverse con voluntad política, con ánimo de avanzar, con ánimo de buscar la unidad nacional, con ánimo y voluntad, para hacer a un lado los caprichos y poner por delante los intereses de la nación.
Pero parece que todas estas opciones cada día se alejan más, por lo que seguirá y la cerrazón, que muestra todos los días, el Presidente en sus mañaneras y los recorridos que hace por el país.
Pero lo más lamentable, es que dentro de sus colaboradores, no haya ninguno, que pueda influir para que cambie sus actitudes y haga a un lado su soberbia, para que comience a gobernar.
Andrés Manuel, se crece ante el castigo -entiéndase las críticas que recibe todos los días, por su comportamiento atípico, casi Irracional-, pues, ve los nubarrones que se acercan, y lejos de buscar un techo para guarecerse, se pone en el medio, para que lo parta un rayo. Así es su temperamento y su comportamiento. AMLO busca la inmortalidad. No quiere en realidad el cambio de rumbo para el país, quiere, como muchos dicen, es pasar a la historia como un gobernante que derrotó a los neoliberales y que salvó a México de las garras de esos monstruos.
Es muy grave lo que se avecina para México, y es preocupante, que el Presidente no reaccione, ni se esté preparando para enfrentar la crisis económica, la falta de recursos, la caída del empleo, la caída de la producción y el endurecimiento de la violencia.
El país se quedará sin reservas más pronto de lo que se piensa, y AMLO, no podrá seguir cumpliendo con los millonarios apoyos que absorben sus programas sociales. Y entonces sí, la tormenta, hundirá al barco.
Por cierto, hay una extraordinaria película, “La Tormenta Perfecta”. Vale la pena verla (en este periodo de confinamiento), porque hay cierto paralelismo con lo que puede sucederle a México, si no se toman las medidas a tiempo.
“Relato de un naufragio”
(Basada en hechos reales)
Película de George Clooney, que narra la trágica historia del Andrea Gail, un pequeño barco pesquero que naufragó en el Atlántico en 1991. (búsquela en Google)